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Generalmente soy de las personas que rechazan las aventuras en grandes máquinas y ferias atestadas de gente por el simple hecho de que terminaré mareada y con los pies adoloridos de tanto esperar para ser la próxima en abordar la montaña rusa, pero ya estábamos aquí y me invadían las ganas de declinar la amable invitación de Ji Yong.

Aún no sabía a ciencia cierta por qué le apetecía venir a un lugar como éste y justamente en mi compañía. Claro que, este tipo de diversiones siempre son mejores cuando se está con alguien más, pero me pesa la idea de que eligió a una persona bastante sosa como yo para hacerle ameno el rato.

A diferencia de anoche, esta mañana el sol estaba imponente sobre nosotros aunque para Ji Yong no representaba un problema ya que contaba con todos sus accesorios de camuflaje. 

Mientras que yo intentaba cubrir mi frente con mi mano derecha, él tenía la cabeza baja concentrado en el suelo mientras hacía círculos con su pie derecho. Sin embargo, se percató de mi incomodidad en cuánto al calor.

— Quisiera dártela pero por obvias razones... —Dijo con un tono que claramente mostraba vergüenza mientras tocaba su gorra.

— No te preocupes, lo entiendo perfectamente —Respondí mientras avanzaba hacia la entrada del parque.

La entrada de Lotte World no era para nada como me la imaginaba. 

Constaba de un enorme edificio blanco el cual tenía en grandes letras rojas el nombre del sitio y en el centro un reloj que marcaba la hora: Las 11 con 20 minutos de la mañana.

Para poder llegar hasta del lobby donde podríamos comprar las entradas, primero tuvimos que atravesar un enorme recibidor finamente decorado que realmente parecía la planta baja de un hotel de lujo. 

A grandes rasgos y a medida que avanzábamos, el techo estaba repleto de luches amarillas que iluminaban cualquier rincón del lugar mientras que el suelo ayudaba a reflejar la luz debido a que era de mármol transparente, lo mismo ocurría con las paredes.

Al adentrarnos aún más en el primer piso el panorama me hizo pensar que nos encontrábamos en un centro comercial debido a que en cada lado había hileras de pequeñas tiendas, cuyos productos no me detuve a mirar.

Aunque al principio todo era muy lujoso y lo menos que pensarías es que estás a punto de entrar a un parque de diversiones, pero a medida que te adentrabas más en el edificio las decoraciones empezaban a ir acorde con Lotte World.

Había áreas donde el techo estaba pintado con nubes y figuras de fantasía, bancos de mármol donde estatuas de diferentes animales te saludaban o permanecían en alguna posición en particular, las paredes y el piso empezaban a ser mucho más coloridas e incluso las escaleras estaban adornadas. 

Estas decoraciones no se limitaban en cantidad y a donde quiera que mirábamos todo parecía indicar que sí estábamos a punto de entrar a una aventura.

Mientras íbamos haciendo el recorrido miré de reojo a Ji Yong y parecía que debajo de su tapabocas negro estaba sonriendo. En ese momento creo que pude entender que al ser un ídolo de Corea quizás era muy difícil para él tener privacidad.

Él no era el único que lucía feliz puesto que cada persona, pareja o familia que nos cruzábamos parecía inmerso en un mundo de magia y fantasía. Quizás este era el efecto que Lotte World producía sobre la gente y hasta hubo momentos en los que me encontré a mí misma sonriendo mientras me dejaba encantar por las estatuas y la decoración del lugar.

Avanzamos hasta la taquilla de boletos con él a mi costado izquierdo con la cabeza baja. 

Quizás había recordado que no podía tomar el riesgo de que las personas lo reconocieran pero hasta ahora nadie parecía reparar en él.

i got you, dragon → g-dragonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora