Capítulo 49: Gabriela...

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{Blas}

Ainoa: Blas, -dice zarandeándome en la oscuridad- no me encuentro bien-. Me incorporo en la cama y enciendo la luz, miro la hora, las cinco menos veintisiete de la madrugada.

Yo: ¿Nauseas?- Le pregunto ya que es lo que pasan todas las noches desde hace tres meses.

Ainoa: No, son contracciones-. Dice presionándose los riñones.

Yo: ¿Quieres que vayamos al hospital?

Ainoa: No, -dice negando con la cabeza- todavía no he roto aguas, estoy bien.

Yo: La doctora te dijo que podías estar de parto y no romper aguas.

Ainoa: Blas, no seas pesado-. Me dice levantándose de la cama.

Yo: ¿Dónde vas?

Ainoa: A beber agua, ¿o es que no puedo?- Me responde bastante borde antes de salir de la habitación. He de reconocer que he estado muy pendiente de ella durante todo el embarazo, pero si lo he hecho ha sido por su bien y por el del bebé-. ¡Blas!- Le oigo gritar desde la cocina y voy corriendo hacia allí- Creo que he roto aguas-. Dice mirando el suelo con las manos en su abultada tripa.

Yo: Cariño tranquila, respira.

Ainoa: Tranquilízate tú que te va a dar algo-. Me dice y es totalmente cierto-. A ver voy a darme una ducha y nos vamos al hospital, pero sin prisas que ya sabes que me agobio mucho.

{Ainoa}

Y llegó el momento, tenía ganas, pero ahora el miedo se apodera de mí, ¿y si es de Salva? Al que por cierto he avisado nada más entrar en el baño. Intento dejar la mente en blanco mientras el agua recorre mi cuerpo, pero no lo consigo, esto me supera.

Salgo de la ducha y tras envolverme en una toalla y secarme el pelo salgo del baño rumbo a la habitación para vestirme y desde ese momento todo empieza a pasar demasiado rápido. Tan rápido que en un abrir y cerrar de ojos me veo tumbada en la camilla del hospital con unas contracciones terribles, y todo porque dije que no quería epidural. Blas está a mi lado de los nervios dándome la mano mientras con la otra habla por WhatsApp, cuando por fin viene la comadrona que a saber que coño estaría haciendo porque ha tardado la vida en llegar, me dice que como ya he dilatado diez centímetros que puedo empezar a empujar. ¡Como si fuera tan fácil y no doliera! Ahora es cuando me planteo que de paso me hagan la ligadura de tropas, porque yo si duele tanto no tengo más hijos. El caso es que sacando fuerzas de donde no las hay y rompiéndole la mano a Blas consigo que salga la cabeza pero mi pulso se acelera más todavía cuando oigo la conversación  de los médicos:

Comadrona: Como mínimo viene con tres vueltas, no puedo cortar, es muy precipitado-. Blas y yo nos miramos preocupados, y las lágrimas comienzan a caer por mi rostro, Blas me da un beso en los labios y suspira fuertemente-. Ainoa, vas a tener que empujar con todas tus fuerzas-. Y así hago, al instante dejo de notar el dolor y es entonces cuando sé que el bebé ha salido-. ¡No respira! ¡La perdemos!- En ese momento me bloqueo, sólo noto un gran ajetreo de médicos y Blas que está a mi lado cubriéndose la cara con las manos-. Lo siento...-Dice la comadrona entregándole a Blas un pequeño bulto envuelto en una toalla- Era una niña-. Miro a Blas que llora en silencio mirando a la pequeña sin vida.

Blas: Gabriela...-Susurra. Es cierto él dijo que si era niña se llamaría Gabriela como mi hermana, y yo dije que si era niño se llamaría Dani.

Una enfermera me avisó de que en breve me subirían a planta y que un rato después se llevarín el cuerpo de la niña. De MI niña, esa que he llevado nueve meses dentro de mí. Me siento incompleta, como si me faltase una parte de mí. Después de haber perdido a tantos seres queridos me he dado cuenta de que lo que más duele es perder a un hijo, ni la muerte de mis padres ni la de ninguno de mis hermanos me ha hecho sentirme así.

Salva: Hola papis-. Dice bajito al entrar en la habitación con un oso de peluche gigante en brazos sin haberse enterado de la noticia-. ¿Me dejas coger a la princesa o al príncipe antes de que empiecen a llegar los titos y haya que hacer turnos para cogerle?- Le pregunta a Blas, y cuando este levanta la cabeza llorando se da cuenta de que algo ocurre. Me mira fugazmente y luego devuelve su mirada a Blas, se queda estático durante unos segundos y después se tapa la cara con las manos y comienza a dar vueltas por la habitación-. Lo siento-. Susurra todavía con las manos ocultando su rostro-. ¿Qué... Ha pasado?- Dice sentándose a mi lado en la camilla mientras pasea su mano por mi brazo suavemente.

Yo: Tenía cuatro vueltas de cordón y... Se asfixió...- Digo intentando aguantar las lágrimas cosa que es inútil porque no aguanto ni dos segundos en romper a llorar y él en abrazarme-¿Crees que era tuya?- Le susurro al oído mientras me abraza y él se limita sólo a negar con la cabeza derramando también unas lágrimas.

Salva: No hubiera querido que fuese mía, no podría vivir con esto-.Susurra todavía abrazado a mí.

This is love (Auryn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora