Capitulo IV

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Indudablemente era un dia especial, hoy se anunciaba su compromiso con el futuro Conde de Potland. Lisbeth no tenia otra opción "que ser la mujer mas feliz del mundo, que un hombre de su categoría se fijara en ella y mas aun para ser su esposa, era un honor y privilegio:.- se lo repetía constantemente en su mente lisbeth con la idea de convencerse ella misma.
Al momento de la fiesta, andrew estaba tremendamente emocionado, en realidad habia pasado unas semanas con la aungustia de que su futura esposa, siguiera con la negación de efectuar el matrimonio. Se habia vuelto una obsesión pensar en ella y ni si quiera habia tenido mas de diez minutos para conocerla. Es que le encantaba la idea de domarla y hacerla suya.
Cuándo logro visualizarla entre los invitados, sintió que la decisión de tomarla su esposa era la correcta, se veía hermosa con su cabello recogido, con un vestido dorado que acentuaba su figura y lo mas bello que pudo observar fue la mirada de ella cuándo sus ojos lo encontraron, en realidad reflejaban despreció pero aun asi se iluminaban y con eso era mas que suficiente para andrew.
Podria ser el hombre con menos sentimientos en el mundo, pero al menos sabia fingir muy bien, cuando se anunció el compromiso la tomo por la cintura y trato de mantener el mayor contacto fisico posible, en realidad solo rozarla le daba una excitación y mas aun cuando ella se incomodaba con las muestras de cariño, era algo enternecedor verla con un dejo de pena, y tratando de ocultarlo.

Era el momento oportuno.- penso Lisbeth. En realidad solo queria salir huyendo del tumulto de los invitados y de hacer su ultimo intento de evitar esta tragedia. deseo hablar con usted.- acercandose a Andrew lo mas discreta posible.

Al tomar su mano y dirigirse al balcón, lisbeth se siento extraña por que no es la imagen que recuerda de el, desde la ultima vez. Se comporto amable, y con eso es ya es decir mucho.

-estas muy hermosa esta noche. - le dijo andrew con la idea de ser cortés y sincero.

-Gracias, usted tambien.- contesto lisbeth

-tambien me veo hermosa? .- pregunto andrew sonando divertido. -me halagas en verdad.-

-no quise decir eso, que usted tambien esta, ya no importa, solo queria decirle que al aceptar esta propuesta de matrimonio, no quiere decir que estoy feliz con esto, y aun sigo con la idea que no es lo mas conveniente para los dos.-

-siempre ha sido tan directa, señorita?.- andrew alejo la vista sobre ella y observo el cielo estrellado.

-si, siempre,.- tratando de sonar con seguridad

.-me agrada que sea así.- y le tomo los brazos. -yo tambien sere directo contigo y sincero, solo deseo una esposa, que me acompañe y que me de los hijos que necesito, indiferentemente quien sea esa mujer.-

De nuevo es un patan penso -entonces por que yo.- dijo Lisbeth en un tono de suplica

-por que tu me convenciste al decirme que no, me encantan los retos.-

-pues si esto es un juego para usted, espero que sepa perder.-

-por que con usted todo es una confrontación.- andrew sabia como hacerla enfadar y enfatizo -pues ahora voy ganando, por que usted se casará  conmigo.- le tomo la mano y la guió hasta la fiesta, muy divertido por su comentario y por el silencio de Lisbeth.

Esa noche lisbeth no podia dormir, solo tenia en la mente como podria escapar de ese matrimonio fatal, y si no lo lograba al menos le iba hacer la vida imposible al Conde, y así demostrarle que el que va perdiendo es el, al atarse con una demente.

El Amor Nace Entre EspinasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora