Estaba horrorizada, nunca había visto tanta sangre como en aquel momento y los chillidos de Sarah no ayudaban. Jade no respondía, estaba inconsciente. La ambulancia llegó y la multitud le abrió paso.
Los paramédicos pusieron a Jade a una camilla y la subieron al coche con sumo cuidado. Sarah se fue con ellos.
Leo notó que Millie estaba en shock, su rostro estaba pálido y sus manos temblaban. Él la abrazó y ella reaccionó.
—Tranquila, estará bien.
—Lo que le pase a ella no es de mi incumbencia—dijo con un tono frio, recomponiéndose.
Sin embargo, su cara no decía lo mismo. Leo la arrastró hasta el hospital, donde se encontraron con Sarah. Sus ojos estaban hinchados de tanto llorar.
Cuando vio a Millie corrió a abrazarla. Su voz estaba temblorosa y no se le entendía nada.
—Cálmate o no podré entenderte. ¿Qué pasó allí?
—Estábamos saliendo del colegio. Yo me detuve para atarme las agujetas y ella comenzó a cruzar la calle y... Un auto... La atropelló. —Sarah estalló en llanto.
Normalmente, ellas eran las que consolaban a Millie, pero ahora parecían haber intercambiado los papeles.
—¿Cómo está ella? —preguntó Leo.
—Está en el quirófano... Cuando salga sabremos. —dijo mientras se secaba las lágrimas.
Los tres esperaron sentados por horas, pero aún no había noticias.
Por la noche, llegó Rose acompañada de Matt. Ellos se sorprendieron al ver a Millie allí.
—Millie...—Matt fue interrumpido por una fría mirada de Leo.
Millie se dispuso a irse, no quería estar allí con Rose y Matt, pero Sarah la detuvo.
—Espera, no te vayas... Tú también eres nuestra amiga...—dijo sosteniendo su brazo.
—¿Amiga? No te confundas. Nosotras ya no somos amigas, dejamos de serlo hace tiempo—dijo soltándose—. Y ésta será la última vez que te haga el favor de acompañarte hasta que tus verdaderos "amigos" llegan.
Sarah no podía decir nada, solo agachó la cabeza. Rose estuvo por decir algo, pero Millie la fulminó con la mirada al tiempo que Matt le decía que no lo hiciera.
Millie salió a tomar aire y Leo fue tras ella. Sin embargo, antes de que llegara a donde estaba, fue detenido por Matt. Leo le clavó la mirada más fría que tenía. A leguas se notaba que lo despreciaba.
—¿Qué quieres? —gruñó Leo.
—¿Estás saliendo con ella? —preguntó señalando a Millie.
—Aún no—sonrió con malicia—, haré que se enamore completamente de mi primero.
—¡Tú...
—Lo que hagamos nosotros no te concierne. Con quién quiera estar ella tampoco. Tú ya perdiste el derecho a opinar. Aún no consigo entender como pudiste...—negó con la cabeza—No podré entenderte nunca. Solo sé que Millie está mejor ahora y yo estaré a su lado para cuidarla.
Matt lo miró de mala gana, no le gustaba Leo. En realidad, era algo mutuo.
Leo fue con Millie afuera del hospital. La noche estaba fresca pero agradable. Ella miraba al cielo, esperando que todo lo malo desapareciera.
Él se paró a su lado y tomó su mano haciendo que volviera a la realidad.
—Has estado muy cool. —dijo sonriéndole.
—¿Tú crees? —Millie lo miró.
Leo asintió y luego de un rato de plática regresaron adentro. Rose estaba sentada al lado de Sarah y Matt estaba hablando con el doctor.
Jade se había quebrado un brazo, una costilla y había sufrido hemorragias internas por lesiones en los órganos ocasionadas por el golpe. La operación había sido larga, pero había sobrevivido. Aunque tendría que pasar un tiempo en el hospital.
Millie optó por irse a su casa y Leo la acompañó. El día había sido muy largo y ella solo quería descansar.
Llegó a su sombría casa y fue directo a la cama. Sus ojos se cerraron lentamente mientras la imagen de Jade en el suelo se desvanecía.
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Let's Fly
Teen FictionMillie vivía en una burbuja perfecta, rodeada de sus buenas amigas y al lado del chico que amaba. Era su forma de escapar de la realidad que la rodeaba. Sin embargo, un acontecimiento la obliga a despertar de su vida de ensueño. Su burbuja de felici...