Capítulo 18: ¿Quieres hablar?

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{Blas}

Yo : ¿Y qué tal por Londres?

Carlos : Muy bien. - Responde y le entra la risa tonta.

Yo : ¿La risa tonta a qué viene? - Le pregunto con una sonrisa fingida.

Carlos : Conocí a una chica, se llama Marta es de Londres pero en un par de meses volverá a Madrid con su padre. - Dice muy sonriente.

Yo : ¿Y? - Le incito a continuar.

Carlos : Coincidí con ella la noche después de conocerla y nos dimos los números de teléfono. Al día siguiente la llamé y quedamos para tomar algo.

Yo : ¿Ha pasado algo entre vosotros? - Pregunto con curiosidad.

Carlos : Un par de besos tontos. - Dice con una mueca extraña.

Yo : ¿Te gusta? - Pregunto forma que más que una frase interrogativa parece una afirmación.

Carlos : Es muy complicado, no lo tengo claro. Aún tengo a Patricia muy presente. Pero Marta es amable, simpática, divertida, guapa... - Dice esto último con cara de enamorado.

Yo : ¿Y cuál de las cualidades que acabas de decir no tiene Patri? Porque yo sinceramente creo que tiene todas esas y muchísimas más. - Y cuando termino de decir esto el suelta un gran suspiro. - Mira Carlos, yo no te pienso juzgar. Es más no creo que nadie deba juzgarte y menos cuando tú no has sido el que decido daros un tiempo, pero también te digo que te pienses bien las cosas porque puedes perder a la mujer de tu vida. - Me levanto del sofá dejándole reflexionando, me despido de él y me voy.

{Dani}

Yo : Venga por favor deja de llorar. - Suplico, me parte el alma verla así.

Ainoa : No puedo Dani. Todo está así por mi culpa dice entre sollozos.

Yo : No. Hay te equivocas, la culpa la tenéis los tres. David, por haberse tirado a otras. Si el no te hubiera sido infiel vuestra relación hubiera sido más estable. Blas, por acostarse con una chica que tiene novio y que además es la novia de un amigo. Y tú, además de tener la culpa por haberte acostado con Blas, la tienes porque siempre estás tonteando con nosotros y claro, llegas y tonteas con Blas que está enamorado de ti y claro, el chaval se calienta y acabáis así.

Ainoa : No. - Dice ya un poco más calmada. - Blas no está enamorado de mi.

Yo : Claro y yo soy una tía... - Va a ser verdad eso de que los rubios somos tontos (aunque de momento me excluyo del grupo.)

Ainoa : ¿Y si tú estás enamorado de una persona vas y echas un polvo con otra? - Dice secándose las lágrimas. Creo que ésto la va a doler pero es que lo tengo que soltar.

Yo : ¿Y tú estás enamorada de David? - Suelto. Me mira, se levanta del sofá y va a la terraza.
Creo que me he pasado. Me levanto yo también y voy tras ella. - ¿Cuando vas a dejar de fumar? - Digo sentándome en el suelo a su lado.

Ainoa : Ya bastante tengo con haber dejado a David. - Dice y después le da una calada al cigarro.

Yo : Lo siento, no te tendría que haber dicho eso. - Me disculpo.

Ainoa : No Dani, no lo sientas. - Da otra calada. - Si es todo culpa mía, que cómo soy tan mala persona, lo único que sé hacer es joderle la vida a la gente. No tengo bastante con mi mierda de vida que tengo que buscarme más problemas. - Le da la última calada al cigarro y lo apaga en el cenicero.

Yo : ¿Quieres hablar? - Pregunto levantándome del suelo. Y teniéndole la mano para que se levante también ella.

Ainoa : No me vendrá mal sincerarme de una vez y dejar de vivir una mentira delante de todo el mundo. - Esas palabras me dejan impactado. Quizá hay cosas que no sabemos de Ainoa. - Mira Dani estoy cansada de tener que estar escondiendo la verdad sobre mi vida, desde siempre lo he estado ocultando pero ya me he cansado de que la gente me juzgue sin saber la verdad. Pero nunca lo he dicho por miedo, por miedo a que la gente me mire con pena y me trate diferente sólo porque mi vida no fue la mejor que se puede tener. - Dice una vez ya estamos sentados en el sofá.

Yo : ¿Y esto no lo sabe nadie? - Digo alucinando.

Ainoa : David lo sabe desde hace cuarenta y cinco minutos antes de que entrara yo por la puerta de casa. Quería conocer a sus suegros antes de que nos dijéramos adiós por última vez cómo pareja.

Yo : ¿Le has llevado a casa de tus padres?

Ainoa : No, en casa de mis padres no hay nadie.

Yo : Entonces no lo entiendo... - Digo muy confuso.

Ainoa : Dani, mis padres adoptivos, porque soy adoptada al igual que mis hermanos, están muertos, cómo mi hermana melliza y mi madre biológica que era una drogadicta que murió de sobredosis cuando Gabriela, así se llamaba mi hermana, y yo teníamos seis o siete meses, nuca lo he sabido con exactitud. Entonces al no encontrar a ningún familiar ni muchísimo menos a nuestro padre nos llevaron a un orfanato donde pasamos los dos primeros años de nuestras vidas. Hasta que un día llegaron una pareja que a los días nos llevó a su casa y se convirtieron en los padres que todos los niños desearían tener. Vivimos en Extremadura hasta que Gabriela y yo cumplimos los cuatro años que nuestros padres decidieron mudarse a Madrid para que Gabriela y yo pudiéramos tener un futuro mejor. En Madrid nuestra vida cambio, en mi caso a mejor y en el suyo a peor. Yo pronto hice amigas, que todavía siguen siéndolo y que van a tardar poco en descubrir esto que te estoy contando, pero Gabriela, cómo muchos de los niños adoptados tenía tendencia a sentirse rechazada. Mis padres la estuvieron llevando a psicólogos y con el tiempo logró superarlo.
Cuando teníamos siete años nuestros padres nos trajeron a casa a dos hermanitos Fran, que por aquel entonces tenía dos años y Aarón que sólo tenía un año. Ellos también eran hermanos biológicos. No tardamos en congeniar y enseguida empezamos a querernos cómo hermanos. Hasta aquí todo genial, pero la cosa se complicó cuando teníamos dieciséis años que mi hermana empezó a sufrir ataques al corazón. La cosa se quedó sólo en eso hasta que una mañana Gabriela con tan sólo diecinueve años no volvió a respirar. A raíz de ahí comencé a cortarme, sólo lo sabían mis hermanos y mis padres que comenzaron a llevarme a psicólogos que no consiguieron nada ya que yo decía nada y les ignoraba. De cortarme pasé a intentos de suicidio cuando me enteré al año de morir mi hermana de que mi padre también podría morir de cáncer.
Intente suicidarme tres veces y en una de ellas roce a la muerte con la punta de los dedos. Dejé de pensar en huir de los problemas un día que mi madre llegó del hospital llorando y diciéndome que mi padre se moría. Esa misma tarde mi madre se puso a preparar el testamento y, al día siguiente el corazón de mi padre dejó de latir. El día del entierro nadie encontraba a mi madre. Fui a mi casa muy enfadada con mi madre por no dignarse a ir al entierro de su marido. Pero cuando la encontré colgando de una soga en su habitación en lo único en lo que pensé fue que me tocaba ser fuerte. Y ese es el motivo por el que las chicas no han vuelto a ver ni a mis padres ni a mi hermana. Yo les conté que habían vuelto al pueblo, no quería que sintieran pena por mí. Pero ha llegado el momento de contar la verdad, cómo ellas hicieron conmigo. - Termina de relatar.

Yo : Quiero que sepas que aquí tienes un hermano para lo que necesites. - Me abraza y yo la abrazo aún más fuerte. - Te quiero. - Beso su mejilla.

This is love (Auryn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora