Cuando Millie despertó, las clases ya habían terminado. En su mano estaba la pulsera que había perdido y no sabía cómo había vuelto a ella. A su mente vino la imagen de Matt, pensó que quizás él estaba arrepentido y que con eso había querido reponer el daño que causó.
«A quien engaño.» pensó Millie.
Todos ya se habían ido y ella estaba sola de nuevo. No quería volver a encontrarse con sus "amigas" hablando mal de ella así que decidió emprender viaje.
Caminó por un rato, pero no sabía a donde ir, su casa estaba en último lugar. De pronto, pensó en Matt y se encaminó a su casa. Su relación de años se veía amenazada por unas palabras que pudieron ser mentira. Eso quería creer ella, pero la verdad es que Millie quería saber la verdad. Ya no volvería a ignorar todo a su alrededor, ya no creería en cuentos de hadas. Esas ideas comenzaron a florecer en su interior.
Al llegar, los nervios se apoderaron de ella. ¿Cómo iba a encarar el tema? ¿cómo reaccionaría él? Las preguntas rondaban en su cabeza sin cesar. La incertidumbre y el miedo a las respuestas que podía hallar eran demasiado fuertes, sin embargo, ya no había vuelta atrás.
Tocó el timbre, sintiendo la ansiedad carcomer su estómago, pero nadie respondía. Se adentró y notó que la puerta estaba abierta. Había alguien en casa y estaba lo suficientemente ocupado para no responder.
Millie sabía que no era buena idea seguir, pero ya había llegado hasta ahí no perdería la oportunidad para aclarar las cosas. Mientras subía las escaleras hacia la habitación de Matt comenzó a oír ruidos. Nuevamente sintió las puntadas en el pecho.Millie había ido incontables veces a casa de Matt en sus huidas de casa. Siempre era bienvenida por su familia o por Matt. Su relación era muy buena, pero habían acordado que esperarían a graduarse para el siguiente paso. Eso era muy importante para Millie. Al parecer solo para ella.
Se acercó a la puerta y los ruidos se convirtieron en gemidos. Las voces eran de Rose y Matt. Su mente se puso en blanco, le zumbaban demasiado los oídos. Pronto dejo de distinguir los sonidos. Solo oía el sonido de su corazón palpitando.
Algo dentro de ella se rompía lentamente, mientras abría la puerta y la imagen se hacía clara.
Rose y Matt frenaron en seco cuando notaron la presencia de Millie. La imagen de ella en la puerta se veía oscura, sus ojos estaban sin brillo alguno. Ella estaba en shock.
—Millie...—musitó Matt.
El silencio se hizo eterno, Millie no reaccionaba. Todo lo que ella creía se había derrumbado. Todo en tan solo unos segundos.
—Millie, puedo explicar esto...—soltó Matt, nervioso al ver que ella no decía nada.
Pudo haberles gritado, haberlos insultado, tirarles con lo primero que tuviera a mano, pero no. Ella solo se dio media vuelta y se fue de allí.
Matt se vistió lo más rápido que pudo y se aventó hacia la puerta. Rose en cambio, se sentó en la cama y con una gran sonrisa tocó su vientre.
—¡Millie! ¡Espera! —gritó mientras bajaba las escaleras.
Matt salió desesperado, pero ella había desaparecido.
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Let's Fly
Ficção AdolescenteMillie vivía en una burbuja perfecta, rodeada de sus buenas amigas y al lado del chico que amaba. Era su forma de escapar de la realidad que la rodeaba. Sin embargo, un acontecimiento la obliga a despertar de su vida de ensueño. Su burbuja de felici...