La melodía del corazón

Capítulo 15

Miel sobre hojuelas

Todo en esta vida se basa en las decisiones que tomamos. Pueden ser decisiones buenas, malas o aquellas que te cambiaran por completo la vida. La personalidad de los seres humanos también tiene como base estas decisiones. A partir de ellas podrás, ser feliz o infeliz y de esta manera puedes decidir cómo afrontar la vida, si lo haremos para dar todo de nosotros o nada. Una mala decisión puede cambiar tu perspectiva, cegarte y hacerte sentir que no eres la persona indicada para hacerlo, por lo que llegas al punto del conformismo. Ser conformista te hace no querer ir más allá, no desear superarte a ti mismo y demostrar que puedes ser mejor.

No me considero una persona conformista, siempre he querido superarme y en especial tomar riesgos. Claro no voy a arriesgarme en algo para lo que yo sé que no soy buena. Sé que tengo una habilidad musical muy buena, y por tanto me es muy fácil entender cómo realizar música. Me siento cómoda haciéndolo y como quiero tomar las decisiones correctas y así de ésta manera hacer lo que mas amo en esta vida. Pero creo que tambien estoy en esa zona de confort, en cierto punto no me he planteado para hacer algo más, creo que nunca ha sido una posibilidad en mi cabeza. "¿Por qué estoy pensando en todo esto?" Sencillo hace cuatro semanas no pensaba que tendría una relación en la cual me sentiría feliz. La vida cambia enormemente de un segundo a otro y tengo que saber que es lo que quiero hacer con mi vida. No puedo permitirme el enamorarme de Jake tanto que quiera renunciar a todo lo que he trabajado.

Hemos tenido la mejor de las veladas. Luego de cantar para mí y de ese beso, un miedo se depositó en mi subconsciente. "Soy verdaderamente una contradicción, no sé qué es lo que quiero, ¿Se supone que todas las relaciones tengan que iniciar con esta duda?" todas aquellas preguntas no puedo comentarlas con nadie aún y menos con Jake. Aún tengo que abrirme con él, sé que nuestra relación es más basada en cómo nos atraemos el uno al otro físicamente. Pero aún no puedo sostener con él temas profundos que llevo muy guardados en mi corazón.

Jake y yo vamos tomados de la mano, caminando hacia el edificio de las chicas. Llevo las sandalias en la mano porque soy una llorona y no las pude aguantar para caminar de regreso. Voy pensando y depositando todas estas dudas mientras caminamos hacia allí y Jake parece notarlo.

―¿Te encuentras bien Alice?― dice tirando de mí para que pueda sostenerme colocando ambas manos sobre mi cintura.

―Ehhh...estoy... ― trato de aclarar mi garganta y sonar tranquila ―Estoy bien Jakie.― fuerzo una sonrisa y lo veo a los ojos.

Toma mi barbilla y me dirige una mirada acusadora ―He aprendido a temerle a la mirada que tienes en este momento Alice.― dice relamiendo sus labios y su tono de voz es neutral. ―Algo me dice que tienes muchos de esos pensamientos confusos y negativos en esa cabecita tan linda tuya.

Pestañeo sorprendida ―¿Cómo lo sabes? tú no puedes leer mi mente...― digo acusatoriamente y un tanto incrédula.

―Alice― dice tomando mi rostro con ambas manos y haciendo que lo vea directamente a los ojos. ―Dirás que soy un acosador, pero no me importa. La cuestión es, que recuerdo cada gesto que haces, amo observarte y esta es una mirada que no me gusta, muchas de las veces que la he visto has rechazado lo que es tuyo, desde el momento en que te vi.

Niega con la cabeza, parece desesperado, desesperado por hacerme entender su punto. ―Alice, esto no ha sido fácil para mi tampoco, yo no estoy acostumbrado a tener a una sola persona en mi mente las veinticuatro horas el dia. Pero esa es la manera en la que me haces sentir.

―Jake, no nos conocemos por más de un mes. No es como que hayas encontrado al amor de tu vida. ―digo intentando no dar crédito a todo lo que él me ha dicho. ―Yo sólo, no estoy segura de qué estoy haciendo, es la primera vez...