Capítulo 11.

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―Oye, ¿no hay nada interesante que hacer por aquí? ―la pregunta del joven pálido pilló completamente por sorpresa a Yesung.

―¿Os aburrís Corax? ―preguntó.

―Muchísimo ―aseguró el chico dejándose caer contra los mullidos almohadones que había junto al trono. Siwon había salido un momento de la sala y le había pedido que le esperara allí.

―No tenéis porqué quedaros ahí sentado ―apuntó su guardaespaldas―. Su Majestad os ha dado permiso para explorar el palacio ―le recordó.

Kyuhyun asintió. La verdad es que tampoco es que le hiciera mucha gracia eso de ir mirando puerta por puerta del palacio, pero desde luego no aguantaba ni un minuto más el estar ahí sentado sin nada que hacer, solamente escuchando al mayor hablando con el Consejo, al mayor hablando con la guardia, al mayor hablando con sus sirvientes... Dios, que pesadilla...

Siwon entró en la sala en ese momento, viendo como los ojos de Kyuhyun le buscaban al instante, brillando ante una petición que sabía que el chico había formado en su cabeza. Sonrió.

Subió las escaleras del trono, viendo al menor revolverse sobre los mullidos cojines que le rodeaban y se sentó junto a él, en el pesado sillón, depositando una mano en su cabeza, revolviéndole el pelo.

―¿Qué quieres? ―preguntó.

―Me aburro ―confesó y Siwon se echó a reír.

―¿Y qué puedo hacer yo para vencer a tu aburrimiento? ―preguntó.

―¡Oh! Muchas cosas ―aseguró el menor sonriéndole de lado, dándole un claro doble sentido a aquellas palabras.

Siwon gruñó por lo bajo.

―No me tientes, Corax. No me tientes ―le advirtió.

Kyuhyun sonrió de lado y procedió a hacer su petición inicial.

―¿Puedo ir a dar una vuelta? ―preguntó.

―Claro ―afirmó el mayor retirando la mano de su cabeza―. Puedes moverte libremente por el palacio, no necesitas mi permiso ―aseguró el mayor.

Kyuhyun le sonrió y se puso en pie de un salto para sentarse en su regazo y agarrar su cara con ambas manos para besarle intensamente. Poco le importaba la gente que pudiera estar observándole, ya fuera Yesung, los guardaespaldas de Siwon, o algún empleado del servicio de palacio. Le había quedado ya muy claro que no iba a dejar de despertar miradas allá dónde fuera así que no tenía ni la más mínima intención de dejarse cohibir por ellas.

―Luego te lo agradezco como Dios manda ―apuntó todavía con sus labios a escasos centímetros de los contrarios―. Esto es sólo un adelanto.

Sonrió al oír el gruñido gutural de la garganta del mayor y cómo éste colocaba una mano en su nuca para besarle otra vez, metiendo su lengua en su boca en un apasionado beso. Poco le importaban a él también las personas de la sala. Él era el rey, que se jodieran los demás.

Cuando el mayor cortó el beso, Kyuhyun se puso en pie.

―Yesung ―llamó el mayor.

―¿Sí, mi señor? ―preguntó el moreno haciendo una reverencia.

―Acompáñalo ―le ordenó―, y asegúrate que esté en el comedor real para el mediodía.

―Sí, mi señor ―afirmó el guardaespaldas poniéndose en pie.

―Diviértete ―le dijo el mayor mirándole.

Kyuhyun le sonrió y dirigió un rápido vistazo a la sala, viendo cómo todavía había personas que esperaban por hablar con él.

Corvus & CygnusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora