Andrew se sentía decepcionado no por la actitud de Lisbeth, si no de la forma en la que el se estaba comportando, odiaba ser el débil, ser el tipo que le rogaba a una mujer, pero no podía evitarlo cada vez que miraba a lisbeth se le derretía el hielo de su corazón y olvidaba los desprecios de ella, solo quería estar con ella y protegerla pero por lo visto no era suficiente lo que el había cambiado y ser mejor hombre para ella.
-Hijo estas muy callado, no te da gusto regresar a tu casa? .- pregunto la condesa mientras degustaban de la cena en el gran Comedor
-claro que no madre, estoy muy feliz de estar aquí, solo que estaba pensando en unos asuntos de la finca.- respondió Andrew y Lisbeth lo vio de reojo, por que ella sabía del asunto que estaba pensando.
-al menos cuando estés Aquí en Londres no pienses en el trabajo y solo descansa. - dijo la Condesa
-suficiente descanso tuvo en su juventud, creo que ya era hora de tener responsabilidades, déjalo que se preocupe por sus asuntos. - dijo el Conde
- Tienes razón madre, al menos estos días olvidare mis asuntos y disfrutaré estar aquí con ustedes y mi esposa.- dijo Andrew ignorando el comentario de su padre
-por cierto, yo quería ir unos días a la finca, y Lisbeth esta de acuerdo pero me dijo que te preguntará a ti antes.- pregunto Kate
-si a lisbeth no le incómoda, a mi tampoco, me da gusto que pases una temporada con nosotros.- dijo Andrew y su hermana le agradeció emocionada
-no se te olvida pedir permiso a alguien Kate?.- pregunto el Conde
-claro padre, si usted me lo permite?.- pregunto kate
- no tengo inconveniente pero será sólo por unas semanas y regresas antes de iniciar la temporada de bailes.- dijo el Conde serenamente
-gracias padre.- se limitó a decir Kate y seguir con su platillo, igual como todos en la cena ya que no se hablo más, al finalizar la condesa se llevó a las mujeres al gran salón para hablar sobre la celebración, Lisbeth accedió de mala gana pero no hizo nada para evitarlo ya que tampoco quería continuar con la platica que había dejado pendiente con Andrew.
Lisbeth paso casi una hora en el salón, hablando de colores y vestidos pero por su mente sólo pasaba la idea de hablar con Andrew, no sabia que postura tomar con el, es que ya era un hecho que no confiaba en el pero también era evidente que ya no podía estar sin el, solo con que el la rozara le temblaba todo el cuerpo y sentía una opresión en el pecho, y cuando el la besaba deseaba que nunca se detuviera, le encantaba la sensación que provoca Andrew en ella, sentir ese sabor tal exquisito que sabían sus besos y el olor que expiraba era algo maravilloso solo con tenerlo cerca, Lisbeth estaba experimentado uno de sus mayores miedos de perder su propia voluntad y su independencia, ahora su mayor miedo era perder a Andrew por cabeza dura, que no la dejaba experimentar el amor que sentía.
Lisbeth al terminar, subió a su habitación y vio a Andrew recostado en un extremo de la cama boca arriba, con los brazos cruzados y aun con la ropa puesta, lisbeth no dijo palabra y solo lo vio el seguía despierto y viendo hacia el enfrente sin voltearla a ver.
-no sabia si deseabas que durmiera contigo, así que te espere.- dijo Andrew
-si quédate conmigo.- le respondió lisbeth y lo vio, tomó su ropa y se dirigió al baño. Al salir ya cambiada Andrew ya estaba desvestido y acostado bajo el cobertor, ella se acercó a él y lo destapó, Andrew le sorprendía la actitud que estaba tomando Lisbeth que ella se acercará a él para besarlo, nunca había tomado la iniciativa y menos dejar una discusión a medias.
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El Amor Nace Entre Espinas
Historical FictionEn una epoca, en donde era comun un matrimonio sin amor, donde tenia mas valor un acuerdo o un convenio , que garantizará un linaje y los negocios de las familias mas acaudaladas. Y cuando su destino ya esta trazado, y que para lisbeth Deforth, va...