capítulo XXXIX

22.5K 1.5K 59
                                    

-no crees que es muy arriesgado ir a presentarte así? .- pregunto lisbeth mientras desayunaban

-no hay otra opción.- dijo Andrew  poniéndose de pie y acomodando su vestimenta, le dio un pequeño beso a Lisbeth en la frente y se dirigió a su despacho, al salir llevaba en la mano una caja de madera y salió directamente a la puerta de salida donde lo esperaba fred, en realidad el objetivo de Andrew era no despedirse de Lisbeth para no hacer las cosas más difíciles, pero le fue imposible cuando Está,  salió corriendo de la casa gritando su nombre.

-Andrew espera, Andrew.- grito Lisbeth, corriendo en dirección a Andrew tomando su vestido para llegar mas rápido a su destino, al acercarse lo abrazo por instante y a los cinco segundo, se separó  de el y lo empezó a golpear en el pecho, Andrew  no esperaba esa reacción  y trato de tomar sus manos para calmarla.

-Lisbeth calmate, por favor.- dijo Andrew aún sosteniendola las muñecas de Lisbeth para que no siguiera con la agresión

-eres un testarudo y egoísta. - dijo Lisbeth  entre sollozos y tratando de seguir golpeando a Andrew ya casi sin fuerzas y dejándose  vencer por el agarre de este, cayo rendida de nuevo al pecho de Andrew

-no tienes que ir, no lo hagas por favor.- dijo Lisbeth  aún abrazada  a Andrew

-Lisbeth  no hagas más difícil esto, sabes que esto es necesario. Tengo que enfrentarlo.- dijo Andrew levantando  el rostro de Lisbeth para que esta lo viera a los ojos.

-eres tan necio, que no te importará dejarme sola y desprotegida?.- pregunto lisbeth ahora viéndolo  a los ojos

-por eso mismo lo hago para protegerte, trato que esta venganza no llegue a ti y la única forma es confrontarlo. Por que por ti sería capaz de dar mi vida.- respondió Andrew

-no lo entiendes, sin ti. Yo ya no tendré vida. Piensa por los dos, no seas estúpido. - enfatizó lisbeth ahora con un tono de enojo y frustración, Andrew deseaba abrazarla y besarla de una forma pasional y desahogar toda su ansiedad en ese preciso momento, pero recordó que se encontraba en medio del jardin frente a todos los trabajadores  que lo acompañarían a  la finca del señor korkovic.

-confía  en mi, yo regresare y si no lo hago,  estoy seguro que tu sabrás que hacer. O si no me engañaste durante tanto tiempo, en demostrarme que eras la mujer firme y segura con la que me casé.- concluyó Andrew con un tono suave y tratando que solo ella lo escuchará y no todos los presentes, tomó de nuevo el rostro de Lisbeth y le dio un pequeño beso, tardó más de lo que debía pero tenía que ser un beso especial por ser como el de despedida. 

-no te vayas. - dijo Lisbeth  de nuevo al separarse del beso

-te amo,  siempre tenlo en cuenta y me has hecho un mejor  hombre por eso siempre te estaré  agradecido.- dijo Andrew al oído de Lisbeth al abrazarla, se separo de ella, tomó su postura y se dirigió a su caballo para montarlo, Lisbeth ya no pudo omitir palabra alguna, el llanto no era incontenible y cayó desplomada hacia el suelo, y solo pudo sentir los brazos de Kate, que la abrazo por atrás y trato de contener su dolor para apoyarla. Ambas vieron alejarse a Andrew en su caballo.

°
Lisbeth aún que trato varias veces de comprender la postura de Andrew, nunca lo logro hacerlo.  No entendía  por que dos hombres tenían que enfrentarse  a muerte por un mal entendido y solo por puro orgullo de hombre, no entendía por que Andrew era tan egoísta y no pensar en el dolor que la había sumergido, no era justo que el logro apoderarse de su vida,  convertirse en su mundo para que después el actuará de esta manera. Lisbeth no sólo se lamentaba el asesinato  del Señor Korkovic, lamentaba todo el tiempo perdido con Andrew, se lamentaba no haber aprovechado cada instante, pero ahora era muy tarde. Solo le tocaba la espera y con la esperanza que Andrew volviera montado en su caballo victorioso, pero sabía que eso era muy poco probable.
Lisbeth entró a su habitación  acompañada de Kate,  que ahora se había convertido en su único consuelo y compañía, Lisbeth se dejó caer en su alcoba para dejar que el dolor la invadiera.

El Amor Nace Entre EspinasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora