i got you, dragon → g-dragon

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[Narra Kwon Ji Yong]

La tarde había transcurrido tan calmada que me sorprendí a mí mismo durmiendo desde que habíamos regresado de la reunión con el señor Nam hasta la seis de la tarde.

Estaba solo en la habitación y supuse que los demás estarían comiendo fuera del hotel o pasando el rato.

El dolor de cabeza ya había cesado y mi humor estaba mucho mejor en comparación a la mañana. Me meti a la ducha y dejé que el agua tibia invadiera mis huesos mientras pensaba en todo lo que tenía que hacer.

Repasaba en mi cabeza la letra de If you una y otra vez, cosa que generó que inmediatamente me transportara a la última noche que había estado con Choi y donde le pedí encarecidamente que se quedara a mi lado.

Si tenemos que separarnos, que sea como las parejas normales...

Quería que el mes pasara tan rápido que esta noche al acostarme sintiera sus cabellos enredados en mis dedos y su respiración lenta golpear contra mi pecho mientras duerme.

Fui hasta al sofá de la habitación luego de cambiarme y ponerme ropa cómoda y decidí prender el móvil con la intención de escribirle.

Si el jefe Yang se entera...

— A la mierda —Dije en voz baja. Le escribiría.

Me llamaba la atención que no tenía un solo mensaje o llamada de ella. De verdad se tomaba en serio lo de respetar mi trabajo pero aún así me sentía un poco herido.

Justo cuando estaba a punto de enviar un mensaje que dictaba Te extraño, escríbeme de vez en cuando. Me llamó la atención la cantidad de mensajes que había en el grupo del chat de los chicos.

De: Dae

Si Kwon está triste esto puede que lo ayude.

En mi pantalla aparecieron entonces varias fotografías de Choi y yo en nuestra estadía en Busán. Se notaba que las fotos habían sido tomadas furtivamente pero lograban captar que algo pasaba entre ella y yo.

Para: Dae

Gracias Dae. Ahora bórralas de tu móvil.

De: Dae

Vale, vale.

Me puse a ver detenidamente las fotos y a usar el amplificador de imagen para sentir que estaba cerca de Choi. Era la única forma que tenía ahora mismo para ver su rostro.

Su sonrisa me encantaba, su cabello siempre estaba ordenado y sus ojos me dictaban todas las cosas que necesitaba sin el uso de palabras. A su lado, yo parecía una sombra y ella lucía como la verdadera estrella de este cuento.

Mientras que las luces en los escenarios me incandilaban ella con toda su aura y su resplandor me hacía brillar genuinamente. Nada más al verla, tenía un motivo más que idóneo para sonreír.

— Cuando regrese voy a hacer que se tome una foto conmigo —Dije caprichosamente.

Volví a mirar el grupo de chat y esta vez era SeungRi quien hablaba.