13 | Tu Me Vuelves Loca.

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El Arte De Amar.

Capítulo trece: Tu Me Vuelves Loca.

Había entrado en un profundo sueño del que no quería despertar, estaba de lo más relajada, quería permanecer en aquella nube tan acogedora, era tan placentero.
Pero duro tan poco, cuando abrí mis ojos y pude ver a mamá al pie de la cama. Su cara se veía relajada, sus ojos tenían un inigualable brillo, su pelo iba en una coleta, todo pintaba de maravilla.

'Buenos días.'

La escuche decir y una sonrisa de boca cerrada se dibujó en su rostro.

'Buenos días.'

Contesté a duras penas mientras tallaba mis ojos con la palma de mis manos.

'Alguien te espera abajo.'

Vi como mi madre giro sobre sus talones y comenzó a cambiar hacia la puerta, escuche sus tacones golpear contra el piso, sentía una especie de escalofríos ante el rechinar de los pasos.

Me puse de pie dispuesta a salir al baño y arreglar un poco mi aspecto, cuando a mi mente llegó la imagen de Charlie tendida en la cama, disfrutando de aquello, sentí una pulsada de dolor en el pecho y el líquido salado y cristalino, amenazaba con salir una vez más.

Mordi mi labio evitando que eso pasará, ya no más, no dejaría que ella, me lastimara con eso una vez más.

'¿Kat?'

Ensuche la voz de Harry justo a mi lado antes de entrar en el baño, tense mi cuerpo entero, al sentir su tacto frío sobre mi.

'Iremos a desayunar todos juntos ¿vienes?'

Una hermosa sonrisa salió de su rostro contagiando su estupendo ánimo.

'Me encantaría, pero eh quedado con Juli.'

'Ella viene pequeña.'

Sentí como mi corazón comenzó a pulsar rápidamente, y sonreí irónicamente, aún no olvidaba a mi chica, pero tengo que admitir que Julieta era de lo mejor en todos los sentidos.

'Vale, me arreglo y bajo.'

'Te espero.'

Dicho aquello el bajo y yo me dispuse a tomar un baño.

Me había empeñado en mi outfit, había elegido un top blanco, en conjunto con un short en mezclilla unos converse blancos y un kimono en color melón, había decidido dejar mi melena suelta, me encantaba la manera en que lucía.

Al bajar y ver a todos los chicos en mi sala sentí como mi cuerpo se comprimia, pase la mirada por todos hasta que me detuve en una chica pelinegra.

Juli lucia hermosa, sus labios tenían un tenaz rojo mate, vi como su rostro se relajó hasta regalarme una amplia sonrisa, sentí como mis manos comenzaron a sudar, esto era bueno, y valla que bueno.

'¿Nos vamos?'

'Si.'

Respondí a aquella voz sin saber de donde provenía, mis ojos sólo estaban posados en Juli.

'Eres una gran chica Ryn.'

Sentí como el color llegó a mi pasándose por toda mi cara, sonaba tan femenina, pero tan, tan ruda a su vez.

'Bueno, gra-gracias, y Ryn, ¿a que se debe?'

Escuché como reía por lo bajo por mi pregunta, sonaba tan relajada. Su sonrisa llegó a mi interior casi penetrando todo mi ser con tan sólo esa amplia sonrisa.

'Dejaré que lo averigues.'

Ambas permaneciamos sentadas en una banca en aquel hermoso parqué, mientras nuestros compañeros iban por comida y algo de beber.

De pronto sentí como giraba su mirada hacia mi, haciéndome sudar las mano como una pequeña niña.

'¿Ryn?'

'Si.'

'¿Que a pasado con Charlotte?'

Mi cuerpo despojó todo el color de el, no se sentía con ánimos de hablar de ella todavía, y sentía una corriente eléctrica recorrer mi cuerpo cuando escuchaba su nombre.

'¿Porque hablamos de ella ahora?'

Era su turno de comprimir su cuerpo entero, y mientras el color salía de mi, entraba en ella, se movía nerviosa a mi lado, no quería hacer eso, pero no estaba lista para hablar de ello, y evitar el tema a toda costa era lo mejor.

'Simplemente quiero saber, digo, eres muy hermosa, cualquier chica desearía tenerte, yo, por ejemplo.'

Sonreí para mis adentros viendo como todos los demás venían a nosotros con una cara de triunfo haciéndonos saber que terminariamos con esa conver y seguirla después.

'Chicas la comida está lista nos acompañan.'

Jeff nos llamó casi gritando sobre nuestros rostros, nosotras sólo nos limitamos a sonreír por su llamado.

La semana había pasado rápido, había avanzado con Juli, cada día nos veíamos y hablábamos más, mientras Charlie llevaba días intentando acercarse a mi, y me dolía, me mataba, rechazar todas las lindas palabras que salían de esos lindos y mundanos labios que deseaba besar.

El Arte De Amar. Libro I & II Donde viven las historias. Descúbrelo ahora