Me enamoré.

320 22 2
                                    

Narra Alice

Desde primer año... Desde entonces la amo.

De pronto sentí todo claro, podía recordar muchas cosas recientes.

Flashback

-Bien, Mía... Tengo que decirte algo... Hace tiempo que yo, bueno... Yo... Estoy enamorada de ti, y realmente me gustaría saber si tú podrías ser mi novia...
-¿Yo? Pero tu podrías estar con un chico, ¿por qué querrías estar conmigo? ¿Tienes idea de a cuánta gente le gustas?
-Tú eres especial, nunca me había sentido así por nadie, realmente estoy enamorada de ti. Repetiré la pregunta, ¿me darías el honor de ser tu novia?
-Sí.
-Gracias por aceptar, realmente me has hecho muy feliz.
-Yo... También estoy feliz.

-¿Sólo mía?
-Sólo tuya.

-Te amo.
-Yo también te amo.

-¿Qué es todo esto?
-Es tu regalo de navidad.

-Te ves preciosa.
-Gracias, tu también te ves hermosa.

Fin del flashback

Pequeños recuerdos recorrieron mi memoria, ahora mis sentimientos tenían sentido, me sentía así porque estaba en presencia de mi novia, mi maravillosa novia.

No podía recordar muchas cosas aún pero recordaba cómo empezó mi relación con Mía y eso era todo lo que necesitaba saber.

-¡Mía!- exclamé feliz mientras bajaba corriendo para abrazarla. Me lancé encima de ella.

-Oye, se supone que no debo tocarte.- dijo confundida.

-Tócame.- dije mientras la tenía entre mis brazos en el sillón.

-Pero... Acabas de decir que- la interrumpí.

-Mi novia puede tocarme tanto como quiera.

-¿Novia?- me separé de ella.

-Sí, novia.- sonreí. -Te recuerdo Mía.- sus ojos se abrieron y de pronto se iluminaron. -Te recuerdo... Recuerdo tus besos, tus caricias, tus sorpresas, tu sonrisa, tu voz, tus celos, tu cuerpo. Recuerdo muchas cosas, aún me falta para completar este rompecabezas que me ha llevado a enamorarme de ti, pero recuerdo perfectamente mi corazón latir cuando te vi con aquellas gafas rojas porque una bebida mojó tus lentes de contacto, recuerdo como se veían esos lindos shorts y esa camisa. Me enamoré de ti en ese momento, cuando te vi tan simple, tan delicada, tan tú. Me enamoré cuando tu cabello estaba despeinado, cuando un tonto te tiró una bebida encima porque tuviste el valor de no quedarte callada. Me enamoré a partir de aquel día cuando te vi descalza por mi habitación quejándote de que los tacones te mataban y preferias usar converse. Me enamoré cuando tomé tu mano y te dije que deberías usar esas gafas más seguido porque te veías preciosa en la total plenitud de tu ser. Me enamoré cuando te vi ser tú misma. Simplemente me enamoré de ti hace tiempo. He caído totalmente ante ti desde que conocí a la verdadera tú y no me arrepiento de haber rechazado mil hombres, porque tú eres mil veces mejor que todos ellos juntos. Estoy loca por ti, sólo por ti. Y ningún accidente me hará olvidarlo.

-Alice...- dijo Mía con lágrimas en los ojos. La abracé como no la había abrazado en estas semanas, como si fuese a quebrarme si no estuviese entre sus brazos, como si mi corazón se fuese a detener si ella no estuviera cerca de mí. -Te amo Alice, perdóname por dejar que te hicieran daño.

-Shh...- le susurré en el oído. -No fue tu culpa.- me separé y le sonreí.

-Te extrañé.

-Lo sé, el sentimiento fue mutuo, necesitaba sentirte cerca. Perdón por lo que dije antes pero las palabras salieron al contrario de su significado original, por supuesto que me gusta que me toques, Mía.- ella sonrió.

-Te amo tanto...- acarició mi mejilla. Cerré los ojos ante el contacto y puse mi mano sobre la suya.

-Yo también te amo, Mía.- me acerqué a su boca lentamente, pidiendo permiso. Ella cortó la distancia entre nuestros labios y me besó, extrañaba sentir nuestra perfecta sincronía.

Me sentía en casa, protegida, feliz, como si pudiera lograrlo todo con ella a mi lado. Nuestras manos se juntaron y entrelazamos nuestros dedos, nos separamos y juntamos nuestras frentes mientras nos mirábamos con ternura. Ambas estábamos sonriendo y sonrojadas.

La amo, la amo y siempre lo haré. La amo y no me arrepiento. La amo por completo, no hay nada de ella que no me vuelva loca. La necesitaba, quería sentir sus labios sobre los míos.

-Mía...- susurré sobre sus labios. -Te deseo aquí y ahora.

-Tus deseos son órdenes.- dijo mientras me recostaba con cuidado sobre el mueble. -Te haré mía nuevamente, solo mía..

-Sólo tuya.- repetí.

Comenzó a besarme profundamente, sus labios tenían una perfecta sincronía con los míos, nuestras lenguas danzaban juntas en un baile que extrañaba con tanta intensidad; sus manos estaban detrás de mi cabeza sosteniéndome con ternura mientras estaba encima de mí. Mis manos estaban alrededor de su cintura y me pegué a ella tanto como fuese posible, ella aprovechó que mis piernas estaban separadas y puso su rodilla en medio de ellas, rozando con delicadeza el área más sensible de mi cuerpo. Sentí como un choque eléctrico de excitación que recorrió todo mi ser. Empezó a mover la pierna hacia adelante mientras me besaba y sus manos se fueron rumbo a mi abdómen, ignoró por completo la presencia de mi camisa y comenzó a recorrer mi abdomen suavemente mientras se aseguraba de mantener su pierna presionando mi sexo.

-Joder, necesitaba esto.- dijo mientras sus ojos se encendían con un brillo malicioso.

A su lado no hace frío. (Yuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora