Un mes después, todavía no se sabía nada de Millie.
Rose persiguió a Matt todo el tiempo, intentando que formalizaran una relación. Matt, por el contrario, huía. No quería saber nada de ella. Quizá se sentía culpable, pero nada podría deshacer aquello que había hecho. Jade y Sarah siguieron como si nada hubiera pasado.
Todos seguían como si nada pasara, ninguno de ellos preguntó a dónde se había ido, ninguno le tomo importancia al asunto. El único que lo hizo fue Leo. Él intento averiguar sobre ello en repetidas ocasiones, sin embargo, los profesores no pudieron darle mucha información.
Era un día normal, como cualquier otro, a las diez de la mañana y todos deambulaban por el colegio. Nadie notaba la presencia de la chica que caminaba por ahí. Su cabello había dejado de ser castaño, ahora tenía un color anaranjado, sus ojos color avellana parecían mucho más fuertes que antes.
Si, Millie había vuelto. Todos estaban en su mundo, nadie conseguía darse cuenta de ella a pesar de no llevar el uniforme y el cabello naranja.
Entró al establecimiento y se encaminó a la oficina del director a paso moderadamente rápido, quería llegar lo antes posible, pues tenía mejores cosas que hacer.
Antes de llegar, notó que a lo lejos venía caminando Matt y, tras él, Rose. Cualquiera en su lugar se habría molestado, enfadado, les habría dicho algo, sin embargo, Millie no se vio afectada. Caminó hasta llegar a su destino, ignorándolos, y golpeó la puerta.
Los traidores pasaron por atrás suyo, sin reconocerla. Rose lo frenó, ella quería que el escuchara lo que ella tenía que decirle, aunque él no quisiera.
Entonces, Millie abrió la puerta y el director sonrió.
—Oh vaya... Si es Millie Darrell...—exclamó con su normal tono alto—Pasa querida, ponte cómoda.
Oír el nombre de la chica a la que había lastimado logro que se exaltara y volteara a ver. La ilusión se apoderó de él en solo un segundo y esperaba encontrarla a solo unos metros, por eso sus ojos la buscaron a toda velocidad. Para su mala suerte, sólo llegó a divisar el cabello naranja antes de que la puerta se cerrara.
Se preguntó a si mismo si había escuchado bien y lamentó no haberse sacado a Rose de encima antes.
—Vete Rose, ya no quiero que me persigas. Déjame solo un momento por favor. —gruñó, lleno de frustración.
Rose refunfuñó, no quería dar el brazo a torcer, quería que Matt la oyera, aunque sea una vez, aun así, tenía que volver a clases y eso la obligó a desistir.
Cuando ella se fue, Matt miró la puerta de la oficina del director y ahí fue cuando notó a Leo. Él estaba viendo por la pequeña ventana que tenía la oficina.
La puerta se abrió y Matt quiso acercarse, pero Leo fue más rápido. Cuando Millie salió, se encontró con un Leo curioso frente a ella, mirándola a los ojos, intentando descifrar el nuevo misterio que la rodeaba. Ella esbozó una leve sonrisa.
—Millie...—la voz de Matt los alertó.
Ella volteó a verlo al igual que Leo. Su semblante seguía normal y tranquilo, solo que sin su leve sonrisa.
—Oh, pero si es Matt. Ha pasado un tiempo. —expresó con desdén.
—Millie yo...—Matt se acercó un poco—Necesito hablar contigo.
Su rostro estaba demacrado, como si no hubiera dormido nada en días.
—¿Hablar? Yo solo tengo una cosa que decirte—aclaró mientras se acercaba al chico al que antes veía con amor—. Fue algo que no te pude decir en aquel momento, pero te lo diré ahora.
Millie puso su mano en el hombro de Matt y cuando él la miró a los ojos, ella le dio un rodillazo en su entrepierna. Matt se arqueó y se apoyó en el hombro de Millie.
—Terminamos. —escupió, mientras lo empujaba lejos suyo.
Matt cayó al suelo y ella se encaminó a la salida. Leo se agachó junto a él y lo miró detenidamente, al tiempo que una sonrisa se formaba en su rostro.
—Así que fuiste tú...—dijo—Te daré las gracias, ahora que salió de su burbuja será más feliz.
Matt se quedó viendo a Leo mientras éste se iba. Sentía que lo había visto antes, pero no estaba seguro.
Millie no era la única que guardaba secretos.

ESTÁS LEYENDO
Let's Fly
Teen FictionMillie vivía en una burbuja perfecta, rodeada de sus buenas amigas y al lado del chico que amaba. Era su forma de escapar de la realidad que la rodeaba. Sin embargo, un acontecimiento la obliga a despertar de su vida de ensueño. Su burbuja de felici...