Lisbeth se había sentido cómoda en su estadía en el palacio, la condesa era muy generosa con ella y tenia una vida social muy activa, y estaba organizando la cena de la celebración del Conde, así que la mantenía muy ocupada. Y la hermana de Andrew, Katherine era muy agradable, aun que no compartían los mismos pasatiempos se llevaban muy bien, y Kate como todos le decían de cariño, le encantaba hablar de su hermano, y Lisbeth también le gustaba escuchar otra faceta de Andrew.
Lo único que no le agradable era asistir a todas las reuniones para tomar el té, de la Condesa, ya que tenía que socializar con todas sus invitadas, algunas eran amables pero otras eran las típicas señoras de la sociedad, donde el te sólo era una excusa para hablar de todos los cotilleos que habían surgido de nuevo.-Lisbeth, ya es hora del té. Acompañame.- dijo la Condesa levantándose de su asiento mientras lisbeth practicaba en el piano, ni siquiera intento decir no, aun que no le gustaba tenía que obedecer, no quería que creyeran que era una antipática.
-ahora te acompañó katlyn.- y se levanto y la siguió, se instalaron en la sala, donde habitualmente tomaban el té, y al parecer lo iban tomar solas las mujeres de la casa, no había ninguna invitada, Lisbeth se sintió aliviada ya se sentía más cómoda sólo con ellas, pero sus ánimos de cayeron cuando el sirviente anuncio a una invitada.
-Claudette como estas?.- Dijo muy animada la condesa, la invitada hizo una reverencia y saludo con un beso a katlyn y Kate.
-Muy bien querida.- respondió Lady Claudette, era la esposa del señor Carsson que era un hombre muy acaudalado de la burguesía.
-Que bueno que nos acompañes, así te podré presentar a Lady Lisbeth, la esposa de Andrew y ella es Lady Carsson.- dijo la Condesa dirigiéndose hacia lisbeth, solo hizo una pequeña reverencia.
-Un gusto de conocerla, señora.- dijo Lisbeth, le pareció una mujer bella, con su cabello negro crespo, ojos grandes y profundos que hacían juego con sus pestañas largas y cejas pobladas, y sin mencionar su clase y elegancia.
-no me llames señora, dime Claudette creo que te llevo un par de años.- y todas sonrieron por el comentario, ya que Claudette rondaban en los treinta y algo de años, en cambio Lisbeth ni siquiera tenía los veinte años.
Las platicas fueron las habituales, hablar de trivialidades, de quienes tenían un romance, los posibles matrimonios a futuro, de los engaños de los maridos y otras cosas que le parecían tan aburridas y sosas a lisbeth; tenía muchas ganas de levantarse pero no podía retirarse, ya que Kate se había dispensado para dejar la reunión por un dolor de cabeza, así que ya no podía utilizar la misma excusa. En un momento de la reunión Lisbeth se quedo a solas con Claudette, ya que la condesa había decidió ir a traer ella misma su collar de diamantes que había sido el ultimo regalo del Conde.-y dime Lisbeth, como te va en el matrimonio?.- pregunto Claudette
-Muy bien.- Lisbeth no quiso responder algo mas, no sabia cual podían ser las palabras correctas para responder.
-te felicito, y que bueno que no te incomode la reputación que mantenía Andrew.- dijo Claudette
-no se a que te refieres, no me interesa saber el pasado de mi marido.- dijo Lisbeth no quería profundizar en ese tema
-por que es mas fácil hacer caso omiso a los cotilleos, y prefieres ignorar el pasado de Andrew, tal vez haces bien pero consejo que te doy, deberías de estar muy atenta a lo que hace tu marido.- Lisbeth entendía muy bien lo que quería dar a entender Claudette pero no quería demostrarle su molestia por su comentario.
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El Amor Nace Entre Espinas
Historical FictionEn una epoca, en donde era comun un matrimonio sin amor, donde tenia mas valor un acuerdo o un convenio , que garantizará un linaje y los negocios de las familias mas acaudaladas. Y cuando su destino ya esta trazado, y que para lisbeth Deforth, va...