Era la primera vez que Millie llevaba a tanta gente a su casa. A pesar de que sólo ella vivía allí, la casa parecía tener más vida que antes.
Lenna y Zoe recorrieron todo el lugar en busca de la habitación de su amiga, mientras que Leo y Chris se quedaron en la sala platicando, y Millie se fue a la cocina con las bolsas.
Cuando las abrió, vio que habían comprado los elementos para preparar pizzas caseras. Millie tragó saliva. Ella no sabía prepararlas. Entonces apareció Chris y le pidió un delantal.
—Que sean dos. —dijo Leo con una sonrisa.
—Oye, yo dije que las iba a cocinar. — gruñó Chris.
—¡Tengo que lucirme frente a mi novia! —protestó.
—Solo no me estorbes. —bufó.
Chris miró a Millie, quien enseguida le alcanzó los delantales.
Ella sonreía por dentro. Al parecer Leo no era el único que se quería lucir. Luego de que se pusieran manos a la obra, ella decidió dejarlos trabajar tranquilos y fue en busca de las chicas, que ya habían dado un buen vistazo a su habitación.
Se quedaron allí platicando y cuando la comida estuvo lista, bajaron a cenar. Pusieron una película de acción para ver mientras se deleitaban los paladares.
Las pizzas de Leo y Chris fueron halagadas y ellos chocaron sus palmas. Si, definitivamente querían lucirse.
Era la primera fiesta de amigos que tenía en su casa, algo tonto, pero que a Millie la hacía feliz.
Cuando la película terminó, ya era muy tarde, así que decidieron quedarse a dormir. La casa era grande, habría espacio para todos.
Siguieron viendo películas hasta la madrugada, hasta que todos se durmieron.
A la mañana siguiente, Millie se despertó primero y preparó el desayuno para todos.
A pesar de que estaban muy adormilados tenían que ir a clases.
Las chicas se levantaron y fueron a desayunar, pero Chris aún seguía recostado en el sofá. Leo intentó hacer que se levante, pero no dio resultado. Entonces Millie le acercó su celular y le dio un pellizco para que lo viera. Chris abrió los ojos con fastidio. Odiaba dormir poco, pero al ver lo que había allí se terminó de despertar en un santiamén.
Le quitó el celular a Millie y empezó a utilizar el suyo a la vez.
—¿Qué le mostraste? —preguntó Leo curioso.
—Pronto sabrás. —Millie sonrió.
Chris le devolvió el celular a Millie y se fue a desayunar.
Con mucho pesar, fueron todos al colegio.
Los días en el colegio eran muy animados. Vivían el día a día, sin preocuparse por mucho.
Así llegó septiembre, el verano estaba terminando, y junto con él, los días tranquilos también.
Al llegar de clases, Millie encontró una carta en su buzón. Al ver el remitente se puso nerviosa. Pronto tendría que enfrentarse a una decisión muy difícil. Una que, probablemente, cambiaría todo.

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Let's Fly
Teen FictionMillie vivía en una burbuja perfecta, rodeada de sus buenas amigas y al lado del chico que amaba. Era su forma de escapar de la realidad que la rodeaba. Sin embargo, un acontecimiento la obliga a despertar de su vida de ensueño. Su burbuja de felici...