The only one ⇎ h.s ❴AU❵

ᴄᴀᴘíᴛᴜʟᴏ ᴛʀᴇɪɴᴛᴀ ʏ sᴇɪs.✥ ¡sᴜᴘᴇʀᴀᴅᴏ!

Las primeras semanas viviendo en la universidad no fueron para nada fáciles. El cambio drástico de vida me golpeó profundamente ya que era de esas personas que evitaban a toda costa tener que adaptarse a lo nuevo y prefería siempre mantenerse en su zona de confort. Lo rescatable de este proceso es que pude adquirir un poco más de confianza en mi misma y si antes titubeaba al momento de hablar incluso con personas cercanas, ahora ya no lo hacía con frecuencia. Eran contado con los dedos de las manos aquellos momentos en los que mi voz se tomaba su tiempo al salir y eso me tenía relativamente contenta.
Sin embargo, el hecho de no desayunar o almorzar junto a mi padre y madre todavía causaba tristeza en mí, aunque Harry lograba todas las mañanas que pudiese olvidarlo con su mensaje avisándome que se encontraba en la cafetería de la universidad para qué desayunáramos juntos y así no tuviera que cambiar el horario al que ya estaba acostumbrada. Realmente apreciaba lo que hacía por mí ya que él no vivía en el campus y se levantaba más temprano de lo habitual sólo para acompañarme sin importar que sus horas de sueño fueran pocas también a raíz de mis problemas.

—¿Dormiste bien?— preguntó Harry después de saludarme con un beso al llegar a la cafetería.

—Si, creo que ya me acostumbré— esbocé una leve sonrisa. Otra cosa que me costó esas primeras semanas fue poder dormir tranquilamente y a lo más lo hacía por cuatro horas y ni siquiera eran de corrido. Ahora que ya había pasado un poco más de dos meses, podía decir que dormir ya no era un problema.

—Me alegra escuchar eso.—tocó mi nariz— Creo que sirvió que te cantara canciones hasta que te durmieras tal y como una bebé— rió.

—Sólo fueron dos noches—lo miré frunciendo el ceño—Además ni siquiera cantabas bien, me dormía sólo para que dejaras de hacerlo — bromeé a lo que Harry respondió con un pequeño pellizco en mi abdomen que luego se transformaron en cosquillas. — ¡Estaba mintiendo! —dije riendo casi con desespero para evitar que continuara con su repentino ataque el cual era presenciado por unos pocos alumnos que se encontraban también en la cafetería.

—Has herido mi orgullo Alice — habló con falso dramatismo —Y yo que tenía pensado audicionar para The X factor pensando que tenía buena voz —dejó de hacerme cosquillas y tomó mi mano— Ya basta de bromas...pero ¿realmente canto mal?.

Sonreí. Esos días en los que no podía dormir, con Harry hacíamos videollamadas durante las noches hasta que lograra conciliar el sueño lo cual a veces resultaba ser en la madrugada. A veces, buscando algo que hacer para no sentir que las horas pasaban tan lento, comenzábamos cantando, pero su voz era claramente mejor que la mía por lo que me dedicaba a escucharlo. Eso sumado con las diferentes cosas triviales que nos contábamos, lograban que pudiera dormir sin reparo.

—Tienes una voz muy linda—dije con sinceridad — Podría escucharte cantar toda una vida...

—Y yo quiero que estés conmigo toda una vida.

Besó mi frente y se fue directo al mostrador para pedir lo que iba a comer. Eran este tipo de frases que me dejaban perpleja sin saber cómo reaccionar ya que no sabía si las decía en serio o en broma. Seguí sus pasos y me acerqué al mostrador también. Cuando ambos teníamos nuestro pedido en las bandejas nos fuimos a sentar en los puestos más alejados, como siempre lo hacíamos.

—¿En serio no quieres que te ayude con tu presentación? — habló después de que estuvimos en silencio comiendo unos minutos.

—Tracy y Niall van a ayudarme el viernes después de clases. Tú ya has hecho demasiado por mí en este último tiempo.

—Pero ayudarte jamás ha sido una obligación o una carga para mí, no sientas que estas en deuda conmigo o algo por el estilo.

—Es que siento que recibo más de lo que doy y no es justo...