14 | Mil Palabras.

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El Arte De Amar.

Capítulo catorce: Mil Palabras.

Era mas de media noche y no lograba conciliar el sueño, Charlie estaba en mi cabeza siempre que cerraba los ojos.

Estaba a punto de caer en la inconsciencia faltando 1/4 para las tres de la madrugada, cuando sentí mi teléfono vibrar, lo cogí a duras penas y pude leer el mensaje con los ojos entre cerrados por el esplendor que este provocaba.

Charlotte:
¿Podemos hablar?, en cuanto leas esto comunicate conmigo por favor, es urgente.

Mi piel se herizo por completo, era ella, nuevamente.

Yo:
¿Que pasa Charlie?

Apenas presione enviar ya tenía respuesta de vuelta, amaba eso.

Charlotte:
Esa tan Julieta no es lo que parece mi niña. Le eh visto con otra.

Sentí como mi estómago daba un vuelco, sentía odio y asco, pero no podía creer nada que viniera de esa pequeña chica que tenía poder sobre cada parte de mi cuerpo. Al menos no después de todo lo que pase a su lado.

Mi mente viajó días atrás, antes de que todo pasará, lo bien que la pasaba con la persona que creía mi mejor amiga, la persona que creía era con quien contaba para todo, y que son dudarlo dos veces volcó todo eso a una estupidez que había pasado años atrás, y después esa chica de la que me enamoré perdidamente en tan poco tiempo, sin mesura, sin un alto que me impidiera seguir dejando la entrar hasta el fondo de mi ser, esa chica que también me falló con todas las letras en complot con aquella otra persona.

Y ahora, podría ser que esa chica que sin duda comenzaba a ocupar un rincón bien oculto en el fondo de mi corazón también pudiera fallarme, y terminar de matar cada partícula de mi ser.

Sentí como una lágrima salió de mi rostro y deje caer el celular haciendo un sonido demasiado estruendoso que me hizo herizar, cada cosa que me pasaba parecía sal en cada herida que ya había en mi ser.

Y nuevamente esa chica, Charlotte, llegó a mi mente, con esas mejillas en tono carmesí, haciendo ruborizarse también, las lágrimas caían sin cesar, los sollozos lastimeros, sonaban cada vez más altos sin poder detenerlos, quería gritar, arrojar todo a la mierda y esconderme por un largo tiempo de todo y de todos.

Sentí como mi teléfono vibró una vez más, dudé en tomarlo pero lo tomé, mis manos temblaban, y mi interior rezaba por que eso fuese una mentira.

Charlotte:
Se que no me creerás, pero se que así fue, al principio pensé que había confundido a esa que ahora quieres con otra pero, no, Kat, se lo que mis ojos vieron, y se que tal vez eso te lástima como la gran mierda, y que no yendo derecho a ser yo quien te lo diga por todo lo que eh hecho pero, bueno, quiero que sepas, y te cuides de personas como ella, y como, yo.

Leí cada palabra entre pausadamente, mordi mi labio para no soltar un sollozo más. Esto me estaba matando.

Después de todo lo pasado había logrado conciliar el sueño dos horas después de lo pasado para después despertar una hora después de a ver logrado dormir.

Salí de cada en dirección a la de Juli necesitaba con todas mis fuerzas hablar con ella, necesitaba que me explicara que era todo eso que anoche me había partido el corazon en millones de pedazos.

Estaba parada frente a la puerta de Julieta, esperando el suficiente valor para tocar. Y al fin lo hice.

'¿Julieta?'

'Si.'

Mis manos sudaban, mi mente estallaba en mil pedazos.
¿Que haría, que le diría?

'Regrese con Charlotte.'

¿Que acababa de hacer? Me estaba metiendo en un gran problema, mismo que me aría mierda, nuevamente.

'¿Que?'

Vi como apretaba los puños y el color abandonaba su rostro.

'Tu estas con otra, te eh visto.'

Su semblante cambio de repente, ahora estaba tensa, no cabia duda que lo que Charlie me había dicho era cierto.

'Ryn, te puedo explicar, para hablamos dentro.'

'No.'

Solté lo más indiferente que pude, mis manos escondían todo lo que en ese momento quería hacer.

'Ryn.'

'No me llames así, no me busques, pensé que podías ser diferente pero en visto que no, y sabes algo, no regrese con ella, pero eso no te importa, lo que si importa es el hecho de que la as cagado, mataste la poca esperanza que me quedaba.'

Solté con un profundo odio, tal vez no era justo y debía dejar que me explicara todo lo que había pasado esa vez, pero no podía, si dejaba que me explicara tal vez no soportaría tanto y entraría en ese transe de tragarme todo lo que sentía, y que sabía me mataría física y mental mente si dejaba que eso pasará nuevamente, pero ya no.

El Arte De Amar. Libro I & II Donde viven las historias. Descúbrelo ahora