capítulo XX

31.8K 2.2K 97
                                    

Lisbeth despertó un poco después del amanecer, recordó su caída cuando  intento moverse y le dolía todo el cuerpo, y al voltearse pudo ver a Andrew recostado en una silla aún durmiendo, la verdad no se miraba nada cómodo,  pero realmente se miraba tierno, se miraba tan indefenso, tal vez Lisbeth estaba exagerando pero verlo así,   en paz parecía  un ángel  es que tenía fracciones  tan finas y el cabello alborotado. Verlo así,  era tan fácil imaginarse por que era tan mujeriego, seguramente ella hubiera sido  una víctima más de sus encantos  pero peso más su actitud arrogante y presumida.

-me estudiadas. - dijo andrew aún con los ojos cerrados

-que dices?.-  pregunto lisbeth, asustada

Andrew abrió los ojos y sonrió.
  -como  amaneciste.-

-mejor - respondió Lisbeth

-no sabia que montabas, bueno aún que por lo visto no tan bien.- bromeó Andrew

-en realidad monto muy bien, pero no estaba acostumbrada a ese caballo y aparte tu me asustaste.-  respondió Lisbeth con enfado

-en verdad lo siento, yo.- Lisbeth  no lo dejo terminar

-no fue necesario que te quedaras para cuidarme.-  le dijo Lisbeth 

-solo que estaba preocupado, y la verdad no sentí  cuando me quede dormido.-  y se acercó más ella
-tienes hambre. -

-Si. - dijo Lisbeth acomodándose

Andrew la tomo entre sus brazos y le ayudo a acomodarse, al terminar le dio un pequeño beso en la frente.
-iré a pedir que te suban tu desayuno.-  y salió de la habitación

Andrew bajo Hasta la cocina y se encontró con  mairem y Rossy,  le ordenó a mairem, que le preparara un baño y que después  fuera con el jardinero y que le llevarán unas flores a lisbeth  a su habitación.

-Rossy y tu, podrías  llevarle el desayuno a Lisbeth, pero antes de eso, acompañame al despacho.- Andrew  camino hacia el despacho seguido por Rossy,  al entrar  se dirigió  a unos libros sobre un mueble, Andrew sabia que eran los libros que le interesaban a lisbeth  por que los  habían  separado, tomó dos de ellos y se los dio.
-cuando  subas con el desayuno, lleva estos, creo que los va necesitar por que no podrá salir de allí  y debes de estar al pendiente lo que ella necesite, yo tengo  que ir al pueblo.-

-Si señor, como usted ordene.- tomó los libros y se dirigió  a la cocina

Lisbeth trato de levantarse de su cama pero por el dolor le era imposible, detestaba  sentirse así de inútil, pero tal vez  lo mejor era descansar y no tratar de levantarse de la cama, cuando  tocaron  la puerta.

-con su permiso  señora.-  dijo Rossy entrando a la habitación con una bandeja de comida.

-le traje el desayuno, señora.-  acercándose a la cama

-Gracias, Rossy.  Me ayudas.-

-Si,  y también  le traje unos libros que el señor me los dio para dárselos, no quiere que se aburra  aquí. - dijo Rossy ayudándola

Lisbeth no comentó nada, solo tomó los libros y solo vio de cuales se trataban, y eran los que ella había comenzado a leer, no sabía  que el se fijará  en esas cosas y que estuviera tan al pendiente de lo que hacía. 

El Amor Nace Entre EspinasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora