Capítulo 10.

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Al abrir los ojos, Kyuhyun se encontró de frente con el rostro del mayor. Sonrió bobamente y se acomodó en la cama, quedando de lado, para observarle más cómodamente. Siwon era un hombre muy atractivo, Kyuhyun se había dado cuenta de eso desde el primer momento en que le vio, con los pómulos altos, las cejas pobladas, la nariz fina, los labios carnosos y unos preciosos ojos negros que ahora se escondían tras los párpados suavemente cerrados. Y una graciosa pequita en el tabique de la nariz.

Kyuhyun sonrió y se acercó un poquito más a él hasta dejarle un pequeño beso en la nariz, justo en aquella pequita que le había llamado la atención.

Los párpados del mayor temblaron un segundo ante el contacto y después se abrieron, revelando por fin aquellos profundos ojos que tanto le cautivaban. Kyuhyun sonrió, ruborizándose un poquito y le dio otro beso en la punta de la nariz.

―Buenos días ―le saludó con la voz ronca el menor.

Siwon sonrió y estiró un brazo, rodeando la cintura del chico y acercándolo a su cuerpo, envolviéndolo entre sus brazos y dejando un beso en su frente.

―Buenos días ―respondió el mayor.

Kyuhyun se acercó a su pecho y escondió su nariz en él mientras enredaba sus piernas con las del mayor.

―¿Cómo estás? ―Siwon preguntó mientras acariciaba suavemente su espalda.

―Perfectamente ―aseguró el menor aún escondido en su pecho, se sentía inmensamente feliz en ese momento, aún y cuando aquella ligera molestia en su trasero le incomodaba un poco.

Siwon dejó un beso en lo alto de su cabeza.

―No fue tan mal la presentación al final, ¿no? ―comentó el mayor tras un largo silencio.

―Bueno... creo que sólo le caí bien a una persona ―respondió Kyuhyun―, teniendo en cuenta que no esperaba caerle bien a ninguna, supongo que se puede decir que no fue mal.

Siwon rió divertido ante su broma, Kyuhyun le devolvió la risa.

Estuvieron un buen rato en la cama, abrazados y en silencio, simplemente disfrutando de la compañía del otro hasta que llamaron a la puerta del cuarto. Kyuhyun se tensó poniéndose nervioso de repente.

―Señor, soy Donghae ―se escuchó desde el otro lado de la puerta.

―Espera fuera un momento ―respondió Siwon alzando la voz.

Kyuhyun le miró alzando los ojos curioso, durante los días que llevaba allí no había entrado en la habitación nadie más que Yesung y su tropa una vez.

―Es mi sirviente personal ―explicó Siwon a su pregunta sin formular―, le dije que no entrara a mis aposentos hasta que no te presentara oficialmente, nadie debía verte antes.

Kyuhyun asintió y se revolvió en la cama cuando Siwon soltó su cintura para ponerse en pie.

―Vístete ―le ordenó―, no quiero que te vea así.

Kyuhyun asintió de nuevo. No, él tampoco quería que el sirviente de Siwon le viese en pelotas. Se puso en pie, haciendo una pequeña mueca y se puso la bata que el mayor le ofrecía, un suave batín de seda de color azul.

―Me gusta como te sienta el azul ―comentó viendo como se abrochaba el cinturón con un nudo―, a partir de ahora vestirás más de azul ―aseguró.

―¿Vas a escoger incluso mi ropa? ―preguntó Kyuhyun divertido, aquel sentido posesivo que a veces demostraba el mayor le hacía mucha gracia.

Corvus & CygnusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora