-Dios, no me puedo creer que ya haya pasado la semana entera- digo mirando el calendario en mi móvil.
-Y que lo digas. Se me ha pasado super rápido- me da la razón Vanessa.
-Bueno, chicos, este viaje cada vez va llegando a su fin. Hoy es el último día que estaremos en Londres y me lo he pasado genial, al igual que vosotros. Iremos a comer a un camión de comida rápida y luego, a las habitaciones, para guardar todo otra vez en la maleta y partir de nuevo hacia Sevilla- nos dice la profesora de inglés.
Asentimos todos y caminamos hacia un foodtrucks.
Nick se pide un bocadillo, que es más grande que él.
-¿En serio te vas a pedir eso?- le dice Ele.
-De algo habrá que morir- dice disfrutando cada bocado.
-Pero yo no quiero que te mueras, mongolo- le da una colleja.
-Auch- se queja- ¿Hasta cuando somos novios vas a seguir golpeándome?
-Sí- asiente orgullosa.
Nick le da un corto beso. No puedo evitar sentir celos de lo tanto que se quieren. Giro mi cabeza hacia Michael. Él ya está mirándome desde minutos antes. Me guiña un ojo y yo agacho la cabeza sonrojada. Al alzarla otra vez, Vanessa me guiña un ojo.
Luego, hace un corazón con las manos.
¿Qué os pasa hoy en el ojo?
-0-
-Pásame ese vestido- me pide Ele.
Intento coger la prenda de ropa desde donde me encuentro, pero no llego.
-No llego- afirmo.
-Quizás si te levantaras, a lo mejor llegabas- opina Vanessa.
Ele se acerca hasta donde me encuentro y coge el vestido.
-Vaga- suelta.
Le lanzo un beso y ella lo "atrapa" y luego lo "tira" en la basura más cercana.
-¡Oye!- replico.
-¿Cómo es que has tardado tan poco en guardar la ropa en la maleta con toda la que tienes?- dice Vanessa tocándose la barbilla y mirando al techo.
-Es un misterio- digo con voz interesante- Me voy a la habitación de los chicos.
Salgo de nuestra habitación sin esperar una respuesta por parte de las chicas.
Camino hacia el otro lado, donde están los chicos. Cuando voy a llamar a la puerta, observo que está abierta. Abro la puerta y rezo para que ninguno esté en calzoncillos. No veo a nadie cuando abro la puerta.
Decido quedarme a husmear por la habitación. Me acerco a una maleta y veo un cuadro encima de ella. Aparece Austin y una chica parecida a él a su lado."Será su hermana".
Lista, conciencia.
Me acerco a otra de las maletas. Supongo que será de Michael, ya que pone su nombre en la esquina. Observo que hay un papel arrugado en un lado de la maleta. Mi lado bueno dice que no lo coja, que eso es de ser cotilla, pero, mi lado malo, dice que lo coja, que puede ser interesante. Opto por el lado malo y cojo la carta. La desenrollo.
"Oh, no"
Siento que me voy acercando más a ti y eso me llena de alegría.
Si quieres saber quien soy, ven hoy a las 17:00 al jardín del instituto.
Te estaré esperando.
Con cariño y deseo,
Tu admirador secreto.No puedo creer que haya estado tan ciega durante tanto tiempo. ¡Claro! ¿Quién si no iba a ser?
No sé cuándo he empezado a llorar y he mojado la hoja de lágrimas.-¿Pasa algo?- entra Michael por la puerta. Alzo la vista- Hey- se acerca corriendo hacia mí- ¿Qué te pasa? ¿Qué llevas ahí?
Coge la carta de mis manos y empieza a leerla. Luego, me mira con tristeza y agacha la cabeza.
-Ya te has enterado, ¿no? Supongo que ahora me odiarás.
Suelto una carcajada mientras siguen cayendo lágrimas por mis mejillas- ¿Odiarte? ¿Por qué? Deberías odiarte tú a mí.
-Nunca podría odiarte.
Le cojo la cara con mis manos.
-Perdóname- él me mira confuso- Por favor, perdóname. Soy tan estúpida de no haberme dado cuenta de quién eras. Tú enamorado de mí y escribiéndome esas cartas y yo no lo sabía. Perdóname por ser tan estúpida. Me hacías feliz con tus cartas. Pensaba que por primera vez, alguien, me quisiera de verdad.
-No tengo que perdonarte nada. Perdóname tú por ser tan cobarde. Aquel día que te envié la carta, estaba tan nervioso que no pude ir. No podía ir y decirte mis sentimientos, todo lo que provocabas en mí. Perdóname si te hice sentir mal por no haber ido, pero estaba tan nervioso.
-Dios, ahora sí, de verdad, te amo tanto- le doy un beso en los labios- Eres tan perfecto, te preocupas tanto por mí- le vuelvo a besar- Gracias por todo.
-No sé si éste será ni el lugar ni el momento adecuado, pero sé que es con la persona adecuada- se separa un poco y me coge de las manos- Willow Shields, ¿le gustaría ser mi princesita?
En vez de responderle, vuelvo a besarle, esta vez, con más ganas. Me coge de la cintura y mis piernas enrollan su cuerpo.
-Espero que eso sea un sí.
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Para Siempre®
Teen FictionWillow Shields, una adolescente que irradia amistad y alegría allá donde va, tiene un pasado y un presente familiar un poco triste. Llorar ya no sirve, él no querría eso. Dos ojos enamorados no le quitan el ojo de encima desde hace tiempo, ella lo...