ᴄᴀᴘíᴛᴜʟᴏ ᴛʀᴇs.✥ ᴇʟ ɪɴɪᴄɪᴏ ᴅᴇʟ ᴄᴀᴍʙɪᴏ

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El tiempo transcurrió con rapidez. Literalmente fue como un abrir y cerrar de ojos.

Habían pasado meses de tortuosa espera y hoy era el día. No pude conciliar el sueño toda la noche anterior. Mis ojos estaban algo hinchados y tenía un dolor de cabeza terrible. Aquello era el fiel reflejo de cómo mi organismo respondía a la situación que iba a experimentar.

Iniciaban las clases en la universidad y conocería de una vez por todas si sería capaz de enfrentar todos esos enemigos que se albergaban en mi mente. Era una lucha constante con ellos, los cuales siempre me hacían sentir insignificante cada vez que intentaba hilar oraciones y no conseguía pronunciar una mísera sílaba.

Arreglé todas mis cosas con lentitud, tratando ilusamente de posponer mi llegada a ese lugar pero la voz de mi madre desde el patio no tardó en manifestarse reprochando mi demora.

Agilicé mis movimientos y llegué a su lado.
Subí al auto junto a Ashton quien llevaba una maleta. Él había pasado las vacaciones en casa y hoy volvería a vivir cerca de la universidad a pesar que sus clases comenzaban después que las mías por tratarse de la semana de bienvenida para alumnos de primer año.

Durante el trayecto no podía evitar pensar con qué me encontraría en ese sitio. Mi sistema comenzó a darme a entender que yo aún no estaba preparada para esto. Mis manos comenzaron a sudar en demasía, mis piernas temblaban, los latidos cardíacos aumentaron su frecuencia; desabroché el cinturón de seguridad porque sentía que me asfixiaba siendo que estaba bastante holgado. Pasaba mis manos una y otra vez sobre mis muslos para quitar el sudor.

—Tranquila, todo estará bien — habló mi hermano causando que algo de tensión se desvaneciera.

Al bajarnos del auto miré a mi alrededor. Miles de jóvenes caminando, riendo, hablando entre ellos y de inmediato me sentí ajena a todo esto. Yo no iba a ser capaz encajar en ningún lugar, nunca lo había hecho ¿por qué ahora tendría que ser diferente?

Desde la ventanilla mi madre llamó mi atención y estiró su brazo entregándome algunos billetes:-Aquí tienes dinero para que te compres lo que sea durante los recesos. Y acuérdate de llamarme cuando salgas de clases para ir a buscarte.

Asentí aunque no me gustaba del todo la idea que mi madre fuera por mí después de clases sin embargo no tenía otra opción. No iba a vivir en el campus a diferencia de mi hermano quien sí lo hacía y cómo nuestra casa quedaba relativamente cerca, mis padres decidieron que por mi tranquilidad y seguridad la mejor opción era la de seguir viviendo con ellos. Por eso mi madre se adjudicó la labor de ir a buscarme.

Cuando el auto desapareció de mi vista volví a mirar el lugar y un pequeño escalofrío recorrió mi cuerpo. Me sentía tan diminuta e indefensa que por poco eché a correr muy lejos de ahí pero la mano de Ashton en mi hombro me detuvo, como si hubiese conocido mis intenciones.

—Iré a dejarte a la Escuela de Artes —dijo y luego esbozó una pequeña sonrisa.

Rara vez me había sentido tan dependiente y cercana a Ashton y hoy era un día de esos. Debía reconocer que sus pequeños gestos me estaban brindando una tranquilidad paulatina.

Seguí sus pasos con torpeza tratando de no estrellarme con el tumulto de gente que llenaba los distintos rincones, no quería pasar una vergüenza mi primer día de clases. Sin darme cuenta, mi hermano se detuvo repentinamente e hice lo mismo.

—Bien Alice, aquí tendrás tus clases. ¿Quieres que te acompañe a la sala?.

Negué con mi cabeza como respuesta. Ashton ya había hecho bastante y ahora era el turno de comenzar a valerme por mi misma. No podía esperar a que él tuviese siempre la disponibilidad de ayudarme.

No hubo expresión en su rostro y antes de irse desordenó mi cabello como de costumbre lanzando una carcajada burlesca.

Hice una mueca de disgusto tratando de ordenar los mechones alborotados y caminé por un largo pasillo mientras observaba los números de los salones. Se me hacía difícil mantener mi atención en ellos porque a su vez continuaba esquivando los estrellones de las personas que transitaban por ahí.

Caminé hasta llegar al final del pasillo pero no tuve éxito. Tampoco hice el intento por volver al inicio y repetir mi acción. Sólo atiné a ir hacia unos pequeños muros de concreto adornados con columnas y me dediqué a observar a mi alrededor.

Las lágrimas amenazaban con salir. Me sentía ofuscada al no poder acercarme a alguien y preguntarle donde estaba la sala. Aún no tenía el valor suficiente para hacerlo.

Saqué el papel donde tenia anotado todo lo referente a mi carrera.
Miraba detenidamente lo que tenía en mis manos. Suspiré con frustración y volví a guardarlo. Eché un vistazo otra vez al lugar cuando una voz familiar llamó mi atención.

—¿Alice?¿Eres tu?.

Volteé mi cabeza y una mezcla de emociones vinieron a mí tras ver el rostro de Tracy después de tanto tiempo.

Tracy fue mi mejor amiga de infancia y parte de mi adolescencia pero a raíz de mi fobia perdí el contacto con ella. Ya no hubo pijamadas ni salidas al cine o ir de compras. Nuestra amistad desde ese entonces se basó en enviarnos mensajes por celular para contarnos todo y aunque en el inicio todo marchó perfecto, después de unos meses dejé de responderle con frecuencia y nuestra relación ya no era la misma porque paranoicamente pensé que ella quería continuar siendo mi amiga sólo por lástima.

No sabía como actuar. Su presencia realmente me tomó por sorpresa pero no podía negar que me alegraba verla aquí. Aclaré mi garganta para intentar decirle algo y fue inútil. No pude pronunciar una sola palabra por temor a que mi voz temblara.

Tracy me conocía lo suficiente y no tuve necesidad de explicarle porque al instante me dijo con una leve sonrisa: —No te preocupes Alice. Yo entiendo todo. Por cierto, ¿Estás buscando tu sala?.

Asentí. Le mostré el papel que guardaba en el vaquero con rapidez.

—Así que Bellas Artes. No me sorprende porque siempre fuiste buena pintando y dibujando. Yo estudiaré Dramaturgia por lo que...¡nuestras facultades no estarán tan lejos! — dijo con emoción —De verdad que me pone muy feliz saber que vas a estudiar y por esa razón no voy a reclamarte el hecho que no me hayas escrito para avisarme de esto.- entornó los ojos fingiendo molestia.

Sonreí. En muchas ocasiones recreé en mi mente la escena en la cual volvía a encontrarme con Tracy después de tantos meses sin tener contacto y en la mayoría de las veces, ella se comportaba de manera fría y distante. Me costaba creer que su actitud conmigo no había cambiado en lo absoluto a como era antes pero también me aliviaba saber que a pesar de las dificultades, todavía tenía una amiga en la cuál confiar.

Caminamos en dirección a nuestros salones. Tracy conocía a la perfección el lugar y lo atribuía a su hermanastra quien también estudiaba en esta universidad. Traté de memorizar el recorrido e ir visualizando los números de cada sala llegando a la conclusión que todas mis clases estarían en el mismo pasillo lo cual fue un alivio.

—Este es la clase que te corresponde ahora — dijo Tracy al detenerse frente a la puerta— Yo estaré en un edificio más allá así que cualquier cosa que necesites durante los recesos, sólo me envías un mensaje y vendré a ayudarte. Debes enviarme la foto con tu horario para saber a cual sala debo ir. Nos vemos.

Giró sobre sus talones y se fue en dirección al lugar que había mencionado. Ni siquiera pude agradecerle. Realmente quería hacerlo pero supuse que ella no esperaba que algunas palabras salieran de mi boca, como era costumbre.

Tomé una bocanada de aire antes de abrir la puerta e ingresar.

"Tranquila Alice, tú puedes hacerlo"










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Quería decirles que en esta edición de la historia, el vínculo entre Alice y Harry se dará de manera más lenta porque me enfoqué más en lo que Alice sentía y en sus vivencias que en su relación con Harry. Eso no quita el hecho que Harry es un pilar fundamental en la vida de Alice🥰

Gracias por el apoyo y la paciencia 💜

The only one ⇎ h.s ❴AU❵Donde viven las historias. Descúbrelo ahora