Psicópata //Terminada//

Capítulo 3

     Contemplaba su número, pensando en llamarle. Tenía el teléfono en la mano pero aun no se decidía a llamar. ¿Que tal si no esta en casa? ¿Que tal si esta ocupado? Muchas preguntas le pasaban por la cabeza. Finalmente se decidió a llamar, se sentó en el sofá y comenzó a teclear el número.
-Marie, ¿ya terminaste de... -rápidamente puso el teléfono en su lugar.- ¿A quien llamabas? -preguntó su abuela.
-A nadie, abuela. Solo lo estaba limpiando, tenía mucho polvo. -Se excusó.
-Bueno, sube a tu habitación, tus muebles ya están ahí y todas tus cosas. Y quiero que desempaques antes de que salgas con tus amigos. -Ordenó.
-Claro, abuela.
     Se levantó del sofá y subió las escaleras directo a la habitación. Era verdad, todo estaba ahí, solo faltaba ponerlo en su lugar. Tomó una maleta y comenzó a sacar todo el contenido. Había discos, afiches de sus bandas favoritas, camisas, pantalones. Cada cosa la guardaba cuidadosamente. Observó su afiche de Iron Maiden y pensó que se vería bien junto a la ventana, se acercó a esta y lo colocó en la pared. Una figura llamó su atención. La ventana de su habitación daba exactamente a la ventana de una habitación del segundo piso de la casa de su vecino. Se fijo bien en esa figura, tenia una toalla atada en la cabeza y una en la cintura. Lo reconoció cuando este se quito la toalla que cubría su cabeza dejando caer su hermoso cabello mojado sobre su espalda. Se sonrojo levemente y decidió retirarse de la ventana. Había visto a Axl semi desnudo y sabia que esa imagen llegaría a su cabeza cuando lo tuviera de frente, y se sonrojaría como en ese momento. De pronto, unos golpes en su puerta se hicieron presentes.
-¿Quien es? -Preguntó acercándose a la puerta.
-Tu peor pesadilla. -Respondió riendo.
-Basta, papá. -Dijo abriendo la puerta. Su vista se posó en una maleta que su padre sostenía con su mano.- ¿Ya te vas?
-Así es. Y vine a despedirme. Dale un abrazo a tu padre. -Este abrió sus brazos, Marie no dudo en abrazarlo.
-Cuidate mucho, ¿esta bien?
-Lo haré, pero prometeme que tu también lo harás.
-Lo haré. -Sonrió.
-Y ten cuidado con ese chico, si te hace algo no dudes en darle una buena patada en los...
-¡Papá! -Reprimió.- No me hará nada, es buen chico.
-Solo te diré algo, no te confíes.
-Claro, papá. Oye, ¿me dejas el Corvette?
-Ni lo sueñes. -Contestó por ultimo y se dispuso a irse.
     Marie volvió a la ventana, ya no podía verlo, quizá estaba en una de las habitaciones de abajo. La puerta se abrió y pudo ver a una chica rubia salir de la casa. Se hizo la idea de que tal vez era algún familiar, o quizá su amiga. Siguió con la mirada a esa chica, cruzó la calle y entro a la casa de al lado, también era su vecina. De pronto, su vista se dirigió al chico pelirrojo que apenas salía de su casa. Se escuchó el motor de un auto, había sido su padre, quien ya había partido hacia Detroit. Volvió su vista al pelirrojo y este ya venía en camino a su casa. Extrañamente entró en pánico. ¿Estaba bien vestida? ¿El maquillaje no se le había estropeado? Se observó en el espejo, lucía bien. Así que espero a que su abuela la llamara, esta no tardo en hacerlo, a los pocos segundos unos golpes en la puerta se hicieron presentes.
-Marie, tu amigo esta aquí. -Escuchó decir.
-Gracias, abuela. Ya voy. -Respondió.
     Abrió la puerta de su habitación y bajó las escaleras con tal rapidez que su abuela ni siquiera se percató. Se detuvo al final de estas, pensando en como lo saludaría y calmando un poco sus nervios. Se acercó a la puerta y la abrió.
-Hola. -Comentó sonriente.
-Hola, Axl.
-¿Lista para irnos?
-¿No es muy temprano?
-Será de noche cuando lleguemos.
-De acuerdo. -Rió un poco.- Vamos.
     Ambos se alejaron de ese lugar y se adentraron en una especie de bosque. Marie se sentía algo incómoda por el paisaje, no era muy fan de los bosques, hubiera preferido ir por otro camino, pero a Axl parecía encantarle, por lo que ella no dijo nada. Además de que cabía la posibilidad de que ese fuera el único camino hacia el lago. Después de tanto hablar, Marie recordó a Slash, el cual aun no había aparecido y ya estaba oscureciendo.
-¿Slash vendrá, no es cierto? -Se atrevió a preguntar.
-Así es, fue por unos amigos, por eso es que tarda. Te los presentaré, son muy simpáticos, te caerán bien.
-¿Y si no les agrado?
-Claro que lo harás. Eres una chica muy linda, a todos nos agradan las chicas lindas. -Dijo coqueto, lo que causó que las mejillas de Marie enrojecieran.- Casi llegamos, ven. -Le tendió su mano y esta la tomó sin dudarlo.
     La guió por un camino sombrío, ya que los arboles eran tan frondosos que no dejaban entrar la luz del sol. Se podía escuchar el sonido del agua, la cual era movida por una suave brisa. Al cruzar al otro lado del camino, se encontró con un hermoso paisaje; césped verde y fresco, flores, el lago cristalino. Todo era adornado por los rayos del sol, y era perfecto. Ambos se sentaron en unas rocas a la orilla del lago.
-Este lugar es asombroso. -comentó Marie.- Tienes que traerme aquí mas seguido. -Ambos rieron.
-Te traeré todas las veces que quieras. -Sonrió.
-¿Aunque no vengan tus amigos?
-Si no vienen mucho mejor, estaremos solos. -Acarició su mano. Ella solo sonrió.
     Un estruendoso sonido arruinó el momento. El motor y llantas de una camioneta se hicieron presentes. Era Slash y su compañía. Patinaron en el césped haciendo volar tierra y lodo que cayó sobre las ropas de Marie y Axl.