Capítulo 16

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Derek

Lo mismo, siempre es lo mismo...

Estoy harto, he postergado esto todo el fin de semana. Estoy hastiado y aburrido a muerte, pero intento recordar las razones por las cuales me encuentro aquí. Mis maletas fueron enviadas a ayer, así que sólo llevo el estuche de mi guitarra eléctrica. La mañana está tranquila, imagino que por ser el primer día todas las actividades estúpidas que hacen en primer año tendrán prioridad. Estos meses serán tediosos.

Entro a los apartamentos de hombres y me dirijo hacia mi habitación, tengo una de las mejores del campus, es estupenda con casi dos paredes de ventana que dan hacia los jardines. Era mi única condición, no puedo creer que aún con todo y el éxito que tengo, tenga padres tan cerrados de mente. Es por ellos que estoy aquí. Yo sé que no tengo porqué estar acá perdiendo el tiempo estudiando. Pero ellos tienen restringidas todas mis cuentas, dado que aún no soy mayor de edad. Lo cuál no me deja tener acceso a todos mis recursos y largarme a la mierda.

No es que sea pésimo estudiante, en realidad soy el mejor. Estoy seguro que todos los profesores que he tenido se han maravillado con el hecho que siempre hago lo que tengo que hacer, soy muy responsable. Y es por eso que estoy aquí, terminaré mi último año y me largare, para hacer mi vida de solista. Tengo el talento, la fama y fans que me apoyan al cien por ciento. No temo por mi futuro sé que lo tengo todo asegurado.

No me mal entiendan, no es como si yo fuera un bastardo mal agradecido. Todo lo contrario agradezco al universo por ser el hijo de un adinerado empresario y tener a mí madre cómo una de las mejores Chefs del país y también al hecho que siendo hijo único ha traído sus ventajas. Es decir, ellos me lo han dado todo, pero lo que aún no tengo es la libertad. Y si con estudiar y graduarme de la prepa voy a callar los reclamos de mis padres y consigo que me dejen en paz, pues eso es lo que haré.

Me apresuro a ponerme mi uniforme completo e impecable sólo faltaría que fuera naranja, para hacer de esto una completa prisión. Pero como dije, no me caracterizo por ser un mal alumno, de otra forma no hubiera logrado graduarme en dos años y así poder salir de esta absurda condición que me han puesto mis padres.

Llegó al edificio central del campus y obviamente no paso por desapercibido, tengo varias chicas que se acercan a mi y caen como abejas en la miel. No es que sea exclusivo... bueno no, la verdad si soy exclusivo en cuanto a elegir amistades y sólo tengo una. André es casi mi hermano, es él único al que me gusta frecuentar y le confió varias cosas. Las chicas son parte del día a día, me encuentro muchas veces difícil el ser fiel, creo que simplemente las chicas, encuentran irresistible mi fama, mi físico y el hecho que soy todo un caballero con ellas.

Claro con las chicas siempre es lo mismo, las tartas lindo y caballeroso logras que se enamoren rápidamente y luego te dan lo que sea; por lo general me divierto con ellas dos o tres veces, follamos y luego la siguiente. Nunca he tenido una relación muy larga. La única duradera que he tenido fue mi primera novia y primera vez. Ella y yo perdimos la virginidad a los catorce. Éramos unos inexpertos, y pues, he de confesar que ella aún es especial en mi vida y quizá aún tiene poder sobre mi. Quedamos como amigos cuando decidí que quería ir ahí afuera y follar salvajemente con quien se me diera la gana sin escuchar reclamos. Por lo que terminamos para quedar en condiciones favorables antes de que fuera infiel.

Entro a mi sala de trofeos en el recibidor del edificio principal de clases. Y soy recibido por los típicos murmullos y risitas e incluso tengo uno que otro chico nuevo viéndome un tanto incrédulos. Bufo para mis adentros y camino hacia las escaleras. Las aulas de tercer año están en el tercer nivel.

Estoy por llegar al tercer nivel cuándo delante de mí, no pasa para nada desapercibida una chica con una falda a paletones cómo las del colegio pero se denota un magnífico, redondo y espléndido trasero, y unas seductoras caderas tambaleandose de un lado para el otro, ¡Oh y eso no es todo! Las piernas de la chica son de un color precioso... de un color perfecto sólo puedo hacerme a la idea de cómo se verá ese grandioso trasero desnudo, rebotando encima mío tomándome por completo. Trago saliva "¿Qué cojones pasa conmigo? no puedo permitirme tener una maldita erección el primer maldito día de clases" No puedo con éso pero tengo que conocer a la chica del magnífico trasero.

Llegamos ambos al último nivel, y cuando volteó para ver su rostro, no la reconozco, no se me hace nada familiar.

Decido no hablarle de momento, y cuándo paso, ella se me queda viendo boquiabierta con unos hermosos ojos verde y su cabello completamente negro. Es hermosa, pero tengo que saber su nombre primero y averiguar un poco más de ella para luego atraerla a mí, tal y cómo una polilla hacia la luz.

Paso de largo, sin tomar en cuenta que ella me está viendo, ignorandola por completo... pronto digo. Y me ajusto mi entrepierna. Tengo la primera tarea del año para André, tiene que conseguirme la información que necesite acerca de la chica. Y cuándo la tenga sólo tomaré ventaja y haré que está chica sea mía.

Llegó a mi clase y tomo asiento en la parte trasera. Personalmente amo los traseros. Y el de esa chica me prendió en un instante, casi, casi podía ver el principio de sus bragas por debajo de esa ardiente falda y ese seductor vaivén de caderas. Intento sacare esos pensamientos de mi cabeza y sacudirlos. Tengo clase de música por lo que, lo único que me acompaña es mi guitarra eléctrica. Sinceramente luego de haber tocado todo tipo de canciones, puedo manejarla a mi antojo... Me temo qué no hay canción que no conozca por lo que espero qué está vez Damián lo ponga interesante... de lo contrario tendré que volver a mis antiguos pensamientos.

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La melodía del corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora