Capítulo 29

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Alice

No es una cita

―¿Entonces, no te veré sino hasta mañana?― dice Jakie poniendo un adorable puchero, por lo general en las noches lo pasábamos juntos en su habitación o en la mía estudiando o bien sea ensayando.

Lo abrazo fuertemente, no quiero separarme de él y de la forma tan hermosa en la que él me hace sentir, y menos para ir con Derek. Estamos saliendo de la cafetería y le he explicado a Jake que tengo que estudiar sola en mi cuarto, ya que tengo un examen el día siguiente. Lo sé, lo sé, aún no lo he dicho nada de lo de Derek, pronto llegará el día y estoy segura que él lo verá de buena manera ¿Cierto?

―Te veré hasta mañana amor.― digo y él me rodea en sus brazos y coloca su barbilla en mi cabeza apoyándola levemente.

Suspira fuertemente y dice ―No sé cómo le haces, pero me duele mucho apartarme de tí, aún cuando sean sólo unas horas.― dice y me abraza tan fuerte que creo que moriré. Comienzo a toser por la falta de aire, pero  me suelta riendo a carcajadas.

―¡Oye!― digo y doy un pequeño puñetazo en brazo derecho. ―Sé que me quieres, pero no me mates de amor, por favor.― digo riendo.

Me toma de las manos y deposita un beso en cada una de ellas. ―Podría matarte de amor cada instante de mi vida, meine liebe, más si eso significa que puedo estar cerca de ti...― ¿De dónde sale con esas cosas tan hermosas?

―Eres un amor ¿Lo sabes?― digo abrazándolo por el cuello y jugueteando un poco con su cabello.

―Por ti, meine liebe, seré todo eso y más...― y me besa.

Nuestros besos ahora, son tan diferentes de lo que eran anteriormente. Desde que admití que lo quiero y siento algo muy, muy hermoso por él. Cada vez que Jake me besa es como si mi corazón saltara de alegría y todo en mi mundo retorcido y estúpido no importara. No importa nada más que la forma en la que él toma mi boca dulcemente y hace que nuestros labios encajen a la perfección. El ritmo es perfecto y debo de admitir que hace que sienta un calor muy agradable cada vez que lo hace. Es casi tan hermoso como tocar mi violin, siento el mismo tipo de éxtasis.

El único problema de todo es que casi no podemos parar. Una vez bajo esta sensación, nunca quisiera sentir algo más. Es como cuando le das a un niño el más delicioso de los dulces solo para que le dé una lamida y luego se lo arrebatas. Es devastador tener que apartarme de él y sus besos adictivos. Pero creo que siempre es así con tu primer amor.

No me he puesto a pensar, como cosa rara, en qué será de mi futuro ahora que él está en la ecuación. No he querido planificar más allá. Creo que eso, es precisamente a lo que tanto le temía, una vez enamorado el corazón manda sobre la razón. Y creo que mi corazón sería muy débil para apartarme de él.

―¡Asco! ¡Consiganse un cuarto! ¡Puercos!― Dice Eli, la única persona que consigue apartarme de los besos de Jake es ella. La odiaría pero la verdad es que la quiero demasiado. Los tres reímos, mientras forcejeamos con ella para abrazarnos, pero ella se interpone entre nosotros.

―¡Dejen de comer pan, enfrente del pobre!― dice cruzándose de brazos y haciendo un puchero que la hace parecer infinitamente a su hermano y con ello me desarma.

―¡Esta bien, esta bien!― digo con las manos en forma de paz. ―De todas formas, ya me iba...― te veo mañana le doy un beso en la mejilla a ella y un besito en los labios a Jake y salgo de ahí.

Me dirijo hacia mi edificio. Tengo que ir a cambiarme, para ir a la cita... Digo a lo de Derek. ¡Mierda! que ¡No! ¡No es una cita, basta con eso ya!

La melodía del corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora