Capítulo III

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Salir de esa casa, fue lo mejor que pudo hacer, antes que terminará demostrando su enojo y frustración. Eres obvio que esa mujer lo detestaba y Andrew le intrigaba el por que, no entendía el comportamiento beligerante de ella, si se lo Hubiera planteado de otra forma el deseo de no casarse, seguramente el Hubiera aceptado el retirarse de la contienda. Pero en fondo, sabía que la actitud de ella lo desafió más, para continuar con el matrimonio.
Necesitaba sacar la frustración contenida y que mejor manera de sucumbir a sus deseos y sacar un poco de excitación contenida despues de esa pelea. Se dispuso dirigirse al primer burdel que encontrará en su camino, .-lo necesito.- penso Andrew.

Ya desahogado, y con la mente despejada, Andrew se dirigió a la casa de su amigo, Lord William para contarle los acontecimientos. Era obvio que william lo tomo con sorpresa y aparte lo divertía mucho el suceso.
-No puedo creer que te hallan rechazado de esa forma.- dirigiéndose hacia andrew con una copa y despues tomando a siento en su despacho principal.

-ni yo me lo creo, la hubieras visto. Parecía una fiera hablandome de esa forma.-

-te lo dije que no iba ser tan sencillo conseguir una esposa, ahora tendrás que buscar a otra.- lo dijo con resignación william

-no, por que ? Yo ya la encontre y con ella me casare, no tengo ni tiempo, ni ganas de seguir buscando.- tomando un sorbo de su copa.

-estas demente, para que quieres casarte con ella, hay muchas jovenes dementes que con gusto aceptarían tu propuesta. No te en capriches con esta. - tratando de decir lo ultimo como una orden.

-No es un capricho, ya tome mi decisión y aparte no la voy complacer con quitarme del camino.-

-te gusta verdad. - pregunto William

-me atrae, y la verdad es un reto para mi, someterla a mis órdenes. - y hizo una mueca de una sonrisa malvada.

-solo harás que pase toda la vida enojada contigo y te arruinara la vida, atandola asi.- diciendolo con serenidad, pero sabia que sus consejos eran en vano, andrew haría lo que se le plazca.

Andrew, tomó su último trago y se dirigió hacia la Puerta, -no me importa, la quiero para mi y ella nada podrá hacer, y tu serás mi padrino. - diciendo estas palabras se dispuso a retirarse.

Andrew dispuso dejar pasar un par de dias, para regresar a la casa de su prometida era necesario dejarla pensar y sobre todo que el padre de ella la convenciera. Durante estos dias pensó que seria una mejor estrategia tratar de cortejarla, que obligarla a casarse con el. Enviandole flores todos los dias, con un poema de amor y talvez, solo asi en su proxima visita ella lo reciba con una sonrisa.
Era evidente que no conocia a Lisbeth, por que lo unico que provocó fue el despreció de ella, hacia cosas tan superficiales que el le mandaba.
El dia de su visita a la casa de los Danfoth lo recibió el Lord Danfoth y no su prometida, aclararon unos puntos de la boda y dispusieron de la fecha. Era evidente que ella ni lo deseaba ver, pero no se iba a quedar con la duda, de donde se encontraba ella.
-Robert, donde se encuentra Lady Lisbeth, deseo verla.- tratando de sonar lo mas elocuente posible.

-esta en su cuarto, pero se encuentra algo indispuesta.- menciono Lord Danfoth

-me gustaria informarle personalmente, pero por lo visto sera imposible, podrias decirle que me ire estos dias al Condado y regresare para la fiesta de compromiso y espero verla dispuesta y a gusto con la celebracion.- sonando muy efusivo y seguro. Se despidió y se retiró de la casa.

La señorita Danfoth disfrutaba de su vida libre y despreocupada, pero las ultimas semanas habia sido un infierno. No podia creer que tendría que aceptar esa propuesta nefasta y aparte fingir una alegría inexistente en la fiesta de compromiso.
Trato de sobre llevar esto, con la cordura y logica prudente, talvez siendo clara con el Conde Potland sobre cuales eran sus ideas sobre llevar una vida, podrian llevarse bien, ella no deseaba ser su esposa, pero tampoco deseaba casarse con nadie mas, asi que debia de resignarse con ese joven apuesto y engreído.

El Amor Nace Entre EspinasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora