Capítulo VI

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Jamie

         El taxi me deja en la puerta de mi casa. Tomo una boconada de aire antes de sacar las llaves de mi bolso. Es una extraña sensación, antes cuando llegaba sentía que no había otro lugar en el mundo en el que quiera estar más que aquí pero, –siempre hay un pero aunque no quiera- de repente este dejo de ser mi hogar, es más como estar perdido y saber que este es el único lugar que realmente conoces.

         Abro la puerta y mi sonrisa se ensancha cuando veo a Dul correr hacia mí con todo ese amor que siempre me da incondicionalmente. Después de ella no importa más nada porque Dulcie es el centro de mi universo y luego se le da un espacio a los demás.

-    Jamie. –Saluda Amelia con una media sonrisa de lado y se acerca la chica que contrataron para cuidar a mis hijas.

-    Hola. –Respondo alzando a mi pedacito de cielo- ¿Cómo estás? -  Le digo a Dul mientras ella me abraza con fuerza. – ¿Cómo están? –Repito para Amelia y mi bebe que tiene en brazos.

-    Bien. –Responde con algo de melancolía en la voz-  estamos bien. –Le sonrió pero siento la incomodidad entre los dos.

Camino hasta un poco más adentro de la casa dejando las maletas en la puerta. Es hora de que hablemos, tenemos que llegar a un acuerdo en común donde los dos podamos entender que es lo que pasa con esta situación.

         Dul me suelta después de un rato y corre a su habitación a traerme unos dibujos que había hecho para mí según me dijo. La chica que está ayudando a Amelia con las niñas se lleva a mi bebe después de dejarme cargarla un rato, estaba dormida así que no tenia caso, aun tengo dos días más para estar con ellas.

-    ¿Quieres algo? –Pregunta con dulzura pero declino su oferta.

-    Me gustaría que hablemos. –Lanzo de una vez, creo que mientras más rápido terminemos con esto menor va a ser el dolor.

Amelia se encoje de hombros y asiente despacio mientras Dulcie llega con sus hojas repletas de colores y rallas que forman un dibujo para mí.

-    Toma. –Dice como puede, aun le cuesta hablar un poco. Me agacho para quedar a su altura y atraerla a mí.

-    ¿Es para mí? –Ella asiente mirándome a los ojos.

Ella es el verdadero amor de mi vida.

-    Te extrañé. –Digo besando su mejilla y abrazándola fuerte. La única manera que consigo de olvidarme de los problemas es sentirla conmigo. –Te amo hija.

-    T-amo papi.

El corazón se me hace chiquitito y la alzo en peso mientras sigo a Amelia a la cocina, ella saca de la nevera un jugo de naranja de cartón y lo sirve en un vaso para que Dulcie se distraiga con él.

-    Ve a jugar mi amor.

-    Ven papi. –Dice ella sin soltarme así que miro Amelia y me digo a mi mismo que puede esperar esta charla.

Llevo a Dulcie al jardín y me quedo con ella en la grama mientras ella corre por todos lados y se lanza al suelo jugando con la tierra siendo tan inocente de todo lo que implica crecer.

         Yo perdí a mi madre y la verdad es que le debo muchísimo a mi padre, sé la falta que hace en una familia tener un hombre, digamos. Pero yo jamás me alejaría de ellas, de ninguna, hay un vínculo y no importa lo que pase conmigo y con Amelia, sé que lo vamos a saber sobrellevar.

***

         Una vez que Dulcie se cansa lo suficiente como para ir a descansar con su nana, la llevan a bañar y aprovecho el momento para yo también darme un baño. Voy por el bolso pero no lo encuentro así que subo al baño y lo veo en la habitación. Supongo que es obvia la razón de porque lo trajeron pero bueno, creo que de todas formas necesito un baño así que saco un poco de ropa y entro en el baño grande de la habitación.

Mirrors  [1] || Dakota Johnson & Jamie DornanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora