Capítulo 10

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     El dolor no se iba ni siquiera al caminar, cualquiera que la viera diría que estaba caminando como un pingüino. Una mano en su hombro se hizo presente, haciéndola saltar.
-Lo siento, no quise asustarte. -Pronunció riendo.
-Descuida. -Sonrió.- ¿Y Axl?
-Salió temprano. Fue a casa de aquel anciano, como siempre. -Soltó el moreno.
-No lo llames así. -Rió un poco.
-En fin, ¿quieres ir a comer por ahí?
-Claro, vamos.

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-No olvides mi medicamento. -Avisó Will.
-¿Las píldoras azules o las verdes? -Cuestionó.
-Las azules. -Respondió desde el asiento del copiloto.
-Claro, no tardo. -Bajó rápidamente y entró al mercado.
     Había algo que le encantaba de ese mercado, era que había muchos establecimientos alrededor. Incluso había un McDonald's, el mejor restaurante de comida rápida. Después de comprar los víveres fue directo a la farmacia por aquellas píldoras.
-Las azules, no las verdes. -Se repetía.- Verdes no, azules si. -Caminaba rápidamente cuando escuchó su risa, era ella.- ¿Marie? -La buscó con la vista. Creía que era solo su imaginación, pero no era así. Ella compartía una mesa con Slash dentro de aquel establecimiento de comida rápida, conversaban y reían, parecían dos tontos enamorados. No pudo evitar ponerse rojo de celos, pero no podía hacer nada, porque no sabia si eran amigos o si eran algo mas. Él quería algo mas allá de la amistad, pero no había hablado con Marie sobre eso. ¿Que clase de relación tenían? Sacudió su cabeza abandonando esos pensamientos, se concentró en comprar las dichosas píldoras y avanzó completamente molesto hasta la farmacia.

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-¿De verdad? -Pronunció riendo.- Debió ser muy tierno.
-Lo era, aunque parecía una niña. -Dijo riendo.
-Tengo que ver una foto de Axl cuando era niño. -Comentó aun riendo.- Bueno, aquí estamos. Gracias por la linda tarde, Slash, me divertí mucho contigo.
-Lo mismo digo, pasar el tiempo contigo es mas fantástico de lo que imaginaba. -Sonrió ampliamente.

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-Nos vemos mañana. -Dijo Marie.
-Hasta mañana. -Escuchó decir a Saul. Marie entró a su casa y este se giró y comenzó a caminar en dirección a su casa.
-¡Oye, Hudson! -Lo llamó mientras bajaba los escalones del pórtico.
-Oh, Axl, ¿como estas, amigo? -Preguntó el otro acercándose.
-No tan bien como tú. Llevas una sonrisa del tamaño de tu cara. -Respondió de mala manera.
-¿Que te digo? Soy feliz. -Pronunció después de un suspiro.
-¿Que hacías con Marie? -Cuestionó serio.
-Ah, ya entiendo. -Se cruzó de brazos.- No te pongas celoso, solo fuimos a comer.
-No seas idiota, yo no estoy celoso. -Elevó su tono de voz.
-No, por supuesto que no. Solo me estas gritando porque estas muy contento. -Dijo sarcástico.- Tus celos podrían notarse a kilómetros de distancia.
-Pues piensa lo que quieras. Por mi puedes cogertela si quieres. -Dio media vuelta dispuesto a irse.
-No quiero hacer algo que tu ya hiciste. -Pronunció el otro haciendo que Bruce se detuviera.
-¿De que mierda estas hablando? -Cuestionó el pelirrojo.
-No te hagas el que no sabe, dejaste esto bajo el asiento. -Dijo lanzándole una caja con un preservativo usado dentro.- Ya es tuya, hermano. Jamas me metería con ella por mas que me interese. -Comenzó a caminar en reversa lentamente.- Ah, y la próxima vez, consigue un motel amigo, mi abuela pone su trasero en ese asiento. -Pronunció el moreno riendo a lo que Bruce no tardo en unirse.- Nos vemos mañana, pelirrojo.
-Hasta mañana, amigo. -Pronunció mientras lo veía alejarse, sonrió de lado. Se acercó al contenedor de basura y desechó aquella pequeña caja, dio media vuelta y entró a su casa.

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-Yo contesto. -Pronunció Marie al escuchar el sonido del teléfono.- ¿Hola? ¡Papá, que alegría que llamas! Claro, la llamaré. ¡Abuela, papá quiere hablar contigo! -Llamó Marie a su abuela cubriendo un poco la bocina del teléfono.
-Gracias, Marie. -Dijo tomando el teléfono.- ¿Que? ¿Hoy mismo? Pero, ¿que hay de Marie? No puede quedarse sola. -Escuchó decir.
-¿Que pasa? -Preguntó.
-De acuerdo, esta bien. Salgo esta noche para allá. -Colgó el teléfono.
-¿Te irás con papá? ¿Que piensan que voy a hacer sola aquí en este pueblo? -Protesto.
-No te quedarás sola, tu tío Jackson vendrá a cuidarte. -Posó una mano en su hombro.
-¿El tío Jackson? ¡No! No quiero que venga, no me agrada. -Comenzó a replicar.- Quiero que tu te quedes conmigo, quiero ir con papá.
-No puedo quedarme y no puedes ir conmigo. La decisión ya la tomó tu padre. Me voy esta noche y tu tío llegará en tres días. ¿Quedo claro?
-Me da igual, prefiero estar sola. -Escupió y salió de la casa azotando la puerta.
     Las cosas no estaban bien con su padre en Detroit, lo presentía, y le preocupaba mucho. Y todo empeoraba con la llegada de su perverso tío Jackson, estricto, violento, manipulador y pervertido. Tenia que hacer algo para sacarlo de la casa, o quizá encontrar un lugar donde vivir temporalmente que no fuera su hogar. Seguía caminando sin saber a donde ir, hasta que aquel lugar que Bruce le había mostrado se hizo presente en su mente junto con una enorme necesidad de ir.

 

Psicópata  //Terminada//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora