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Al día siguiente las cosas no iban tan bien como había planeado. 

El clima amaneció poderosamente lluvioso y me había costado mucho trabajo levantarme a las 6 de la mañana. Era mi primer día de trabajo en la editorial y tenía que preparar mis cosas.

En algún momento nombré que me habían ofrecido un puesto en una editorial internacional en Seúl debido a que tenían en mente una nueva sección dirigida a los extranjeros que quieran conocer y saber más acerca de la capital coreana. 

Mi labor específicamente sería encargarme de la corrección de los textos que estén próximos a publicarse. En el mundo de las editoriales a eso le llaman corrección de estilo por lo que yo seré una correctora de texto. 

Todavía no sé el área exacta donde trabajaré pero espero enterarme de todos los detalles hoy.

Quise vestirme lo más profesional posible y elegí un pantalón de vestir unicolor gris plomo con bota ajustada, una camisa de vestir manga larga de color blanco y unos tacones de cuero negros. Me recogí el cabello en una coleta uniforme y bien peinada. Mi maletín cruzado contenía mi portátil, una libreta verde agua y unos cuántos lápices y bolígrafos.

Mi horario de entrada es a las 9 de la mañana, mi reloj de pared ya marcaba las 7 con 35 AM y según la aplicación de mi teléfono, desde Seodaemun-gu tardaría 54 minutos para llegar hasta SeoulCMagazine, ubicada en Itaewon-dong.

Realmente cuando me ofrecieron el puesto en la revista no sabía nada acerca de ella por lo que mientras esperaba para viajar a Korea decidí que debía conocer lo más posible mi lugar de trabajo.

SeoulCMagazine se especializa básicamente en casi todo referente a Seúl, por ejemplo, las tendencias en moda, tecnología, gastronomía y recreación. La revista lleva al menos 20 años fundada y actualmente goza de una notable popularidad sobretodo en el público adulto-joven.

 Nunca he tenido la oportunidad de leer un ejemplar completo pero pude ver algunas ediciones pasadas y los diseños son realmente buenos. En cuanto a los artículos publicados no tienen nada que envidiarle a las grandes revistas occidentales.

Ya eran las 8 con 15 y me encontraba en el autobús de camino a Itaewon-dong. Miraba a mi alrededor y notaba que las personas eran bastantes tranquilas y sin pizca de curiosidad, parecía que cada uno iba inmerso en sus propios asuntos. 

De entrada me dediqué a escuchar algunas pocas conversaciones de los pasajeros más próximos a mi pero finalmente me abstrajo el paisaje de las calles atestadas y bañadas por la lluvia.

Vino a mi cabeza entonces la imagen de la noche en la que conocí a Ji Yong y de cómo nuestro encuentro había sido tan accidental. 

Nadie creería en su sano juicio que conocería a una persona tan influyente en circunstancias tan novelísticas, e incluso yo misma empezaba a creer que lo había soñado.

Esbocé una ligera sonrisa de consuelo porque en esos dos días él había sido una cálida compañía en un lugar en el que soy totalmente una desconocida. 

Me hubiese gustado agradecerle su aparición fantasmal y el rato agradable que pasamos en Lotte World pero quizás si el destino era lo suficientemente misericordioso, podría hacerlo si acaso existiera un próximo encuentro.

***

Era hora de bajarme en la estación correspondiente. Eran las 8:46 de la mañana y me sentía triunfadora por llegar tan puntual en mi primer día de trabajo.

Sin tiempo que perder caminé directamente hacia el edificio de color gris de cinco pisos con grandes ventanales tan pulcros que casi podía ver el interior y cuya puerta principal medía al menos dos metros y medio de alto y tenía los típicos torniquetes de vidrio que sólo se consiguen en lugares elegantes. 

i got you, dragon → g-dragonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora