Capítulo 31: La fiesta 1/2

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{Dani}  09:56 a.m.

Me limito a caminar, sé que ella me sigue, pues oigo el sonido de sus pasos y las ruedas de su maleta.

A penas me ha dicho nada, ni un mísero hola. Sólo me ha mirado y ha seguido mis pasos, aun me sigo sintiendo culpable, ella tenía razón, todo hubiese ido mejor si no la hubiera alejado de nosotros.

Llegamos al coche, abro su puerta y ella entra sin decir nada, cierro, cojo su maleta azul, la guardo en el maletero, entro en el coche y arranco. El camino transcurre en silencio hasta que ella decide romperlo susurrando un gracias, cosa que me deja muy desconcertado:

Yo : ¿Gracias por qué?

Ainoa : Gracias por todo, por sacarme de allí después de todo lo que he dicho sobre ti y por soportar todo lo que me soportas.- Me explica.

Yo : Bueno, eso no tiene importancia...

Ainoa : Puede que eso no, pero lo que sí tiene mucha importancia es lo de Andrea.- Vaya... Esto me deja de piedra, no sabía que Andrea le había dicho nada. Pero en el fondo eso da igual, yo soy el culpable, si yo no hubiera abierto la boca esto no habría pasado.

Yo : Yo tengo la culpa.

Ainoa : No, Dani, la tiene ella no te engañes.

{Álvaro} 12:49 p.m.

~WA : Grupo~

←Holaaa!!!! Chicos he pensado en hacer una fiesta en mi casa para celebrar que Ainoa a vuelto. Os apuntáis???

Salva→ Yo me apunto.

Blas→ Yo también voy, y a Patri si hace falta la llevo arrastras.

Carlos→ Marta y yo nos pasaremos un rato.

Judith→ Yo voy, aunque no tengo muchas ganas.

Ainoa→ Gracias Álvaro, eres increíble.

← Te he echado mucho de menos pequeña.

←Aquí a las nueve.

Mario→Ok

~[FIN] WA : Grupo~

{Ainoa} 20:45 p.m.

Dos... No, tres. Tres vueltas a la manzana llevamos y no hemos encontrado ni un puto aparcamiento.

Salva : Dani, por Dios, deja de dar vueltas que me voy a marear, y eso que todavía no he bebido. - Dice y le doy un golpecito en el hombro izquierdo.

Dani : Joder, es que no hay ni uno.- Resopla frustrado desde la parte delantera del coche.

Yo : ¡A la derecha! - Exclamo eufórica al descubrir que hay un aparcamiento. Dani gira bruscamente en volante y sin hacer una sola maniobra entra en el sitio, tira del freno de mano y para el motor.

Nos bajamos los cuatro y, agarrados por parejas nos dirigimos al piso del Álvaro y Lucía.

Salva : ¿No la vas a hablar? - Me pregunta en un susurro mientras aprieta un poco más mi mano para llamar mi atención.

Yo : ¿Tu lo harías? - Le devuelvo la pregunta mirando como ella camina sobre esos llamativos tacones azules de la mano de Dani.

Salva : Algún día lo acabarás haciendo, era tu mejor amiga. Aunque no puedo negarte que yo me quedé de plástico al enterarme de que no había sido Dani, sino ella.-Y sin darle más vueltas al tema caminamos hasta llegar al portal.

Al entrar en la casa Álvaro me recibe con un caluroso abrazo que me reconforta y más adelante Lucía me aprieta contra su cuerpo de forma que parece que en vez de querer darme la bienvenida, me quiere matar.

Mario : ¡Pero que la vas a matar, muchacha! - No me había dado cuenta de su presencia, hasta que no ha abierto la boca. Mario se acerca a mi a gran velocidad y me abraza hasta levantarme del suelo, pero nuestro abrazo se ve interrumpido por el sonido del timbre.

A los minutos entran por la puerta Carlos acompañado de una chica que parece muy joven, supongo que será Marta, y... ¡Vaya! Judith manteniendo una alegre charla con Blas. Parece que en este tiempo su relación ha mejorado.

Pero no todo puede ser tan perfecto, parece que la noche se va a plantear entretenida porque acaban de entrar por la puerta Patricia y... David.

Patri se abalanza sobre mí,e da dos besos y un gigantesco abrazo, mientras me dice lo feliz que está de que haya vuelto. Pero su estado de ánimo no tarda en cambiar cuando se da cuenta de que en el sofá reposa Carlos, con Marta sentada sobre sus piernas.

Y como la noche también se me tiene que joder a mí, justo enfrente tengo a David que se acerca a mí lentamente.
La verdad no sé qué hacer. Y por su mirada creo que él tampoco, es la primera vez que noto a David inseguro.

Muy lentamente va caminando hacia mí, se detiene cuando sólo quedan entre nosotros unos treinta centímetros. Me mira fijamente, cosa que hace que me ponga nerviosa retroceda unos centímetros hacia atrás.

Pero David en un rápido movimiento pega sus labios a los míos. En milésimas de segundo, mi mano derecha se estampa contra su cara, provocando que se separe y me mire con desconcierto.

¿Pero que pretendía? ¿Se piensa que todo es tan fácil?

Pues conmigo no, pero debo reconocer que volver a besar sus labios me ha hecho sentir algo.

This is love (Auryn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora