ᴄᴀᴘíᴛᴜʟᴏ ᴛʀᴇɪɴᴛᴀ ʏ ᴄɪɴᴄᴏ.✥ ᴛᴜ́ ʏ ʏᴏ

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El camino hacia la universidad se hizo demasiado corto lo cual agradecí ya que lo único que quería era llegar a lo que sería mi nuevo hogar, ocupar toda mi energía en ordenar y no pensar en nada más al menos por hoy. Sabía que aquello no iba a ser fácil; mi mente por lo general tendía a divagar cada noche y conciliar el sueño se tornaba un arduo trabajo. De seguro pensaría mirando a la nada en mi madre y padre, en mi antigua casa y en qué demonios estaba pasando por mi cabeza en aquel entonces como para llegar a esta situación, teniendo en cuenta que aún no era capaz ni siquiera de ir a comprar sola a una librería o a un local de comida rápida.
Debía ser independiente, no tenía otra opción.

Di un leve suspiro y la mano de Harry se posó en mi brazo: —¿Estás bien? —preguntó una vez que estacionó su camioneta. Supuse que no había disimulado lo suficiente o como era costumbre, él era bastante perceptivo.

Asentí. No quería molestarlo con mis preocupaciones, después de todo, yo había decidido esto y a cómo de lugar debía encontrar una manera de poder sobrevivir en esta nueva vida universitaria.

Harry sonrió como aceptación y al desabrochar su cinturón de seguridad se acercó a mí para darme un beso en la mejilla. Cerré mis ojos al instante, como si con ello lograra disipar un poco los pensamientos y aminorar posteriormente las ganas repentinas de llorar que con tal acción surgieron. Mi sensibilidad estaba a flor de piel y contener el llanto después de despedirme de mi padre había sido un completo logro.

En cuanto Harry se separó de mí, desabroché mi cinturón y bajé de inmediato de la camioneta para poder secar las incipientes lágrimas que llenaban mis ojos sin que él lo notara. Fui a buscar la única maleta que quedó en la parte posterior con la intención de tomarla antes pero Harry me alcanzó en cuestión de segundos. En una maniobra rápida sacó la maleta y la colocó en una mano mientras que con la otra tomó la mía dándole un leve apretón, esbozando una sonrisa. Aquella acción la percibí como un "puedes contar conmigo" y pude reafirmar mi pensamiento unos minutos más tarde cuando llegamos a la habitación y tras abrir la puerta, me mantuve parada frente a ella por varios segundos.

—Para todo hay tiempo; para reír o para llorar, para gritar o para quedarse callado y un sinfín de cosas más...—avanzó hasta quedar frente a mí — Lo que quiero decir es que si tienes ganas de llorar, simplemente hazlo. Que nada ni nadie te lo impida cada vez que quieras hacerlo— envolvió mi espalda con sus brazos, cubriéndome por completo.

Su abrazo se sintio como un calido refugio y lo agradecí porque realmente lo necesitaba.
En cuanto mi cabeza reposó en su pecho, mis lágrimas comenzaron a caer. No podía negarlo, todo este cambio me tenía totalmente abrumada y atemorizada. El saber que a partir de ahora todo sería incierto, que la rutina que llevaba habitualmente tendría que modificarla, que ya no escucharía a mi madre llamarme a desayunar por la mañanas ni tendría el típico beso de mi padre en la frente cada vez que llegaba de su trabajo, generaba un gran nudo en mi estómago y garganta. Dudaba si es que sería capaz de aguantar mucho tiempo en esta nueva vida pero tener a Harry a mi lado, me daba las fuerzas necesarias para por lo menos intentarlo y tener la mínima esperanza de que lo lograría.

—¿Mejor ahora?— lo escuché decir. Nos separamos y con su mano acarició mi mejilla.

—S-si...gracias. Necesitaba d-desahogarme—sonreí un tanto avergonzada.

—Me lo imaginaba. No es fácil tener un cambio drástico de un día para otro...—su mano continuaba acariciando mi mejilla —Y no te puedo negar que me siento tremendamente culpable del hecho que hayas tenido que llegar a esto sólo para poder estar juntos.

Su expresión denotaba preocupación y la culpabilidad que manifestaba tener.
No quería que pensara eso; si bien el poder continuar con nuestra relación fue una de las causas predominantes en mi decisión, también lo hacía a modo de desafío propio ya que la mayoría de veces pensaba que no debía quedarme en el mismo estado todo el tiempo y que dependía exclusivamente de mí que las cosas en mi vida tomaran un rumbo distinto al que ya estaba acostumbrada. Salir de una zona de confort siempre era difícil en un comienzo y probablemente lo sería de igual manera durante el transcurso del tiempo. Pero existían dos posibilidades: O continuabas tu camino lidiando con ello o simplemente retrocedías ya que el cambio resultó ser demasiado significativo.

The only one ⇎ h.s ❴AU❵Donde viven las historias. Descúbrelo ahora