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Luego de dos horas llegué al Aeropuerto de Incheon, había apagado mi móvil ya que no quería recibir ningún tipo de mensaje o llamada. Pagué al taxi que me dejó en la puerta del lugar y me dispuse a entrar.

Tenía sentimientos encontrados cuando crucé las puertas, noté que muchas personas a mí alrededor me miraban y murmuraban. Sabía que era porque mi ropa estaba mojada por la lluvia cuando me bajé del auto de Ji Yong. Llegué a Incheon con nada más que la ropa que llevaba puesta, el móvil y mi cartera. Realmente había tomado decisiones apresuradas.

Me acerqué a una de las taquillas para comprar mi boleto a América e incluso las asistentes de la aerolínea se miraron entre sí cuando me vieron.

 Un boleto, por favor Dije sacando la tarjeta para cancelar el total.

 Por supuesto Respondió la chica.

Pidió mis datos personales y procedió a darme el boleto. Ya me iba cuando la asistente se levantó de su asiento.

 ¿Se encuentra bien, señorita?

 ¿Lo dices por esto? Señalé mi cabello mojado y despeinado Sólo fue un poco de lluvia Sonreí.

Ella y la otra asistente se miraron de nuevo con rostro de preocupación. Aún así, hice caso omiso y emprendí mi camino.

Tenía mucho frío y el vuelo salía en una hora y media. Lo compré de esa forma para poder adquirir algunas cosas en el aeropuerto.

Lo primero que hice fue entrar en un departamento de ropa deportiva, allí compre un suéter de algodón bastante grande de color azul oscuro y un pantalón del mismo material gris. También pedí un bolso negro que me serviría para meter la ropa mojada, mi cartera y alguna chuchería que compraría en el camino. Lo último que hice fue comprar unos zapatos deportivos blancos con rayas negras y un par de medias.

Fui hasta uno de los baños de damas y me cambié de ropa, ahora me sentía mucho más cómoda y empezaba a entrar en calor. Ordené mi cabello como pude con mis dedos y lo tomé en una coleta.

Me miré en el espejo del baño y noté que se me había corrido el maquillaje pero no me importó. Me limpié la cara con unas toallas húmedas que tenía en mi cartera y salí a buscar algo de comer antes de tomar el avión.

Tenía tanta hambre que compré una pizza mediana para mí sola acompañada de un café frío. Estar en Corea había habituado mi lengua a este tipo de bebidas. Me senté en una mesa y mientras comía observaba a las personas que me rodeaban.

Hacía tan sólo cuatro meses y medio había llegado aquí sin imaginarme que hoy estaría de regreso a mi hogar con el corazón roto y el alma herida. Cuando llegué por primera vez llena de temor e incertidumbre jamás pensé que Jung Hyo se comprometería, que Song y Si Yeon se convertirían en mis amigos, que iría de tragos con mi jefe que aunque al principio parecía un cascarrabias en realidad era una persona sumamente buena y que metería en mi casa a un extraño que resultaría ser Ji Yong, una estrella del Kpop.

Y mucho menos que terminaría sintiendo una atracción incontrolable por Ji Yong. Eso sí que jamás lo esperé.

Mientras me comía otro pedazo de la pizza sentí un nudo en la garganta y tuve que bajar la cabeza para no empezar a llorar.

Acababa de dejar atrás al hombre con el que me sentía segura y cálida, aquel que aunque no dijera ni una sola palabra me hacía sentir que tenía la mejor compañía del mundo.

i got you, dragon → g-dragonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora