La semana siguiente, Millie no mencionó el tema en lo más mínimo. Sabía que debía contarles a sus amigas, pero quería estar segura de su decisión.
Por otro lado, Leo se sentía algo distante. Sabía que le había afectado, pero él se negaba a admitirlo. Era algo triste, puesto que no parecía él mismo.
Se preguntó una y otra vez que debía hacer, aunque en el fondo tenía la respuesta tan clara como el agua, Leo la hacía dudar. Ella había notado lo poco que sabía sobre él y que no se había tomado el tiempo de conocerlo del todo.
Entonces tomó una resolución, tan segura de ello como pudo estar, iba a cumplirla a como diera lugar. Si, estaba determinada a lograr sus metas.
Junto a sus amigas en el descanso y les contó todo, sin omitir ningún detalle, les habló sobre su sueño y la oportunidad que se le había presentado. Para Millie eso era tan importante como la amistad que tenía con ellas.
Al principio se sorprendieron, luego se molestaron porque no les había dicho antes, pero al final la comprendieron.
Ella se sintió más liviana y con más fuerzas que antes. Solo faltaba un detalle: Leo.
Recordó la primera vez que se vieron de pequeños y la primera vez que se vieron de grandes. Quizá había sido el destino o quizá una coincidencia, pero estaba agradecida de haberlo conocido. Leo se había convertido en su soporte.
Cuando las clases terminaron, tomó a Leo de la mano y lo arrastró con ella hasta la parte trasera del colegio, justo enfrente del edificio abandonado.
—Yo quiero ser directora de cine, quiero trabajar junto a mi autora favorita. Iré con mi tía al final del año. —vociferó con resolución.
—Lo sé, sé que eso es lo que harás. —él sonrió con pesar.
—Es probable que no regrese en unos largos años—Millie se frotó los ojos para evitar que las lágrimas salieran—. No seremos capaces de vernos.
Leo la miró fijamente, mientras luchaba contra su deseo de abrazarla con fuerza y presionar sus labios contra los suyos. Sabía que ella había juntado mucho valor para decir aquellas palabras y que era tan difícil como para él. Por eso la dejó hablar y se limitó a sostener sus manos con firmeza.
—Sé que no es justo que pida nada, sé que nada es seguro, pero...—Millie bajó la mirada y cerró sus ojos en un intento de calmarse—aun así...
Millie no podía recordar la última vez que había expuesto sus sentimientos tan abiertamente. Solía protegerse dentro de su burbuja y usar palabras superficiales para que nadie notara lo que realmente pasaba, lo que realmente sentía. Sin embargo, ahora era distinto, era algo necesario y ella lo hizo.
—Aun así... quiero saber todo de ti, quiero pasar mucho tiempo contigo, quiero... —Millie hizo una pausa y elevó su vista hacia él—yo te quiero, Leo.
Las palabras de Millie dejaron en shock a Leo. Ella había dicho lo que sentía y eso hizo que él se sonrojara. Las demostraciones de afecto de Millie eran raras. Ellos ya eran novios, eran muy cercanos, pero Millie no se había librado de toda su defensa hasta ahora. En ese momento, ella había admitido que estaba tan enamorada de él que no podía seguir ocultándolo.
Leo la observó detenidamente, todo en ella parecía hermoso. Sus gestos, su rostro colorado, sus piernas temblorosas, su corazón, todo. La estrechó entre sus brazos y la besó dulcemente, transmitiéndole todos sus sentimientos.
—Millie...—dijo apartándose un poco—¿Qué haré contigo? Si me dices esas cosas, no podré dejarte ir.
—Leo... Yo...—su voz era apenas audible.
—Tranquila, aún faltan unos meses. Aprovecharemos cada segundo. —Leo le regaló una sonrisa cálida.
Millie lo abrazó y lo besó. El deseo de Leo se había cumplido, ahora se podían amar libremente, sin muros ni escudos. Sus corazones sincerados encontraron la paz que tanto anhelaban, al menos por el tiempo que les quedaba.
Ambos recogieron sus cosas y regresaron a casa, platicando de todo lo que les faltaba saber del otro. Juntos, de la mano, caminaron lentamente hacia su destino. Disfrutando de cada pequeño momento.

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Let's Fly
Teen FictionMillie vivía en una burbuja perfecta, rodeada de sus buenas amigas y al lado del chico que amaba. Era su forma de escapar de la realidad que la rodeaba. Sin embargo, un acontecimiento la obliga a despertar de su vida de ensueño. Su burbuja de felici...