Capitulo 84

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-Harry-:

Bajé las escaleras con amargura. Odiaba despertarme temprano; y sobre todo porque habían visitas. De por sí yo no lidiaba bien con la gente.
John y Matt se cernían en el sofá de cuero en el centro de la sala, viendo la televisión, con un par de revistas Vanidades de mi madre al lado de sus piernas. Emití una risita ahogada para mí. Dos criminales leyendo esas cosas.
Más a la izquierda, Sheena miraba la televisión frotando sus piernas cubiertas por un vestido color crema desvaído, temblando como un gato asustado. Dirigió sus ojos verdes opacos hacia mí antes que nadie, con nerviosismo. Ignoré su mirada suplicante, y me dirigí a darle una palmadita en el hombro a John.

-¿Qué hay? –mascullé hacia John, quien cambiaba los canales de la televisión frenéticamente. Matt revolvía entre revistas con sus dedos, sin prestar atención. Entonces, yo era el único de pie en la sala, como un idiota.
-Bueno, ¿qué pasa? –alcé la voz. Ambos subieron su mirada hacia mí. Odiaba que no me escucharan. –Saben que no pueden reunirse conmigo aquí.
-La policía nos está buscando –Matt habló primero, interrumpiéndome. Su voz era lúgubre y apagada. John chasqueó su lengua.
-Ni siquiera saben que estuvimos ahí –musité, harto de escuchar el mismo sermón. -¿Qué podría ir mal?
-Escucha. Hay muchos implicados en esto, ¿vale? Está Cyrus. Ese vejete nunca se cansa de joder –Matt rodó los ojos. Sheena se removió en el asiento, provocando un chirrido. –La mejor amiga de Skylar lo sabe todo desde hace tiempo. Niall ha aparecido de nuevo. Estamos nosotros y la chica, los implicados. Tu madre, tu hermana, que son básicamente parte del juego. La prensa busca todo esto… No entiendo cómo es que nadie ha abierto la boca.
-Niall no va a decir nada –rodé los ojos, casi bromeando. –Él mismo mató a Smith; él está tan metido en esto como nosotros.
-¿Y qué pasa con el de las notas? –Sheena chilló en voz baja.
-¿Qué? –arrugué la nariz. -¿Tú cómo…?
Se supone que ella no podía saber que Smith estaba muerto… ¿o sí? Ya no podía haber otro anónimo.
-Porque recibí esto anoche –musitó, sacando un papel doblado de su bolso miniatura, y extendiéndolo hacia mí con su brazo tembloroso. Lo arrebaté de su mano casi demasiado fuerte, y ella retrocedió, observándome como si yo fuera una bestia fuera de su jaula. Ignoré su expresión aterrada, y desdoblé el papel con frenetismo, observando el título en letras muy grandes que sobresalía en el papel de periódico arrancado.

“FUNCIONARIOS ASEGURAN ENCONTRAR EL PARADERO DEL ASESINO QUE ACECHA ARIZONA EN LAS PRÓXIMAS SEMANAS”. Mis ojos releyeron el mismo título, volviéndose borroso de repente. Bajé la mirada, donde en letras garabateadas escritas con bolígrafo color rojo sangre, había un pequeño texto garabateado:


-Skylar-:

“Mira esta belleza. Probablemente sea lo único que dejen llevar contigo a la cárcel. ¡Mwah! –Tu siempre fiel amigo”.

Observé el artículo de periódico arrancado precariamente. Mi corazón bombeando violentamente contra mi pecho. Un estremecimiento removió mi vientre y un dolor agudo se aproximó hacia mis oídos. No podía ser verdad.
Mis ojos se desplazaron al título gigante del artículo en primera plana: “FUNCIONARIOS ASEGURAN ENCONTRAR EL PARADERO DEL ASESINO QUE ACECHA ARIZONA EN LAS PRÓXIMAS SEMANAS”. Y luego releí la lúgubre nota escrita a garabatos mortíferos con color rojo sangre. Esto no podía estar pasando.
Quería decir que ahora que Smith estaba muerto… ¿Él no había sido exactamente el de las notas? ¿Significaba que alguien más estaba detrás de esto? En tal caso, ¿quién? ¿Y por qué? 
Me puse algo más de ropa que sábanas de la cama de Harry y me apresuré a bajar las escaleras a trompicones, aferrándome a la barandilla como si fuese mi último recurso de vida. Allí estaban John, Matt, Sheena, y Harry. Los cuatro sentados en círculo alrededor de la mesa de la sala, cubierta con periódicos, revistas de la madre de Harry, y algunos vasos medio llenos de agua. Esperaba que fuera agua.
Los cuatro voltearon a verme. La inexpresión cruzaba los rostros de los tres chicos, mientras que Sheena parecía gritar por ayuda.

-¿Ya leyeron? –mascullé entrecortadamente, con poco aire dentro de mis pulmones. Instintivamente, corrí al lado de Harry, y me acurruqué junto a él, apretando un almohadín en mi abdomen, sintiendo que mi cabeza pesaba mil kilos. Solté el recorte de periódico del anónimo sobre la mesa, y éste cayó como pluma junto a otro totalmente idéntico.
-Alguien gasta su dinero en periódicos para mantenernos informados –John arqueó las cejas, mirando fijamente los recortes sin expresión alguna, y su voz había sonado neutra e inescrutable. Dirigí mi vista hacia el periódico recortado, y releí el título por enésima vez. “FUNCIONARIOS ASEGURAN ENCONTRAR EL PARADERO DEL ASESINO QUE ACECHA ARIZONA EN LAS PRÓXIMAS SEMANAS”. Sentí que mi estómago se encogía tortuosamente.
-No puede ser cierto, ¿verdad, chicos? –levanté la mirada, esperanzada de recibir al menos una mirada mesurada, amistosa de alguien. Pero nadie respondió. Todos estaban sumidos en algún lugar de su cerebro pensando. Desvié la vista a mi derecha, aterrada.
-Harry –lo llamé desesperadamente. Éste se aclaró la garganta. Pero no respondió. Su vista estaba sumida en la mesa y humedecía sus labios. Tenía esa común expresión en él que lo hacía parecer enojado. -¡Harry! –moví su brazo, inquieta. Desvié la vista hacia Matt, que me miraba con una expresión en su rostro que no pude reconocer. Sentí el picor en la nariz que indicaba que iba a llorar.
-Matt –se me escapó un gemido patético. –Matt… Van a escapar, ¿no? Van a encontrar una forma de salir de esto.
-No es tan fácil, pequeña. Con el anónimo rodando por ahí… No tengo idea de qué puede hacer para vernos tras las rejas –respondió, sosteniéndose el puente de la nariz con los dedos sonrojados. Resoplé con frustración, perdiendo mi vista en la televisión, de repente dándome cuenta de que los titulares hablaban sobre el asesinato de Smith y el almacén viejo. Era una total suerte no haber dejado pistas. Aunque estaba segura de que las huellas serían también un problema.
-Si hay pistas sobre eso, ¿por qué no pueden haber pistas sobre el anónimo? –solté con enojo, curvando mis cejas en una V. Sheena se removió incómoda, mientras balanceaba sus pies de un lado a otro, como si se retorciera. 
-Tiene que ser alguien cercano –musitó Harry, frotándose el puente de la nariz. Sheena retorció sus manos, mordiéndose el labio inferior con fuerza. –Alguien que nos odie.
-Alguien que no quiera verlos juntos –soltó John, mirándome con sus ojos amarillos, como de gato. –Alguien que esté… celoso.
-O celosa –interrumpió Matt. Harry subió la mirada de golpe, Sheena detuvo sus manos y nos miró con los ojos abiertos como platillos. Mis músculos se tensaron. Sentí una capa de sudor en la parte de atrás de mi cuello.

LOST  | HARRY STYLES |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora