Un mal día.

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Narra Mía

-Te amo.- le dije a Julia, luego la abracé.- Creo que ya fue suficiente por hoy, si necesitas ayuda de nuevo puedes contar conmigo.

-Gracias...- respondió ella.- Disculpa por hacerte ayudarme en mi obra, es que no sabía cómo interpretar el papel de una chica enamorada... Así que quería ver  cómo lo harías tú. Veo que imaginar que soy Alice te ayudó.

-Jaja sí, cuando pienso en ella...  Se me hace fácil decir estas palabras. Espero que deje su enojo pronto...

-También lamento si me comporto raro a veces, es que realmente envidio el hecho de que ambas sepan lo que es amar... Yo en cambio, aún no sé lo que eso significa.

-No te preocupes, pronto sabrás lo que es el amor. Iré a casa ya, Alice debe estar esperándome.- me despedí y me fui.

Narra Alice

Caminaba sin rumbo, realmente no estaba pensando en a dónde iba, sólo caminaba mientras lloraba y me preguntaba a mí misma qué hice mal.

"Creo que me he perdido, pero no me importa, Mía ya no me ama... No quiero volver a casa."

"¿Por qué? ¿Por qué no me puede amar a mí?"

Esos eran mis únicos pensamientos en ese momento, la noche cayó y llegué a un parque que no conocía, me senté recostada de un árbol, apoyando mi cabeza sobre mis rodillas mientras las lágrimas seguían cayendo.

Narra Mía

Camino a casa, encontré algo tirado en la calle, era el celular de Alice, mil ideas pasaron por mi cabeza, cada una peor que la otra. Entré en pánico y supuse que le habían secuestrado o algo peor... Salí corriendo de inmediato buscándola en todas las direcciones, en cada rincón, en cada lugar que se atravesara en mi camino.

¡¿JODER, DÓNDE COÑO ESTÁ?! Si alguien le hizo algo... Lo mataré. ¡Juro que lo mataré!

Narra Alice

Estaba sentada llorando, cuando de pronto un par de chicos se acercó y empezó a hablarme.

-Oiga señorita, está usted muy hermosa como para llorar por un hombre que no la merece.- dijo el primer chico, yo no respondí.

-¿Estás escuchando, linda?- dijo el otro.- Nosotros no te haríamos llorar como ese patán.- seguí sin responder, tenía mi cara enterrada sobre mis rodilla, rodeándola con mis brazos. Él no sabe de lo que está hablando... No conoce a Mía, ella no es "un patán".

-Míranos cuando te hablamos, zorra.- Entonces me pateó, sentí un enorme dolor, fue en mi costilla.

-Ahg...- no podía hablar por el dolor, y me sentía abatida por lo de Mía, no pude moverme siquiera. No le veía propósito a mi vida.

-¿Esta chica no habla? Podemos usar eso a nuestro favor.- dijo el segundo chico, empezó a bajarse el cierre y su amigo hizo lo mismo, recuperé la razón y me di cuenta de lo que planeaban hacer conmigo. Entré en pánico y traté de arrastrarme en dirección contraria.

-P-por favor... No...- fue lo único que pude decir, mis manos temblaban y los chicos sonreían y se miraban entre ellos mientras se acercaban a mí. Mis labios empezaron a temblar y las lágrimas caían por mi rostro, el miedo se apoderó de mí... No estaba preparada para lo que venía.

Mía apresúrate y encuéntrame...

El primer chico se acercó y me dio un puñetazo en la cara, quedé inconsciente durante unos segundos y cuando abrí los ojos estaban ambos chicos encima de mí, tocándome...

-Por favor... Se los suplico...- dije entre lágrimas.

-Yo iré primero Dan, tú sostenla.- dijo el segundo chico.

-Apresúrate Rodrigo, antes de que alguien llegue.- respondió el primero.

El llamado Rodrigo se bajó el bóxer y sacó su "cosa" al aire... Se acercó a mí y me bajó los pantalones lo suficiente, hizo lo mismo con mi ropa íntima y metió su "cosa" en mi abertura... Grité y empezó a moverse dentro de mí. Era horrible... Era doloroso, desagradable.

¿Dónde estás Mía?  

Dan empezó a tocar mis pechos salvajemente, los apretaba y me golpeaba de a ratos para que dejara de gritar; empecé a patear esperando que eso los hiciera parar... Grave error.

-Creo que ella necesita una lección.- dijo Dan. Agarró una navaja de su bolsillo e hizo un corte rápido en mi abdomen, empecé a sangrar mientras gemía por lo que me estaban haciendo.

Mía... Por favor...

Uno de ellos me golpeó en la cabeza y caí en el suelo, perdí la noción de lo que pasaba durante unos segundos y al recuperarla sentí cómo seguían abusando de mí.

-Quiero escuchar tu sucia voz, puta.- dijo Rodrigo, mientras seguía moviéndose hacia adelante y hacia atrás. Entre mis heridas y mis lágrimas, ellos se estaban excitando cada vez más. Luego de un largo rato de tortura, y de varias heridas, fue el turno de Dan.

Narra Mía

Busqué en todos lados, pero no la encontraba, me estaba desesperando... Me acerqué a un parque y decidí buscar allí.

Narra Alice

Dan era más agresivo, me hizo empezar sangrar por mi parte íntima... Mientras tanto, Rodrigo metió su "cosa" en mi boca, cuando lo mordí y lo hice sangrar se molestó mucho...

-Maldita perra, me las vas a pagar.- agarró la navaja de Dan y me hizo más cortes, esta vez en los brazos. Mi cuerpo estaba cubierto de heridas, yo ya no podía articular frases, era demasiado doloroso.

Mía te necesito...

-Creo que me voy a venir.- dijo Dan, salió de mí y me llenó la cara de su asqueroso semen. Rodrigo tomó el lugar de Dan y empezó nuevamente la tortura, me embestía con mucha furia, honestamente pensé que me iba a desgarrar la vagina, me jalaba el cabello hacia atrás con fuerza y me hacía doler la cabeza. Las lágrimas caían una tras otra, mi fuerza de voluntad me abandonaba, el dolor se volvió insoportable. Por alguna razón, volví a quedar inconsciente y al abrir los ojos nuevamente decidí dejar de luchar, ellos tenían el control ahora, cuando a lo lejos escuché algo...

-Alice...- dijo una voz familiar.- Malditos hijos de puta, ¡¿qué le han hecho a mi Alice?!

Ella corrió hacia donde estábamos y golpeó a Rodrigo, él cayó al suelo y ella empezó a patearlo, Dan corrió para detenerla pero ella lo golpeó en toda la cara, rompiéndole la nariz. Ambos estaban en el suelo y ella empezó a patearlo hasta que dejaron de moverse. Se detuvo y corrió hacia mí, limpió mi cara con su camisa y me cargó, corrió conmigo en sus brazos mientras pedía ayuda desesperada.

-M-mía...- susurré mientras mi consciencia me abandonaba. Lo último que escuché fue la voz de aquella rubia quebrándose mientras prometía que todo saldría bien.

Lo siento tanto, Mía.

Quería ponerle más acción a la historia 7u7

A su lado no hace frío. (Yuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora