Capítulo 39

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Derek

Si amas algo ¿Déjalo ir?

No creo que amor, sea la definición para lo que siento por esta chica. No quiero jamás pensar en que me voy a convertir en un estúpido enamorado que besa el suelo por el que su chica pasa. No quiero convertirme en un zombie manipulado. Entonces, sabiendo esto, voy a tomar sus peticiones y las voy a cumplir mi palabra siguiendo cada una de sus peticiones.

Sé que fue estúpido de mi parte el mentirle e intentar chantajearla para conseguir un beso más. No soy un criminal psicópata y en realidad estoy un poco herido por el hecho que ella piense que lo soy. Sólo me equivoqué, y quizá si me volví un poco loco, pues no pude pegar un solo ojo anoche pensando en lo que él estaría haciendo con ella. No podía dejar de pensar que tan sólo unas horas antes ella había puesto sus labios en los míos y se había sentido sencillamente mágico.

Pero luego me pongo a pensar que soy un imbécil, tengo a Cloe después de todo por si quiero tener sexo y mientras tanto puedo simplemente definir qué es lo que siento por Alice y también encontrar una maldita manera de que ella confíe en mí.

En realidad me pongo manos a la obra de inmediato y envió un mensaje a Cloe, para ver si está disponible.

Yo: ;) Oye nena, hoy me he despertado pensando en ti y en tus deliciosos labios. ¿salimos?

No tengo que esperar mucho, si mucho tarda un par de minutos y tengo su respuesta.

Cloe: ;) siempre estoy ansiosa por verte, te espero en tu auto en diez minutos.

Lo sé, eso es lo que me encanta de esta chica es que siempre está lista. No tengo que tener ningún juego previo con ella, es muy buena en el sexo. Estoy listo, tomo mis llaves, billetera, me pongo una playera y salgo de mi habitación.

Alice quiere pasar todo un fin de semana con el gilipollas ese, yo voy a pasar todo el fin de semana desahogando mi frustración y disfrutando de un maldito buen sexo con Cloe. "Si amas algo dejalo ir... y toda esa tontería cursi y bla, bla, bla..."

Creo que Cloe no toma ni diez minutos en llegar, y que me parta un rayo, viene con una minifalda negra y lleva su hermoso cabello rojizo suelto y salvaje sí, sin duda esta chica es ardiente.

Subimos al auto, cuando estoy en mi asiento ella se lanza a mi directamente y comienza a besarme, eso me recuerda a Alice y por alguna razón me enfurece, el saber que si tan sólo todo fuese diferente, Alice estaría aquí. Con ira y deseo jalo a Cloe de su asiento y la coloco en mi regazo, comienzo a bajar las manos por su espalda y su luego debajo de su falda y la subiendola y dejando sus glúteos descubiertos. Luego me doy cuenta de algo y me separo de ella impactado, no lleva ropa interior.

―No tienes idea de lo que esto hace conmigo nena...

Ella únicamente ríe, porque sabe lo que eso me está causando, la separo de mi y la empujo a su lugar ―Vamos, me urge que lleguemos a una cama.― digo y le doy un guiño.

Arranco el auto, pero en ese momento justamente somos interrumpidos por la vista de Alice y el imbécil ese saliendo tomados de la mano. No importando las veces que los vea juntos duele de la misma manera.

Siento como si no me importara ir y estrellarme contra el idiota ese, destruyendo mi auto de miles de dólares. Pero estaría satisfecho, porque en estos momentos lo único que quiero hacer es pasar el carro por encima de ese imbécil y borrarlo del mapa.

Arranco el vehículo con tanta rabia que me pega a mi asiento y rechina llantas al salir. Me alejo de la pequeña punzada que siento en mi corazón cada vez que la veo en manos de otro. Sé en ese momento, que quisiera ser yo quien estuviera tomado de su mano y tenerla libremente para mí un fin de semana.

La melodía del corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora