El Primer Corazón Roto

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Narra Alice

-¿Sueles hacer ejercicio dando vueltas el círculos?- preguntó Antonio, sin tratar mucho de ocultar su preocupación por mí.

-Algo me dice que ésta será mi nueva rutina.- respondí.

-Me encantaría volverme tu acompañante, hacer ejercicio juntos sería más divertido que hacerlo por separado.- dijo el chico, se puso ligeramente rojo.

-Lo siento, pero sólo por esta vez aceptaré. No quiero que mi novia se haga malas ideas.- sonreí.

-V-vale...- dijo desanimado.

Narra Mía

Mientras hablaba con Julia, pude notar que ella no hablaba mucho.

-¿Sucede algo? Te noto no muy feliz.- pregunté.

-N-no... Estoy contenta por ti, eso es todo.- respondió.

-Te he extrañado este tiempo, me alegro mucho de verte.

-Yo también me alegro mucho... Y me parece genial que lograras estar con Alice.- bajó la mirada y de pronto su expresión se tornó ligeramente triste.

-¿Está todo bien?- pregunté.

-S-sí... Sólo me duele un poco la cabeza. No te preocupes por mí.

-Si quieres podemos entrar, te daré una pastilla para el dolor.- le sonreí, esperando una respuesta.

-N-no es necesario.- dijo nerviosa.

-Bueno está bien, ve a casa y cuídate, gracias por visitarme.

Le sonreí y la abracé. Ella acercó su cara muy cerca de la mía, pero de pronto sentí un jalón hacia atrás que hizo que la cara de Julia y la mía se apartaran bruscamente. Cuando giré la cara para ver quién era, sentí cómo agarró mi cara y la dirigió directo a la suya, era Alice; reclamando la posesión de mis labios, me besó en frente de Julia como si necesitara reafirmar su dominio sobre mí.

Julia sólo sonrió y se fue, claramente incómoda.

-¿Q-qué fue e-eso?- dije con dificultad, no podía respirar apropiadamente. Fue demasiado repentino.

-Sólo fue un beso.- dijo ella sonriendo, pero mirándome con frialdad.- Algo que quise evitar que ella hiciera contigo.- susurró.

-No creo que ella me fuese a besar...

-Yo sí lo creo.- sonrió.

-Bueno, yo lo dudo, tal vez sólo quería decirme algo.

-Puede ser, pero mejor es no correr riesgos.- y volvió a sonreír. Su sonrisa no demostraba felicidad alguna, más bien trataba de ocultar su enojo.

-En todo caso, yo habría evitado el beso.

-Se nota...- hizo una pausa, suspiró y desvió la mirada- Entremos.

Entramos a la casa y subimos al cuarto, Alice se acostó en la cama y volteó en dirección hacia la pared.

-¿No es un poco temprano para dormir?- pregunté, eran como las 3 de la tarde.

-Quiero descansar un rato.- dijo sin voltear a verme.

Me acosté con ella y volteé para verla, pero ella seguía dándome la espalda; frustrada, agarré su brazo haciéndola voltear hacia mí, tomé su barbilla y la acerqué lentamente hacia mi cara esperando una respuesta por su parte. Ella no reaccionó, así que me acerqué aún más esperando el roce de nuestros labios cuando ella movió la cara.

-Esto es lo que debiste haber hecho.- dijo susurrando, dándome nuevamente la espalda.

-Iré a la sala a ver televisión...- dije.

-...

Su silencio hizo que el momento se volviera más incómodo de lo que ya era, nunca pensé que me rechazaría un beso, estaba segura de que caería ante mí... Pero me equivoqué.

Una vez abajo, prendí la tele y puse un canal al azar, la verdad sólo quería pensar en lo que acababa de ocurrir. Me acosté en el mueble y traté de ingeniar una forma de hacer que Alice no siguiera molesta, pero recibí una llamada y tuve que salir.

Narra Alice

Desperté de mi siesta unas tres horas después, mi mal humor provocado por lo que tuve que evitar que ocurriera no se había ido. Bajé a ver a Mía y pedirle una explicación de por qué no movió su cara cuando Julia se acercó, pero sólo vi una carta en la mesa.

"Fui a casa de Julia, llego en la noche."

Esto tenía que ser una broma... ¡¿Cómo podía hacerme esto?! Si la estúpida de Julia intentaba algo, ¿quién la iba a detener? ¡Obviamente no sería Mía!

Empecé a perder la cabeza y a imaginar toda clase de cosas. "¿Y si Mía me engaña?" "¿Y si se besan a mis espaldas?" ¿Y si me llega a dejar...?" Ésto último fue lo que más me dio miedo, perderla no estaba en mi lista de cosas deseadas, tomé la decisión de ir en busca de mi novia y pedirle explicaciones.

Salí de la casa y empecé a caminar sin rumbo, no sabía dónde vivía Julia... Luego recordé una conversación donde Mía me había dicho dónde era, así que caminé hasta allá enérgicamente.

Una vez que llegué al tan odiado lugar tomé la decisión de ir en busca de mi chica. Me acerqué a la puerta y noté que estaba abierta, aproveché la oportunidad y entré, entonces escuche unas extrañas palabras que me hicieron caer en pánico.

-Sé que somos jóvenes y tenemos una vida por delante, pero estoy segura de que te quiero es a ti y a nadie más, ya he olvidado a aquella persona que creí haber amado antes.- esa voz era la de la chica a la que yo consideraba mi novia.

No pude aguantar y me asomé ligeramente para ver qué ocurría, porque no me podía creer lo que había escuchado. Lo que pude ver fue a Mía sentada tomando la mano de Julia mientras ésta la miraba con ternura... Luego ella dijo "me quedaré contigo por siempre" y pude escuchar por primera vez el sonido de un corazón romperse.

Cuando pensé que el dolor no podía ser peor, Mía soltó las dos palabras que tanto me gustaba que me dijera.

-Te amo.- dijo. Luego la abrazó.

Se volvió insoportable seguir presenciando esa escena. Cerré ligeramente la puerta y salí de allí lo más silenciosamente posible, una vez que estaba la suficientemente lejos dejé que las lágrimas corrieran por mi cara, ésto tenía que ser mentira. Cada palabra que dijo Mía me hizo pedazos.

No puede ser cierto... Mía no me ama... Ama a Julia.

A su lado no hace frío. (Yuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora