Lisbeth se había sentido mal, por no corresponder la carta con el mismo entusiasmo con el que Andrew le habia escrito, y seguramente ya no iba recibir más cartas de el. Pero aun seguía manteniendo dudas sobre el, Andrew le habia demostrado que no era el mismo hombre que todos hablaban, pero ella nunca había confiado en nadie y ahora tenía que confiar en el, creer en sus palabras y aceptar su pasado sin menospreciar la experiencia que había adquirido. Pero le pesaba más sus pensamiento, que ella como mujer deseable no iba ser suficiente para Andrew y algún día se iba aburrir del matrimonio. Y aparte ella había prometido nunca enamorarse, y estaba fallando en esa promesa.
Trataba de concentrarse en lo que estaba haciendo, pero le parecía absurdo en preocuparse en que color de rosas seria conveniente para adornar el salón, mientras que su esposo estaba envuelto en problemas verdaderos y de trascendencia para el y toda la comunidad. Cuando le propuso a Andrew la anulación y de regresar a Londres, no penso que le iba pesar la separación, pero ahora la situación era diferente ella deseaba regresar a la finca y estar apoyando Andrew, ya que separarse de el, ya no era una opción.Andrew había pasado una semana estresante ya que había hecho guardia durante las noches y trabajar junto a sus trabajadores, un día después de su visita al señor Korkovic había pasado un enfrentamiento entre sus hombres y los hombres de korkovic, y fue necesario prepararse para lo peor; pero no esperaba la noticia que Frederick le traía, ya que le informo que un mismo trabajador del señor korkovic accionó en contra de el y que había provocado la muerte de este.
Fue una noticia insólita ya que contaban los mismos trabajadores que el señor korkovic azotaba a sus empleados y ese día se dispuso a hacerlo y un hombre se revelo contra de el y antes de que el señor korkovic le quitará la vida otro hombre que era de su confianza le disparó y como nadie lo detuvo huyó del lugar, pero esa era la versión que rondaba entre los campesinos aún que no era algo confirmado, y Andrew no pensaba ir a la casa del señor korkovic a dar el pésame a su viuda iba ser muy hipócrita de su parte, así que se limitó a escuchar los cotilleos de sus trabajadores y esperar nuevas noticias. No podía creer que de una forma tan sencilla se había solucionado su mayor problema, el no se alegraba por la muerte de ninguna persona pero todos sabían que era un hombre deplorable, nefasto y mala persona.
Había que admitir que era un alivio saber que el señor korkovic ya no iba intervenir en sus asuntos y menos en su finca.Andrew tenía la intención de regresar a Londres en un par de días, pero ahora ya no se sentía tan seguro después de la fría carta de Lisbeth en que ella iba regresar con el a la finca, así que más que ansiedad tenía temor de regresar a Londres y que ella aún no estuviera segura de el matrimonio pero era un miedo que tenía que enfrentar, así que se dispuso a tomar el camino hacia Londres acompañado de William, unos días antes de la celebración del cumpleaños de su padre.
-buenos días, señor sea bienvenido.- dijo Anthony
-Buenos dias, Anthony haz visto a mi esposa.- pregunto Andrew entrando a la casa
-creo que esta en los jardines de atrás con su hermana, señor.- Andrew al escuchar una ubicación se dirigió a esta.
-señor, le aviso a su padre de su llegada?.- pregunto Anthony
-No, yo lo buscare luego, Gracias. - y concluyó Andrew caminando hacia los jardines, a la primera que vio fue a su hermana Kate que estaba sentada en la mesa del jardin viendo al horizonte, se acercó a ella con la intención de encontrar a Lisbeth con la mirada, y la encontró en cuclillas viendo unas rosas, Andrew sólo sonrió era típico encontrarla así, ya que recurrentemente olvida su posición de señorita recatada y educada. Ni siquiera saludo a Kate el se fue directamente a donde se encontraba Lisbeth.
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El Amor Nace Entre Espinas
Historical FictionEn una epoca, en donde era comun un matrimonio sin amor, donde tenia mas valor un acuerdo o un convenio , que garantizará un linaje y los negocios de las familias mas acaudaladas. Y cuando su destino ya esta trazado, y que para lisbeth Deforth, va...