*En multimedia Vanessa*
Son las siete y media.
Ya es hora.
Cojo la tablet y me meto en la aplicación "Skype". Voy bajando con el dedo en todos los contactos, hasta que veo el grupo que tengo con mis amigas. Le doy a llamar.
Uno.
Dos.
Tres pitidos.
-Siempre tan puntual- ríe Vanessa.
-Ya ves.
-Ele- la llamo- Ele- la sigo llamando ya que está mirando un punto fijo- ¡ELE, JODER!
-Eh...ah perdona- se disculpa-Estaba estudiando para el examen del martes.
Mierda.
-Ah, pero que hay examen. Qué bien- me doy aplausos mentales.
-Tía, ¿a que no sabéis qué me ha pasado hoy?- dice Vanessa.
-Sorpréndeme- respondo.
-Pues mira, estaba en el supermercado y...
-Vanessa, espera, lo siento, me está llamando otra persona, ahora seguimos hablando- la interrumpo tras observar el icono de llamada de una persona desconocida.
Deslizo la tecla y miro la imagen que aparece en frente mía.
No.
No puede ser.
-!NICK!- le grito emocionada al que era y sigue siendo mi mejor amigo de Madrid.
-Dios, Willow, creo que me acaban de explotar las orejas-dice tapándose los oídos- No sabía que te alegraba tanto verme- dice y me guiña un ojo.
Suelto una carcajada.
-Tonto.
-Salvaje.
-Me amas.
-Si tú lo dices...- dice sacando la lengua.
-Bueno y, ¿qué querías decirme?
-¿Es que no puedo llamar a mi mejor amiga sólo por que la hecho de menos?- dice con cara inocente. Alzo una ceja y lo miro obvia- Vale, vale, no me mires así.
-Al grano- le replico con intriga.
-Me han expulsado de la escuela.
...
-Oh dios mío, Nick- digo llevándome una mano a la frente- ¿Qué has hecho ahora?
-Dejé calva a la profesora Pulper-dice poniendo un puchero.
-....Pe-pero, ¿cómo pasó, ¿por qué?
-¡Fue un accidente! ¡Tenía que probar el experimento con alguien!
-Y lo haces con la profesora Pulper. Te aplaudo- digo dándole un fuerte aplauso.
-Gracias por todo el apoyo Sevilla- dice dando besos imaginarios a un público imaginario- El caso es que me cambio de escuela.
-¿A cúal?- pregunto.
-Eso es por lo que te he llamado.
-¿Y bien?
-Me mudo a Sevilla- dice cerrando los ojos esperando para lo que llega.
Tardo un poco en asimilar lo que me ha dicho y cuando lo hago, recapacito. Él, mi mejor amigo, después de cinco años sin verlo tras mudarme aquí a Sevilla, sólo viéndolo tras una pantallita, se muda aquí, conmigo, pero...
-¿Y a qué bachillerato vas?
-Creo que se llama "La Hermandad de Los Ángeles"- dice con una amplia sonrisa.
No, no, no, no, no, no.
-¡ES EL MÍO NICK! ¡ESTARÁS CONMIGO!- digo chillando y bailando por la habitación.
Mientras él solo se rie y me graba.
-¿Cuándo llegarás?- pregunto realmente emocionada.
-Seguramente mañana,el vuelo sale a las dos de la madrugada. Cuando llegue buscaré alguna residencia para alojarme y me inscribiré en la escuela.
-Dios, no me lo creo- me llevo las manos a la cara.
-Tranquila, yo tampoco. Ahora esta frase sí tiene sentido."Y sigo pensando que algún día los kilómetros serán centímetros".
A esto que le regalo una gran sonrisa y abrazo a la tablet.
-0-
-¿Y está bueno?- pregunta Ele.
-¿Tiene nuestra edad?- ahora es Vanessa.
Les he contado todo lo de Nick y ahora me están atiborrando de preguntas.
-Chicas, chicas, tranquilízense. Es mi mejor amigo.-replico arrugando la nariz.
-Necesito detalles- reprocha Ele resaltando la palabra "detalles".
-¿Qué era eso tan importante que nos estabas diciendo antes?-digo cambiando de tema porque sé que le molesta.
-Ah, es verdad. Pues eso, que estaba en el supermercado y...
-¡TOMA YA! ¡GANÉ! ¡LOLOLO!-grita fuertemente Ele dañándonos los oídos.
-Bueno, pues cuando la señorita de aquí al lado quiera escucharme- señala la pantalla- lo contaré.
-Lo siento- dice poniendo un puchero.
-Bueno, pues eso, que...
Vanessa es interrumpida una vez más por el sonido del timbre de una puerta.
-¡PIZZA!- grita Ele desapareciendo de nuestro campo de visión y bajando las escaleras.
En este momento, la mandíbula podría caérsele al suelo y yo solo intento no descojonarme.
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Para Siempre®
Teen FictionWillow Shields, una adolescente que irradia amistad y alegría allá donde va, tiene un pasado y un presente familiar un poco triste. Llorar ya no sirve, él no querría eso. Dos ojos enamorados no le quitan el ojo de encima desde hace tiempo, ella lo...