12 | ¿Entonces?

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El Arte Del Perdón. II (Libro Dos)

Capítulo doce: ¿Entonces?

-Kat ¿Que crees que estas haciendo?

La mujer que llevaba mi caso parecía desconcertada, como todos los presentes en la sala.

-Charlie no quiero esto.

Salí del lugar, creo que esa era mi manera de huir de los problemas, literalmente, huir.

Me detuve de golpe en lo que parecía ser la entrada, mi corazón martilleaba y las lágrimas salían.

¡Dios! Creo que yo soy una dramática.

-¡Kat!-.Escuché la voz de Charlie y sentí como todo cobraba sentido, pero no era momento.

Narra Charlotte:

Comencé a escribir en aquel papel todo lo que sentía dentro de mi, sin miedo a nada y con miedo a todo.

"¿Por qué no volvemos? Recuérdamelo, por favor. ¿Por qué no nos queremos de vuelta? de segunda mano o de ocasión. ¿Por qué? A ver, si es que había tantas razones, es que te juro que las había. Es que hasta las llegué a apuntar en algún sitio. Y ahora ya no las encuentro. Justo cuando más las necesito. Justo cuando sólo recuerdo todo aquello que juré olvidar. Así que si no te es mucha molestia, recuérdame por qué no nos dejamos de tonterías. O ¿por qué me los sigo dando yo?

¿Por qué no volvemos? ¿Por qué me despierto y lo primero que hago es pensar en tus fotos? Pero si las metí en el fondo del cajón ese que ya ni abro. El de las cosas perdidas a propósito. El de los recuerdos que son demasiado grandes para llevarlos encima. Malditas fotografías. Malditas emulsiones enmarcadas en vidrio. Escaparates de 15x9 que ya sólo te venden saldos, instantáneas con retraso de lo que pudo ser y no fue. ¿Por qué las escondí allí? si se me agarran a la retina día sí día también. ¿Por qué hago ver que no las veo, si no me hace falta ni mirarlas, si ya me las sé?

¿Por qué no volvemos? ¿Por qué no dejo de seguir tus pasos? ¿Por qué entro de puntillas en las redes sociales como quien entra a por algo que se dejó? ¿Por qué analizo tus fotos, tus gestos, tus lugares y tus palabras? ¿Por qué veo en cada nueva amiga o contacto tuyo un potencial enemigo? ¿Por qué me da miedo que me olvides con ellas, que me entierres sin mí? ¿Por qué busco señales que al fin y al cabo tú ya no emites? ¿Por qué? Eh. ¿Por qué?

¿Por qué no volvemos? ¿Por qué no he sido capaz de volver a sentarme en la única mesa maldita de nuestro restaurante? ¿Por qué salgo todas las noches como si nada, como si jamás te hubiese conocido? Y ¿por qué les acabo pidiendo a todos que hagan de ti? Que les gusten tus mismas cosas. Que se rían como lo hacías tú. ¿Por qué los comparo siempre contigo? ¿Qué culpa tendrán ellos de no alcanzarte. De no saber que me exististe. De no poder acabarse este final?

¿Por qué no volvemos? ¿Por qué sigo mirando el móvil cada dos horas simplemente para ver si estás en línea? ¿Por qué empiezo a escribir siempre el mismo mensaje? Uno que arranca con un: "¿por qué no volvemos?". Uno que sigue explicándote cuánto te echo de menos. Que ya casi olvidé tus defectos. Que me quedé solo a soportar los míos. Que ya es mucho soportar para una sola persona. Y por qué, cuando acabo el mensaje perfecto, le doy siempre al borrado completo en vez de al enviar. ¿Por qué no te llamo cuando tengo tantas ganas de hablar?

¿Por qué no volvemos? Dímelo, de verdad, tan sólo recuérdamelo una vez más. Aunque te cueste algún que otro esfuerzo. Hazlo por este pedazo de vida tuya que sigue a la deriva de los recuerdos. Por los viejos tiempos. Por este mal sabor de boca después de algo tan dulce. Por lo que fuera yo en tu vida. Por lo que sea. Por lo que fui.

Yo la verdad es que no he aprendido. Sigo estando igual. Me siguen haciendo daño las mismas cosas. Me siguen emocionando las canciones de siempre. Sobre todo ahora, que sé que en realidad todas me hablaban de ti. Me sigo haciendo muchas trampas al solitario. Me veo con los mismos amigos a los que les ruego que no me hablen de ti. Hasta que les acabo preguntando yo. Ah, y he vuelto al microondas, que cocinar para mi, ya sabes que no vale la pena. Supongo que soy aún más difícil. Imagino que el gas noble de mis manías se habrá expandido hasta ocupar parte del hueco que dejaste tú. Y seguramente, a base de vivir conmigo, me habré vuelto mucho más yo.

Por eso, te podría decir que he cambiado. Que ahora sí que sí. Que ahora entiendo por qué no funcionó lo nuestro. ¿Que por qué no volvemos? ¿Que por qué no intentarlo, sabiendo lo que sabemos? Pero te estaría mintiendo, y lo haría simplemente para conseguirte de nuevo, para volverte a tener, para volverme a dar a ti.

Nos estaríamos engañando de nuevo.

Y volveríamos dispuestos a ello, tan sólo por lo mucho que nos queremos.

Tan absurdo como cuando estábamos juntos y tras cada silencio resonaba siempre la misma pregunta.

¿Por qué no lo dejamos?"

El Arte De Amar. Libro I & II Donde viven las historias. Descúbrelo ahora