Capítulo 19.

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Habían pasado algo más de dos semanas desde el ataque en el bosque a Yesung y Kyuhyun. La herida del menor había sanado casi perfectamente, lástima que el chico no pudiese usar sus poderes con él mismo, pero ahora Kyuhyun volvía a moverse a sus anchas por palacio, con el único inconveniente de que llevaba dos tipos grandotes siempre a su espalda. Kangin y Yesung eran ahora sus guardaespaldas.

Desde que el médico ya le había dado el "alta", Kyuhyun pasaba mucho tiempo con Minho. El hermano de Siwon se sentía culpable por haberle dejado solo en el pueblo y se disculpó más de cincuenta veces con él. Kyuhyun no le culpaba, y menos desde que se enteró que Siwon le había dado una severa reprimenda, pero su cuñado parecía no querer hacerle caso, así que al final desistió y se dedicó únicamente a pasar el tiempo con él por palacio o a encerrarse en un cuarto a viciarse a videojuegos por horas.

Pero Kyuhyun estaba preocupado por algo. Su vida en palacio había vuelto a ser la misma de siempre excepto por una cosa: Siwon. El menor sentía a su hyung más distante. Al principio lo achacó al hecho de que estaba preocupado por él o por su herida, pero había llegado al punto en que ya no encontraba más excusas al comportamiento del mayor. Realmente no es que se comportara mal con él o lo tratara peor, era más bien una sensación extraña. Él sentía que Siwon ya no le trataba como antes.

Kyuhyun sabía que Siwon estaba ocupado, el era un rey y tenía asuntos serios que tratar, pero desde el día del ataque, Siwon estaba tan ocupado que Kyuhyun acababa siempre acostándose antes de que el mayor llegara al cuarto. También era cierto, que cuando Kyuhyun se despertaba a media noche por culpa de uno de aquellos extraños sueños que siempre tenía, el mayor estaba siempre a su lado, protegiéndolo con sus brazos. Pero eso no quitaba importancia al hecho de que cuando Kyuhyun se despertaba por la mañana, se encontraba de nuevo solo en los aposentos de Siwon.

Esa noche, eran cerca de las tres de la madrugada cuando Kyuhyun se despertó de golpe con la respiración agitada y la frente llena de sudor. El sueño de esta vez había sido algo distinto. Las dos lunas brillaban al otro de la ventana de una habitación que él no reconocía, la luna más cercana, parecía teñirse de sangre antes de que la sombra negra de un pájaro cruzara la luna blanca y, en ese momento, él alzaba sus manos frente a sus ojos, viéndolas completamente manchadas de sangre.

Se miró las manos, sacándolas de debajo de las sábanas y suspiró aliviado al ver su pálida piel libre de manchas sanguinolentas. Se dio la vuelta en la cama, colocándose de lado, dispuesto a dormir otra vez y, en ese momento, se percató del lugar vacío a su lado. Siwon no estaba en la cama.

Se incorporó confuso, mirando a su alrededor, buscando la presencia del mayor en el cuarto. Nada. Siwon no había regresado a la habitación.

Se puso en pie y agarró el batín azul que descansaba en el asiento a los pies de la cama. Se lo puso sobre el pijama y echó a andar hacia la puerta de la habitación.

―Corax ―le saludó su guardaespaldas nocturno cuando salió al pasillo―, es muy tarde para salir, ¿no creéis?

―¿No ha vuelto Siwon todavía, Hangeng? ―le preguntó mirando alrededor del pasillo, a ver si veía alguno de los silenciosos y casi invisibles guardaespaldas del mayor.

―No, Corax ―negó el mayor.

Kyuhyun le miró extrañado. ¿Habría pasado algo?

Decidió averiguarlo por si mismo y echó a andar pasillo abajo hasta encontrar las escaleras y bajar a la planta baja. ¿Seguiría Siwon en la sala del trono? La respuesta fue un rotundo sí al ver el grupo de guardaespaldas del mayor apostado frente a las entradas de la sala y a lo largo del pasillo.

Corvus & CygnusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora