➳ Humano ◂JongKey▸

26

XXVI

Tentaciones

Δ

Si algo está mal, vamos a querer probarlo. Es nuestra naturaleza.

Δ

La música alta del bar hacía que su pecho retumbara a su ritmo. Eso o tal vez su corazón de verdad sabía lo que ocurriría, porque podía sentir un golpeteo intenso justo debajo de su cuello. Y todo eso repercutía en sus brazos y piernas con efectos negativos, porque sabía que estaba temblando. A pesar de estar completamente convencido de lo que quería, no podía evitar todo este nerviosismo.

Cerró los ojos por un momento, llenó sus pulmones de aire y dejó salir un suspiro.

Eso era todo.

—¡Hola Heechul! —dijo mientras caminaba hacia la mesa donde su amigo-jefe estaba junto a su pareja, unos amigos y Jonghyun.

De manera disimulada, o quizás no tanto, se acomodó la campera tan solo para entallar un poco más su cintura y dar más vista de sus clavículas. Sabía cómo se veía, quería aprovecharse de ello.

—Demonios, Kibum, apenas y te había reconocido.

Escandaloso como solo Heechul podía ser, se levantó y abrazó a Kibum, presentándolo ante todos sus amigos. Él sonreía, solo sonreía, porque no se había acercado para saludar a su amigo. Y el otro hombre en cuestión parecía saberlo, porque no dejaba de mirarlo de arriba hacia abajo, centrándose más en sus piernas.

Kibum hizo lo posible para bloquearse y no sentir nada ajeno, tener las emociones de Jonghyun en su cabeza podía mandar al Diablo todo eso. Sabía que podía controlar su don a su antojo, si no quería sentir nada, no lo haría.

—Y Jonghyun... Pero ustedes ya se conocen —bromeó Heechul señalando a Jonghyun.

—Es verdad. ¿Sabes? Vamos por algo para tomar, Kibum, yo invito.

Vio con atención como Jonghyun hacía una mínima reverencia a sus amigos y se acercaba a él, ponía una mano en su hombro y lo separaban un poco, solo un poco, de Heechul. Su mirada era tan intensa, tan cargada de algo que no podía evitarla así nada más. Kibum mismo sentía sus propias emociones a flor de piel, como si ambos supieran lo que querían.

No llegó a escuchar lo que dijo Heechul, solo asintió con la cabeza, una sonrisa, y empezó a seguir a Jonghyun hacia una barra. Quería que estuvieran a solas, era obvio, en caso contrario solo lo habría invitado a sentarse con sus amigos y pedir algo a una mesera, Heechul había comprado el sector VIP. Pero Jonghyun lo había alejado de allí, mezclándose entre la gente, dejando que Kibum lo siguiera como un cachorrito por toda la pista.

Bastardo, pensó Kibum mientras se perdía en la espalda de Jonghyun. Era tan claro que se ejercitaba, su espalda era ancha y más musculosa de lo que recordaba, en especial en esa remera negra que no hacía más que resaltar sus brazos. Y los pantalones blancos apretados que llevaba no provocaban nada bueno en Kibum.

Llegaron a la barra, donde Jonghyun le señaló una banqueta para sentarse mientras él pedía algo para tomar.

Todo se sentía tan irreal. Se preguntaba qué pasaría cuando su propia ensoñación y deseo acabasen.

No es momento para eso.

—Te ves especialmente apuesto —mencionó Jonghyun sentándose frente a él y cediéndole una copa llena de líquido verde.