Capítulo 31

339 44 9
                                    

Alice

¡Estoy muerta!

¡Mierda! No saldré airosa de esta situación yo lo sé. Estoy presa del miedo, sé que en cuanto abra la puerta todo se acabará. Tomo una larga respiración, sé que lo que menos debo de hacer es parecer sospechosa, la persona que está detrás de la puerta lo notará y todo se irá por un caño. Volteo al espejo que está en mi habitación y veo a mis ojos, aún están un poco rojos y hay sin duda mucho pánico en ellos, cierro los ojos. "Trata de ser la mejor de las actrices, Alice"

Los golpes se vuelven a escuchar, y me apresuro a enfrentarme con mi destino, creo que después de todo si es Bea, o algún catedrático y escuchó mi conversación con Derek estoy frita. No hay manera de que un chico pueda estar a altas horas de la noche en la habitación de una chica, ni aún cuando contemos lo que pasó nos creerán, todo porque le he dejado pasar.

Soy una completa idiota, no sé en qué momento me convenció, no entiendo porque las miradas que él me da, me provocan tantos sentimientos, sé que lo odio. Definitivamente lo detesto por ponerme en esta maldita situación, pero no puedo evitarlo, hay algo que me provoca hacer cosas estúpidas e impensadas. ¿Qué clase de estúpida soy? Pero, sé que ya es tarde para reprocharme cualquier tipo de idiotez que haya hecho, la verdad es que sí, actúo de una manera estúpida cuando estoy con Derek, y sé que él no es bueno, y no tiene buenas intenciones.

Sé por la mirada que él me dio hace unos minutos y por lo que me dijo, que le atraigo. Pero sé también que para él, seré nada más que un juguete en su colección, una más a la lista de innumerables chicas inocentes que han caído. Me asusta que él sienta esto sobre mí porque lo hace todo más difícil. Se esfuerza por ser un idiota y eso también lo he notado. Todo ha encajado en su lugar hoy, hace unos minutos cuando me dijo todas esas cosas. Derek debe de saber que no tengo cómo enamorarme de él, no puede tener espacio en mi corazón y menos aún siendo tal y como él es.

Llego a la puerta, la abro y trago cuando terminó de abrir quedó completamente sorprendida y siento como si después de mucho tiempo pudiera volver a respirar. Esa sensación de cuando te ahogas al aprender a nadar y puedes tomar un respiro limpio y profundo por primera vez, luego de que te arde el pecho de tanto toser. Eso es lo que siento al ver el rostro de mi adorado Jake en la puerta, el alivio sólo dura un instante, puesto que él es la persona menos indicada para estar aquí el día de hoy, especialmente por que Derek está escondido en mi baño.

Lleva un ramo de rosas rojas en sus manos y está tan guapo que trago saliva y no puedo decir nada. Pero mi cerebro también registra el pánico y preocupación, no seré expulsada hoy, pero perderé a mi amor. Tiene una hermosa sonrisa en su rostro pero se desvanece, cuando nota que no reaccionó ante todo.

―¿Alice? Amor ¿Te encuentras bien?― dice con el ceño fruncido y deja de lado las flores, toma mi mano entre las de él visiblemente preocupado. ―Estás tan fría.― Entra a mi cuarto y vamos de la mano.

Sacudo la cabeza de un lado al otro para salir del estupor, sino actuo rápido todo se irá a la mierda.  ―Estoy bien amor, no te preocupes ¿Qué haces aquí? me has dado un pequeño susto, estaba a punto de conciliar en sueño.― digo con una sonrisa y un bostezo para que sea creíble.

Él toma mi mano y me lleva a la cama y ambos nos sentamos, uno al lado de otro. ―Pues, la verdad te extrañe mucho, aparte tengo algo que contarte.― dice con una sonrisa un poco triste.

Me preocupo, él por lo general es todo risas y alegría contagiosa. ―¿Pasó algo?― digo tragando saliva.

―No sé cómo decirte esto...― dice y se levanta y pone las rosas en mi escritorio. Se pone de rodillas por delante de mí y toma mis manos. ―Ves que mañana planeábamos estar todo el día juntos ¿cierto?― asiento y él sigue ―Bueno... pues, creo que... no va a poder ser sino hasta el domingo.― mis ilusiones caen al suelo de inmediato, necesitaba un día entero de Jake para poder olvidarme de todo el asunto de Derek.

La melodía del corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora