40.

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Jungkook caminó entre los blancos pasillos y sus sospechas fueron ciertas, encontró a Jimin quien ya había vuelto a donde pertenecían.
―¿Qué fue lo que hiciste?

Se encogió de hombros.

―Jimin, ¿Por qué volviste?

―Aquí vivo.―― trató de ser gracioso pero el menor no pareció encontrar chiste en su broma.

―La llevaste ahí con mentiras, ella creyó qué-

―Hice lo que tenía que hacer.――se puso de pie.―― Y es lo único que te voy a decir.

Lo vio marcharse sin tener expresión alguna en su cara.

―Ni siquiera la dejaste despedirse.――hablo una vez que se encontró solo.

Había pasado una semana desde aquel viaje a la playa con Jin, se pavoneaba de un lado a otro, y daba vueltas por toda su habitación mientras escucha canciones de amor y las cantaba por fin sintiendo lo que los artistas sentían al escribirlas. 
Se tiro en su cama contentan aún recordando felizmente lo mucho que se divirtió con él en dicho viaje, él cargándola en su espalda para luego tirarse en la arena.

Y ahí fue donde oficialmente.

Jin le pidió hacerse novios.

Abrazó su almohada con sus mejillas entumidas de tanto sonreír pero era imposible no hacerlo, al final, todo lo que ella creyó alguna vez quedó solo como ideas erróneas, sí era capaz de encontrar el amor como cualquier persona y era capaz de recibir el amor que buscaba. 

Recibió un mensaje de su mejor amiga, la invita a casa para cenar juntos, Taehyung también se llevaba muy bien con Jin y eso ponía a ambas tranquilas.

Antes de acostarse Jungsoo admiro por un rato el cielo estrellado, era confuso, en ocasiones solo se sentía atraída y curiosa.

La luna se veía más brillante que otras ocasiones y vio que algunas estrellas nuevas aparecieron, una gran nube ocultó su vista y malhumorada corrió a la ventana para fingir soplar y ahuyentarlas.

Algo incrédula sonrió cuando vio que el viento las alejo de la luna y podía apreciar el limpio cielo nocturno.

Delineo las estrellas, uniéndolas con su uña sobre el cristal y una gran sonrisa volvió a aparecer cuando se dio cuenta que formaban el rostro de un gato.

Emocionada lo fotografío, suspirando se recargó sobre sus hombros.

―Me pregunto que figura dibujaran las estrellas mañana.


Al día siguiente escogía que usar y si dejar mi cabello suelto o atado, movía mis caderas al ritmo de mi canción favorita. 

Eran tiempos extraños y diferentes.

Hace unos años nunca me imagine estar tan emocionada por estar con alguien y ansiosa de las experiencias que me traería esa misma.

Pase de odiarme a amarme, un proceso difícil y que aún sigo trabajando.

Pero una vez que puedes mirarte en el espejo y sonreírte, sabes que todo está mejorando.

Me aprecio con todas las fuerzas con las que un día me insulte.

Creía estar sola, que no era lo suficientemente buena como para que alguien me quisiera, sin embargo ahora tenía a un trío de personas que cuidaban de mi. 

Las vueltas que dan la vida son muy inesperadas.

El timbre de la puerta sonó y tomé mi bolso para salir.

ÁNGEL II. ◈ El amor de su vida 𝕡𝕛𝕞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora