Derek
Otra oportunidad...
Terminamos de recorrer el teatro, y para mi mala suerte, ella una vez más está distante de mí, buscando cualquier escusa o posición para que no le tome de la mano y me acerque a ella. Espero que lo que tengo planeado a continuación haga que una vez más vuelva a bajar la guardia y me permita entrar. Salimos en rumbo a la casa de playa que mi papá dio como regalo de cumpleaños a mi mamá. Quiero que ella tenga una buena mañana en la playa, disfrutando del sol y la arena. Además tengo preparado un postre especial para ella.
Una vez más, nos pasamos el camino completamente en silencio. Me comienzo a sentir un poco ansioso por que ella parece no gustar de estar conmigo. Cuando llegamos a la casa, y el portón eléctrico deja a la vista la enorme casa de playa, ella por fin habla.
―Umm...― y se toma las manos ansiosa ―¿A qué hemos venido aquí? ¿Es ésta tu casa?
―Si, así es... pensé que te gustaría conocerla y aprovechando quería pasar una mañana en la playa, está haciendo un muy buen clima ¿No crees?...― digo con una sonrisa.
―Pero... no voy vestida para la playa, ¿No ves?― dice ella con ojos de preocupación.
―Relajate, tengo una solución, en realidad no sabía si accedierias así que tengo esto...― y alzo para ella una bolsa pequeña de Victoria Secret, lo pongo en sus piernas. ―Te lo prestaré, o regalaré si te gusta lo suficiente, espero que no te moleste pero he estado muy estresado y quería relajarme.― digo con una sonrisa inocente.
Ella hace una mueca y frunce el ceño molesta ―No me voy a poner lo que sea que le compraste a tu novia...― dice cruzándose de brazos. ―¿Era para ella verdad? ¿Crees que soy una cualquiera? ¿Una fácil? ¡Eres un idiota gilipollas!
―¡Está bien, está bien!― digo alzando las manos para acallar su rabieta. ―Lo confieso en realidad lo compre para tí. Estaba seguro que no querrías, si te lo decía desde un principio y me imaginaba que pondrías de excusa tu ropa, la cual no me sorprendió en absoluto que no fuera para nada formal o de una cita y luego sólo quería nadar un poco y no sé relajarme y pasar un poco más de tiempo a tu lado.―Confieso con toda la sinceridad que tengo.
Suspira fuertemente y con una mano en puño golpea su pierna frustrada. ―¡Iré, pero no quiero que me toques o te acerques a mí de ninguna manera, juro que si me siento acosada aún cuando sea un poco, voy a llamar a la policía y hacer que lleven tu asqueroso culo a la cárcel!― río ante su amenaza.
―¿Qué clase de violador psicópata crees que soy?― digo riendo. ―Juro que no te tocaré ni haré algo malo, obviamente no te voy a violar, quiero que cuando seas mía, lo seas porque así lo quieres y lo deseas.
―¡Está bien!― voltea a verme, y tiene una mirada incómoda pero furiosa. ―Tienes que saber que después de esto, no serás más para mí que mi compañero de estudios y ensayo por lo que te pido por favor, dejes de intentar algo que no va a suceder, simplemente no me voy a enamorar de tí si estoy enamorada de alguien más.
¡Auch! ¡Eso fue crudo y claro! pfff... ―Claro como el agua.
Espero a que Alice se ponga su traje aún son las diez de la mañana así que el sol no está desesperante, pero sí hay bastante calor. Tengo puestas únicamente mis bermudas negras y mis sandalias. Creí que al verme ella moriría y se emocionaria con la vista , pero fue al contrario, qué inocente fui al pensar eso.
Ella llega a la par mía, sus manos estan sosteniendo, unas sandalias y su top fosforescente y me quedo sin aliento alguno. La forma en la que sus curvas se acentúan en ese traje de baño de dos piezas color azul marino y la forma en la que combina con su piel hermosa blanca y sus preciosos ojos me deja estupefacto. Ella se da cuenta de cómo la estoy observando, frunce su ceño y coloca su top fosforescente como si fuese una salida de baño cubriendo la magnífica vista de su abdomen y pechos, pero muy poco de sus piernas, las cuales observo gustoso. Debo recordar que ese color queda exacto su tono de piel.
Estoy tan concentrado en verle que lo siguiente que sé, es que sin dirigirme la palabra o algo más, se sumerge en el agua y sin siquiera reparar en mí. Corro hacia ella y me sumerjo en el agua aún fría. Hago lo más que puedo por alcanzarla y lo logro.
―¡Oye! Tengo una idea― digo llegando a la par de ella y ambos estamos estamos temblando un poco debido a la temperatura del agua.
―¿Hacemos una carrera?― dice ella leyendo mi mente y alzando una ceja.
―¿Apostamos algo?― digo retando y sonriendo, me gusta mucho que nos estemos entiendo.
―Está bien, ya te he ganado anteriormente así que no me será difícil.― dice ella con una sonrisa y muy confiada, nunca la he visto tan confiada en realidad.
―¿Qué quieres a cambio? ― pregunto y la verdad que debido a su actitud espero por lo peor.
―Me vas a dejar en paz, no volverás a pedir nunca más una cita y terminado esta carrera me llevarás al campus, para que pueda prepararme para ver a mi novio y no dirás una palabra de lo ocurrido.― ¡Maldición, lo sabía!
Me pienso las posibilidades que tiene ella de ganar, sé en mi interior que son casi nulas en realidad, y pienso estúpidamente arriesgar todo para que ella ceda a mi petición. ―Hecho― digo.
―¿Tú?― dice ella levantando una ceja.
―Quiero un beso, en los labios, prolongarlo hasta que se me antoje y poder por fin descubrir que tienes de especial. Descubrir si esa es la razón por la que no puedo sacarte de mi mente.― digo y mi corazón se acelera de solo pensar en eso.
Ella se lo piensa, primero se ríe y luego al ver que no bromeo queda completamente seria. Aún cuando el agua llega hasta nuestros hombros, veo como su respiración se acelera, casi de la misma forma en la que se acelera mi corazón.
―Hecho.― dice ella luego de unos minutos de pensarlo.
Esto será muy entretenido, pero peligroso. Tengo dos opciones, o pierdo y tengo que dejarla en paz, o gano y obtengo un solo beso el cual quitará la venda de los ojos, sé que no hay nada de especial en ella, sólo el hecho que ella se resiste lo suficiente y me reta, más allá de eso no creo encontrar nada más en el beso.
―Bien, El primero en llegar a esa boya de allá gana― Señalo y ella asiente en confirmación, son almenos unos veinte metros de distancia hacia la meta.
―Oh y una cosa más...― dice con una sonrisa de suficiencia y la veo serio. ―Espero que te duela mucho perder.― y con esto ella comienza a nadar dejándome atrás de ella...
¡Mierda! ¡No puedo perder! ¡No puedo perder!
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Otro más... es que no se que... ajajajaja XD ya listo ahora iré a retorcerme en mi misera enfermedad. Esbribiré pronto.
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La melodía del corazón
RomanceAlice ama la música y a su violín más que cualquier otra cosa en el mundo. Ella cree, que la música es el lenguaje de todas las almas... ya que no hay ningún ser humano que no caiga rendido a los suaves tonos de una hermosa melodía. Cuando Alice...