Capítulo 32

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Había llegado la graduación, la fiesta que muchos esperaban.

Durante los días anteriores, la escuela había sido un completo caos. Con la finalización de los exámenes y los preparativos, el revuelo entre los estudiantes era indescriptible. Por suerte acabó y todo se terminó a tiempo.

El trío de amigas se reunió en casa de Millie para alistarse juntas. Zoe llevó su gran tesoro: un maletín lleno de maquillaje profesional que le había regalado su tía y que iba a usar como ocasión especial.

Le tomó un rato, pero logró realizar su magia en ellas.

Leo y Chris las fueron a buscar. Al parecer, el amigo de Leo había acordado ir con Lenna. Ambos se encontraron con las tres bellezas ante sus ojos y las llevaron hasta el colegio.

La graduación era algo que muchos esperaban. Por un motivo u otro, todos se emocionaban. La época de preparatoria terminaba esa noche y querían festejarlo a lo grande. Tendría que ser algo inolvidable.

Una vez dentro, Millie resaltó bastante y eso no le agradó mucho a Leo, pero ésta era la noche para lucirse y lo aprovecharon muy bien.

Tantos recuerdos tristes y alegres hicieron que todos se emocionaran. La directora dio su discurso y luego se inició el baile.

Leo sacó a bailar a Millie y juntos se perdieron entre la multitud.

Él no dejaba de mirarla atentamente, de apreciarla. Bailaron por un buen rato y luego se reunieron con sus amigos. Había sido una noche espléndida, los maestros decidieron cerrar la ceremonia con una proyección de fotos de los graduados, en el cual aparecían todos. Millie notó que había fotos en las que Leo la observaba de lejos y sonrió, él era un acosador. No pudo evitar pensar en sus amigos, en los sucesos que los habían llevado a eso, y en lo agradecida que estaba con todos. Las lágrimas cayeron por sus mejillas mientras esbozaba una gran sonrisa y Leo la abrazó por detrás.

Así terminó una etapa en sus vidas para dar comienzo a otra.

La semana siguiente, Millie se preparó para el viaje por lo que no tuvo mucho tiempo para ver a Leo y a sus amigas. Era lo más difícil que había tenido que hacer en años, dejar su casa completamente sola y a sus amigos que tanto le había costado conseguir, pero era para cumplir su sueño y no debía ver atrás. Por eso, cuando llegó el momento se encaminó hacia el aeropuerto en compañía de Leo.

Los chicos la fueron a despedir y, como en cualquier despedida, lloraron y le desearon buen viaje. Entonces los dejaron solos a Millie y Leo para que hablaran.

—¿Estás llorando? —preguntó Leo al ver la cara de su novia.

—¡Cállate! No me gustan las despedidas. —gruñó Millie mientras se secaba las lágrimas.

Leo la abrazó fuertemente y ella le correspondió. Ese sería el último contacto físico que tendría con él al menos en un largo tiempo.

—Millie, te amo. —dijo Leo viéndola a los ojos.

—Y yo a ti.

Ambos se unieron en un beso tierno, dulce, lleno de amor y sentimientos transmitiéndose. Era el último beso que podrían darse, por eso se tomaron su tiempo y lo disfrutaron todo lo que pudieron.

Entonces, cuando llego la hora, se separó de él y se encaminó hacia el futuro. Volteó a saludar a todos con la mano y le dieron ganas de regresar con ellos, pero no podía, tenía que seguir adelante.

A partir de ese día, los caminos de cada uno se separaron.

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