capítulo XLV

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Andrew estaba fuera de control, su estado físico estaba en pésimas condiciones pero su mente estaba peor, no sabia que decir o como actuar, por una parte no podía desconfiar de esa manera de Lisbeth ella nunca le había dado razones Para pensar así, pero al recordar como Victor se había referido a ella, de cómo lo encontró en su casa tan despreocupadamente; solo emanaba de el una rabia incontenible necesitaba explotar con algo o con alguien, después de destrozar todo el despacho decidió salir de este para desquitar su cólera con alguien mas, en la primera que pensó fue en su esposa, pero fue impactado con la noticia que lisbeth ya no se encontraba en la casa y tal y como le había predicho Kate se había marchado a Londres, Andrew no podía creerlo pero para el fue como que ella había aceptado sus actos y que era la única razón  para salir huyendo no existía otra explicación lógica para Andrew, la única persona que merecía su enojo y su cólera era el hombre que había provocado todo esto y ese era Victor, así que decidió tomar un baño y cambiarse para encarar de nuevo a ese hombre, iría de nuevo a la finca, de nuevo iría a la boca del lobo, pero la única diferencia de la última vez era que ahora sentía que no tenía nada que perder, lo enfrentaría directamente, ya no tenía miedo de morir en un enfrentamiento, al contrario su único objeto era terminar con todo, no tenia miedo de perder su vida, si su vida ya la había perdido con la partida de Lisbeth, tal vez no fue el mejor hombre durante su vida pero al menos siempre fue un hombre determinado y decidido así que no vio otra opción, ya había perdido lo más importante de su vida que iba camino a Londres, ya no le quedaba nada mas.
Al salir de la finca su hermana trato de retenerlo pero fue en vano esta vez se sentía más que decidido, tomó su caballo, y se dirigió a la finca de Victor sin acompañante solo con su arma al costado de su cintura no necesitaba nada más. 

Victor un hombre recio y claramente colérico, al enterarse de la precipitada entrada de Andrew a sus tierras su primera reacción fue responder con la misma violencia de hace un par de semanas pero las ciscustancias habían cambiado y tal vez el no había cambiado en su rencor hacia Andrew pero sus sentimientos si habían cambiado, si en verdad deseaba tanto a esa mujer tenía que actuar en base de esos nuevos sentimientos.

-Andrew a que debo tu llegada?.- pregunto Victor al verlo acercarse hasta la entrada de su casa

-no vengo con juegos, sabes muy bien a lo que vengo.- grito Andrew aun distante de la entrada principal donde se encontraba un firme Victor, pero aun así bajo de su caballo y tomo su arma directo a matar, este movimiento alarmo a los hombres del señor korkovic, que posicionaron sus armas dirigiéndose a Andrew

-no te lo recomiendo. Antes de accionar debemos conversar Andrew.- dijo Victor, pero antes de finalizar Andrew ya había disparado pero no acertó por la distancia que había entre los dos hombres.

-no disparen.- ordeno Victor levantándose de su improvisada reacción de agacharse por el disparo

-Andrew deseo la mano de tu hermana.- dijo Victor por instinto para calmar las ansias de Andrew  por asesinarlo, pero solo provocó la furia de este, que tiro el arma y se dirigió rápidamente hacia Victor

-No acciones.- ordenó Victor haciendo frente a la actitud eufórica que se le aproximaba, Andrew  trato de darle un golpe pero este lo esquivo. Así que Andrew hizo por tirarse  encima de el para no darse por vencido.

-que pretendes?.- grito Andrew aún golpeando a Victor, mientras que los hombres de este intervenían  para evitar más golpes, ya que Victor se dedicaba solo esquivarlos

-ya te lo dije, quiero casarme con Kate y como muestra de mi buena intención, olvidare nuestras diferencias.- dijo Victor aún forcejeando con Andrew

-no te interesa Lisbeth?.- pregunto Andrew parando los golpes y tomando una postura más recta y seria

-obviamente no, entiendo que no soy el mejor hombre pero mis intenciones de compromiso recaen sobre tu hermana.- enfatizó Victor

-claramente estas desquiciado al pensar que yo permitiré ese matrimonio.- finalizó Andrew conectando un golpe a la mandíbula de Victor, y este cayendo inmediatamente al suelo por la fuerza y lo inesperado del golpe

-entiendo tu molestia, pero podemos dejar nuestras diferencias, yo sería capaz....- dijo Victor  desde el suelo pero no termino su oración

-nuestras diferencias?.- grito Andrew
-Esto no es una simple enemistad, tu has querido acabar con mi vida por un supuesto y lo peor que lo has logrado y ahora quieres que lo olvide y te entrege a mi hermana menor en matrimonio, como si fuera un intercambio de prisioneros.- dijo Andrew dándole la espalda a Victor y caminando de regreso a su finca, ahora no le importaba hacer pagar a Victor por sus actos, ahora pasaba por su mente el de recuperar a Lisbeth ya que se hizo más que evidente que había sido un idiota e inmaduro al no ver las cosas con claridad y cegarse por los celos y el rencor contenido, ya no tenía tiempo de seguir discutiendo tonterías con un desquiciado e irracional hombre.
Por primera vez en su vida Andrew Potland tenía que admitir su error y hacerle frente a este.

-Andrew espera!  soy capaz de redimirme ante ti y tu familia. Por Kate seria capaz de someterme a la misma bajeza que yo te hice pasar.- grito un Victor desesperado por la repentina actitud de Andrew, el cual se dio una media vuelta y lo vio directamente a los ojos

-sin duda es algo que me encantaría hacer, pero no soy igual que tú.- dijo Andrew y siguió su camino de regreso, tomando su caballo y dirigiéndose hacia la salida, la única  cosa que le importaba ahora era cabalgar lo más rápido posible para alcanzar el carruaje de Lisbeth.

Victor no era un hombre que se iba a quedar con los brazos cruzados, no estaba dispuesto a olvidar su objetivo de matrimonio y menos sabiendo que Kate no le era indiferente, sabia que esta acción de recibir los golpes de Andrew y ser humillado por este no iba a ser suficiente, tenía que tragarse su orgullo nuevamente y no quitar el dedo del reglon todo se trataba de ser paciente  y sobre todo persistente; pero este no era el momento.

No he abandonado la historia, solo es falta de tiempo! Agradezco su paciencia.

El Amor Nace Entre EspinasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora