The only one ⇎ h.s ❴AU❵

ᴄᴀᴘíᴛᴜʟᴏ ᴛʀᴇɪɴᴛᴀ ʏ ᴜɴᴏ.✥ ᴄᴏɴғᴇsɪᴏɴᴇs

Si hubiese tenido la facultad de detener el tiempo, lo hubiese hecho en este preciso momento. Los brazos de Harry me otorgaban una calidez indescriptible y sus besos siempre resultaban tener un efecto adictivo.

Quería permanecer así junto a él pero recordé que a unos pocos metros se encontraban esos pequeñitos que quizás esperaban algún consejo de mi parte o de Harry para continuar pintando como también alguno de ellos podía observarnos, generando así un problema con la directora del hogar; yo no conocía el carácter real de la señora Davis y probablemente este tipo de demostración en público frente a los niños no sería de su agrado.

Terminé el beso de manera abrupta lo que provocó confusión en Harry:—¿Qué pasa?.—preguntó preocupado.

—L-los niños... —dije en voz baja y él rió.

—Suena como si estuvieses hablando de los hijos que algún día tendremos.—le dio un leve pellizco a mi nariz—Volvamos adentro para seguir con la clase.

Harry inició su caminata hacia el salón mientras que yo permanecí en el lugar por unos segundos sin moverme.

"Los hijos que algún día tendremos". Repetí en mi mente.

Él acostumbraba a decir cosas como si no tuvieran importancia mientras que yo era la que se quedaba pensando más de la cuenta, creyendo que algo de certeza había en sus palabras. La sola idea de formar una familia junto a Harry generaba un sinfín de emociones las cuales arraigué de inmediato ya que resultaba ser demasiado anticipado meditar en aquello considerando lo jóvenes que éramos y el poco tiempo que llevábamos juntos.

Seguí sus pasos con rapidez hasta alcanzarlo. Ambos ingresamos nuevamente al salón donde los pequeños continuaban pintando con esmero. Al parecer ninguno de ellos se percató de nuestra ausencia porque ni siquiera nos miraron al llegar.

Fui hacia el atril para guardar la demostración del mar que había pintado mientras que Harry se paseaba por el salón. Una niña le tocó el brazo con timidez consiguiendo llamar su atención. Con una sonrisa en el rostro inclinó un poco su torso para quedar a su altura y así escucharla mejor. Miré la escena ensimismada. La facilidad con la que él interactuaba con los niños me parecía fascinante y lo que me había dicho hace algunos minutos vino a mi mente; me lo imaginé como padre y no me cabía dudas que sería uno excelente porque si ya era cariñoso y atento con estos niños que no tenían un lazo sanguíneo con él, no iba a ser diferente con su propio hijo.

Mi vista no se despegaba de Harry y no me di cuenta que a mi lado se encontraba un niño observándome con su pincel en la mano.

—Profesora Alice, ¿podría ayudarme?.—dijo casi en un susurro.

Asentí aún sabiendo que quizás no iba a ser capaz de explicarle de la mejor manera, sin tartamudear.
Caminé junto al pequeño aprendiz hasta llegar a su atril. Me sorprendí al ver lo bien que había hecho la mezcla de colores para llegar a la tonalidad perfecta del mar. Supuse que necesitaba ayuda en mas olas ya que era lo único que faltaba en su pintura.
Preparé en mi mente lo que podía decirle. No quería que mi explicación fuera demasiado larga y complicada de lo contrario sólo conseguiría confundirlo.

—No puedo hacer las olas—comentó con desánimo. —No sirvo para esto.
Esbocé una sonrisa y palmoteé su hombro con suavidad:—L-las olas siempre son lo más difícil pero tu pintura está perfecta hasta ahora. T-te felicito.

—¡¿Lo dice en serio?! —abrió sus ojos de par en par.

Asentí y él dio un brinco. No pude evitar reír al ver su emoción. Tomé el pincel y le mostré cómo podía pintar una ola y luego le pedí que imitara mi acción. Con mi mano dirigí la suya mientras que le iba explicando, hasta que dominara el movimiento que debía hacer. A los pocos intentos había aprendido a hacer las olas perfectamente por lo que pudo terminar su pintura.