Capítulo 16

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Los días iban pasando mientras Jade se recuperaba en el hospital.

Millie había ignorado las peticiones de Sarah, se resignaba a volver a aquel lugar.

Por alguna razón Millie odiaba los hospitales. No parecía ese odio normal de los adolescentes y niños, sino que había algo de ese lugar que la hacía sentirse mal y apenas veía la oportunidad escapaba. Leo se dio cuenta de eso, el día que Jade tuvo el accidente. Millie se había frenado antes de entrar y su mirada se había perdido en algún lugar. Su cara se ensombreció y no fue hasta que le apoyó la mano en el hombro que reaccionó. Sin embargo, ese no era el momento para preguntar.

Millie aún no se había abierto con Leo, su relación era de dos personas muy cercanas. No eran amigos, no. Leo no quería ser estandarizado como uno. Él quería ser alguien en quien ella pudiera confiar plenamente, pero claro que llevaba su tiempo.

Seis semanas pasaron antes de que Leo convenciera a Millie de ir una última vez al hospital. La idea era completamente desagradable, pero debía hacerle frente para poder terminar con aquel asunto de una vez por todas.

Llegaron cuando el horario del colegio había terminado. La chica aún estaba en rehabilitación. Se dirigieron a su habitación pasando por los largos pasillos blancos.

Millie caminaba cada vez más despacio, hasta que se detuvo. Los recuerdos la inundaron de golpe y no eran precisamente lindos. Quería irse.

—¿Millie? —Leo se volteó a verla. Ella estaba retrocediendo lentamente— ¿Qué ocurre, Millie?

—Yo... No quiero estar aquí. —su mirada estaba sin brillo.

—¿Por qué? Si es por ellas... Solo será un momento. —dijo intentando suavizar la situación.

—No es por ellas...—musitó con la cabeza gacha.

—¿Quieres irte y hablarlo? —preguntó Leo.

Al oír eso, se recompuso y negó con la cabeza. Era algo que sólo ella sabía y no estaba dispuesta a soltárselo a nadie.

Caminó apresurada hasta llegar a su destino. Golpeó y abrió despacio la puerta. Jade estaba mejorando, pero parecía tener un gran pesar sobre sus hombros.

Después de haber estado al borde de la muerte se había dado cuenta de todo lo malo que había hecho y por eso le pidió disculpas sinceras a Millie. Por dentro, sabía que ella no la perdonaría, de hecho, esperaba que Millie le dijera cosas crueles o que simplemente le diera su merecido y se fuera. Se podía notar que no conocía a Millie realmente.

—Puedo aceptar tus disculpas, pero no te perdonare. Podré seguirte viendo en el colegio o en la calle, pero ya no seremos amigas—La expresión de Millie era dura, mostraba lo importante que era que lo entendieran—. Ustedes no me conocen, no saben nada sobre mí, puesto a que sólo se preocupaban por cosas triviales de sus propios mundos—Las chicas sabían lo ciertas que eran aquellas palabras—. Es todo lo que vine a decirles. De ahora en más, no me llamen, no me hablen. No me importará lo que sea que les pase.

Ni bien terminó de hablar se volteó para irse. Su amistad había sido terminada formalmente.

El peso de Jade se aligeró, no volvería a cometer los mismos errores.

Millie salió casi corriendo, no se sentía mal en absoluto. Por el contrario, ahora que había terminado aquello se sentía mejor. Podría dejar en el pasado todo aquello de Matt y las "amigas".

Leo la estaba esperando afuera. Al verla le sonrió, esperaba ansioso que le contara todo, pero Millie solo miró al cielo.

—A un parque de diversiones—soltó y él la miró extrañado—. Vayamos a uno en nuestra segunda cita.

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