Bien.
Ya son las 10 a.m.
El plan debería empezar en cualquier momento. Ele y yo estamos esperando a que Nick nos mande un mensaje."Venid ya"- dice el mensaje.
-Hm...Vanessa, ¿nos acompañas un momento al pasillo de las últimas habitaciones?- digo.
Ella quita la vista del móvil y la posa en nosotras- ¿Para qué?
-Para mear- dice Ele rápidamente.
Le doy un pisotón disimulado en el pie por la estupidez que acaba de decir.
-¿No podéis mear solas?- dice confusa.
-Es que el pestillo está roto y no se cierra la puerta- contesta Ele.
-Pues que te la sujete Willow.
Joder, ¡quieres venir ya y dejar de hacer preguntas!, replica mi conciencia.
-Es que yo también voy a mear- respondo sonriente.
-Bueno, supongo que tendré que ir- dice levantándose.
Oh, ¡gracias Dios!
Nos alejamos de nuestra habitación y nos encaminamos a las del final.
A lo lejos, vemos a los chicos menos Austin.
-Austin ya está dentro- me susurra Michael nada más llegar.
-Eh...Vanessa, ¿puedes entrar en esa habitación? Es que ayer se me perdió un pendiente y no lo encuentro- digo señalándole la puerta.
-¿Qué hacías en esta habitación?
Mi yo interior se da hostias mentales y se agarra de los pelos por las insoportables e irritables preguntas de Vanessa.
-Solo métete- le digo.
Ella obedece y entra. Tras eso, corremos hacia la puerta y la cerramos con pestillo.
-En realidad, sienta bien encerrar a Vanessa un rato- susurra Ele.
-¡Socorro! ¡La puerta se ha cerrado!- dice ella asustada tras el otro lado.
-Sí, Vanessa, ya hemos llamado a los profesores- miente Nick.
Narra Vanessa
Joder.
¿Qué hago yo ahora?
¡Odio los espacios cerrados!"Pero la habitación es grande".
Cállate, conciencia.
Me dejo caer en la puerta y suspiro frustrada.
-¿Qué haces aquí?- pregunta una voz conocida delante mía.
Me tenso ante su voz y alzo la mirada. Luce tan sexy como siempre.
-Yo-yo...Willow me dijo que se le había perdido un pendiente aquí. Pero al entrar aquí, la puerta se cerró y ya no abre.
-A mí me dijo Michael que se le había perdido un anillo- dice avanzando hacia mí.
Intenta abrir la puerta, pero no lo consigue. Me fijo en sus músculos, los cuales se mueven cada vez que intenta hacer fuerza para abrir la puerta.
Él suelta una carcajada y me mira. Me sonrojo pensando que ha visto cómo lo miro.
-¿Qué-qué pasa?
¡Deja de tartamudear!
-Nos han encerrado a propósito- dice divertido.
Trago saliva nerviosa pero, a la vez, confusa.
-¿Por qué harían eso?
-Por una cosa que les dije- dice cabizbajo.
-¿Cúal?- digo curiosa.
Parece pensar detenidamente la respuesta y debatir respuestas en su cabeza.
Me mira y puedo notar...¿miedo? en su mirada.
-De que me gusta alguien.
Dios, si es que soy tonta. Claro, está enamorado de alguien. Y yo como una tonta enamorada de él. Seguro que es una rubia como su prima.
-Ah- digo mirando hacia abajo.
-¿No te gustaría saber quién es?- dice sonriente.
Encojo los hombros y él sigue hablando- Pues, es una chica de piel morena y pelo castaño. Tiene unos ojos preciosos y me enamoré de ella desde el primer momento que la ví. Tiene un corazón que no le cabe en el pecho y, a veces, es muy curiosa. Pero se parece tanto a mí, que no pude evitar enamorarme de ella- cierro los ojos intentando no llorar- Su nombre a lo mejor te resulta familiar. Se llama Vanessa Hudgens y está delante mía.
Por un momento, dejo de respirar. Al mirarlo, y ver que no es una broma, lágrimas salen ahora, pero de alegría.
-¿Es en serio?- sollozo confusa. Él asiente triste- Dios, no sabes que peso me quitas de encima- me mira asombrado- También estoy enamorada de tí, Austin- me tapo la cara con las manos.
Oigo sus pasos rápidos acercándose a mí. Me retira las manos de la cara y me mira.
-No llores- dice retirándome algunas lágrimas- Eres preciosa.
Se levanta y me tiende la mano para que se la coja.
Me levanto también, y tras eso, me coge de la cintura y me atrae hacia sí. Sus ojos encuentran los míos, para después mirar los labios y besarlos. El beso es salvaje y urgente, se nota que los dos lo necesitábamos. Él me empuja un poco, hasta que choco con una pared. Seguimos besándonos. Su lengua pide a gritos la mía. Le cojo la cara con mis manos para profundizar el beso.Nos separamos por falta de aire. Se arrodilla ante mí y me mira.
-Estoy enamorado de tí hasta las trancas. Eres una mujer increíble y me gustaría estar contigo toda la vida. Por eso, señorita Hudgens, ¿le gustaría pasar conmigo la vida entera?
Le cojo la mano y lo hago levantarse- Pues claro que quiero, idiota- digo entre lágrimas.
Luego, vuelve a besarme.
ESTÁS LEYENDO
Para Siempre®
Teen FictionWillow Shields, una adolescente que irradia amistad y alegría allá donde va, tiene un pasado y un presente familiar un poco triste. Llorar ya no sirve, él no querría eso. Dos ojos enamorados no le quitan el ojo de encima desde hace tiempo, ella lo...